A la selección le cuesta históricamente iniciar con buen pie los Mundiales; ni siquiera lo hizo en en 2010, cuando consiguió su única estrella. Tras el bochorno ante Holanda en 2014, España caminó sobre el alambre el pasado viernes en su debut ante Portugal. La puesta en liza, no obstante, del equipo fue a grandes trazos buena; máxime con la alborotada previa que envolvió a una Roja que rozó el escarnio a 24 horas de comenzar la cita de Rusia.

Con Fernando Hierro en el banquillo y un Diego Costa brillante como punta de lanza, España hizo aguas en portería, donde De Gea firmó, sin duda, el peor partido de su carreraDe Gea. Su estreno en un Mundial venía precedido de un absurdo cometido días atrás en la penúltima prueba para Rusia en Villarreal ante Suiza. Un borrón del que venía de ser el mejor jugador del Manchester United de la temporada y aupado como el guardameta más valioso de la Premier League durante los últimos años.

Sin embargo, su estreno en el Mundial (ya estuvo en el de Brasil, pero no llegó a jugar ningún partido) no pudo ser más calamitoso. Nada pudo hacer en el primer gol de los lusos, un ligero penalti de Nacho que Cristiano no perdonó a los tres minutos de comenzar; pero falló estrepitosamente en el segundo, otro fogonazo del astro del Real Madrid -esta vez tibio y centrado- que se le escapó de las manos y se introdujo infantilmente entre las piernas.

Tras él, De Gea encadenó una serie de actuaciones temblorosas, inimaginables para un portero de su talla, que afearon un decente debut de la Roja y que abren el primer debate para la selección de Fernando Hierro tras apenas 90 minutos. Se entiende que algo más pudo hacer en el tercer gol de Portugal, pese a venir precedido de una falta evitable de Piqué en la frontal del área y la perfecta ejecución de Cristiano. Aún quedaban un par de temeridades; por encima de todas, una salida del área pequeña que se cortó a mitad de camino y que terminó con el portero español por los suelos arrollado por propios y extraños y con el balón merodeando el 3-4.

«OK» del míster

Pese a todo, la idea que tiene el flamante nuevo seleccionador Fernando Hierro es mantenerlo en la segunda jornada ante Irán que disputará la Roja el próximo miércoles en Kazan. La falta de un suplente de primerísimo nivel aclara el debate nacional de la portería: en teoría el segundo es el «león» Kepa Arrizabalaga y el tercero, un veterano Pepe Reina que cumple su cuarto mundial, aunque sólo disputó un partido.

La decisión de sentar a las primeras de cambio a un puesto tan característico como el de portero juega a favor de De Gea, al que Hierro presumiblemente le volverá a dar una oportunidad, a sabiendas de que otro traspié aceleraría el retorno a España de la expedición.

También los precedentes históricos sonríen al portero madrileño porque la selección jamás cambió de guardameta durante una Copa del Mundo por decisión técnica con algo en juego.

Autogol de «Zubi» ante Nigeria

España murió siempre con su portero titular en el Mundial. Sólo los suplentes Reina en Brasil 2014 y Cañizares en Alemania 2006 asomaron la cabeza en el intrascendente tercer partido de grupo con la selección ya clasificada. Ni siquiera la cruel derrota ante Nigeria en Francia 98, con el célebre y amargo autogol de Zubizarreta alteró los planes del por entonces seleccionador Javier Clemente, que confió en el portero valencianista para los siguientes dos partidos ante Paraguay y Bulgaria. España, con Hierro como defensa central, no pasó de grupos.

Cuatro años antes, en Estados Unidos 1994, Cañizares fue el portero titular en el primer partido del Mundial, pero lo hizo en sustitución de un sancionado Zubizarreta que cogería el arco de España en el segundo choque, ante Alemania, y no lo dejaría hasta la eliminación en cuartos de final contra Italia en Foxborough.

El que sí cambió durante un campeonato fue José Antonio Camacho en la Eurocopa de 2000. Entonces alineó a Molina en la portería en el estreno ante Noruega, que terminó en fiasco tras una mala salida por alto que supuso el 0-1 de Iversen. El seleccionador dio un volantazo tras el partido y optó por Cañizares, con quien la selección llegó a cuartos de final, donde caería ante Francia.