Jordi Carrión, de 32 años, centrocampista del Rayo Ibense y hermano del mítico capitán del Alcoyano, Manuel Carrión, permanece ingresado en la UCI del Complejo Hospitalario de Navarra en estado «muy grave» y «pronóstico reservado». No obstante, los doctores aseguraron ayer a la familia del futbolista que éste «evoluciona favorablemente y responde a estímulos externos cuando se le ha rebajado la sedación de forma controlada».

Según el informe de los sanitarios que atendieron la llamada de urgencia, Jordi Carrión «fue quien sufrió los mayores daños» tras la súbita caída de parte del ramaje de una secuoya de unos siete metros que, el pasado miércoles, alrededor de las cinco de la tarde, se precipitó al suelo en el campus de la Universidad de Navarra. «Traumatismo torácico grave, traumatismo raquimedular grave y traumatismo de extremidades inferiores», reflejó el volante de ingreso en urgencias.

El fuerte viento (a esa hora soplaban rachas de hasta 80 kilómetros por hora, según la Policía Municipal), fue el causante de que se venciera una parte de la frondosa copa que acabó sepultando dos vehículos. De hecho, la maniobra de excarcelación de los bomberos para liberar al alicantino fue muy delicada debido a la dificultad para acceder al futbolistas de Ibi, que fue el peor parado de los 12 afectados.

Jordi viajó desde su pueblo junto a otros compañeros de trabajo para asistir a unas charlas formativas en la Facultad de Comunicación. El centrocampista del Rayo compagina el fútbol con su labor profesional en la industria juguetera, que es con lo que se gana la vida. El equipo ibense milita en Tercera y, como advierte su hermano Manuel, a su lado desde el accidente, «no da para gran cosa, es más como un equipo de amigos». Los familiares directos de Jordi se desplazaron hasta Pamplona al recibir el aviso y permanecerán allí hasta que se pueda trasladar al futbolista, algo que, según el excapitán del Alcoyano, «llevará tiempo porque nos han dicho que la recuperación será lenta».

El incidente reúne una dosis de infortunio imposible de prever. Jordi Carrión viajó por carretera con otros compañeros en coche a la Universidad de Navarra para reunirse con el profesor Xavier Bringué, presidente el jurado del concurso 'Mejor Juguete' que organiza anualmente la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes. Fueron directamente al campus, ni siquiera pasaron por el hotel a pesar de lo pesado del trayecto desde Ibi (600 kilómetros).

Estacionaron en el aparcamiento privado de la Facultad de Comunicación y, buscando dejar el vehículo a la sombra, lo detuvieron debajo de una secuoya gigante. Bringué salió a recibirles, así que mientras unos despejaban el maletero, los otros charlaban al lado del coche con el profesor.

Todo en un segundo

En ese instante, según el relato de Manuel Carrión, que cita a testigos presenciales, «se formó un pequeño tornado, se oyó un chasquido y en un segundo les cayó la rama encima sin que a ninguno le diera tiempo a reaccionar». De hecho, todos los presentes (6 personas) sufrieron algún tipo de lesión. Cuatro de ellas ya han sido dadas de alta. «Del mismo modo que se juntó todo para que mi hermano tuviera este accidente, lo que vino después fue muy favorable. El Hospital está a cinco minutos de la Universidad y las ambulancias llegaron enseguida. También los bomberos, así que ese tiempo que se ganó fue crucial. Nos han asegurado que Jordi está en las mejores manos y que van a poner a su disposición todo lo que necesite. A nosotros (su familia desplazada allí) también nos están dando todas las facilidades», explica Manuel, al que aún le cuesta asimilar todo lo sucedido.

El mantenimiento de los árboles del campus, a excepción de los que delimitan el perímetro (de esos se encarga el consistorio pamplonés), son competencia de la Universidad de Navarra. Responsables del centro recalcaban el día después la «gran experiencia» de sus jardineros.

Negligencia

«Disponen de información catalogada del arbolado del campus. Se hacen revisiones periódicas. De hecho, este mismo curso se han producido talas cuando se han detectado riesgos. Por desgracia, un fuerte viento puede tirar ramas de árboles sanos, como pasó en otros puntos de Pamplona», advertían.

De momento, la familia no ha pensado en si tomar o no alguna medida por posible negligencia de la Universidad en el mantenimiento de las secuoyas. «Ahora sólo queremos que se recupere. Estamos muy agradecidos porque nos han ayudado en todo desde el primer segundo», explica Manuel.

Jordi Carrión empezó a jugar al fútbol en 2010, en Preferente, y desde entonces ha pasado por Alcoyano B, Eldense, Alicante, Jove Español, Muro y Rayo Ibense (en dos etapas diferentes).