Tarde o temprano tenía que llegar este momento. Produce dolor tras tomar la victoria como costumbre en los últimos meses pero apenas queda tiempo para darle muchas vueltas a una derrota más que justa en un inexplicable partido en el Pedro Ferrándiz. La racha del HLA Alicante se quedó en 16 victorias consecutivas. Ahí queda ese dato. El Marín de Pontevedra ha tenido el privilegio de ser el primero en cortar la inmaculada trayectoria del equipo alicantino. Flojísimo encuentro del equipo de Pedro Rivero, horrible en el tiro y muy lejos del nivel de sus últimos partidos. Pitts hizo su peor partido con la camiseta lucentina y el equipo lo acusó mucho ante un rival que ha sabido cómo dominar al HLA con jugadores como Jordan y Badmus (16 puntos y 17 rebotes) que marcaron diferencias.
Los gallegos dejaron a los locales en sólo 26 puntos en la segunda parte. Ahora los lucentinos saben lo que han sentido sus rivales en todo este tiempo. Con 8 triples de 37 intentos, 11 de 35 en tiros de dos y seis tiros libres fallados, es difícil pensar en ganar un partido. Marín se lo explicó bien a un Lucentum muy lejos de sus números también en el rebote. Demasiado bombardeo de triples ante la dificultad de meter balones interiores. Nada funcionaba y la segunda parte en la que habitualmente el HLA baila a sus rivales, en esta ocasión le tocó el papel de víctima. La afición se quedó esperando una remontada que nunca llegó. Esta vez, no.
Fiel a su costumbre, el HLA firmó una floja primera parte. Muy desacertado en ataque y con muchos problemas en el juego interior. Fueron dos triples de Schmidt en el segundo cuarto los que impidieron que el conjunto gallego cogiera renta antes del descanso. Pero el 20-28 ni siquiera preocupó en un equipo acostumbrado a arrasar en las segundas partes. Conde empezaba a carburar cuando una inoportuna tercera personal le sacaba de la pista. Nacho Díaz acaparó el protagonismo en las primeras acciones del primer cuarto en las que el HLA mostraba cierta espesura en ataque. Con el 7-13 Rivero solicitó su primer tiempo muerto para evitar males mayores y tener que pensar en la enésima remontada. La defensa gallega contenía bien a los jugadores lucentinos que veían el aro demasiado pequeño. Con un pírrico 9-16 finaliza el primer cuarto.
Los triples dieron aire en el segundo cuarto con Garrido y Schmidt a los que hay que sumar más los buenos minutos de Toledo. La igualdad fue máxima tras los primeros 20 minutos (30-30) y nada hacía presagiar una debacle como la de la segunda parte. Un parcial de 14-22 dejaba al HLA en zona de peligro. El Marín anotaba con demasiada facilidad mientras los alicantinos solo vieron luz con un triple de Schmidt. Pero fue un hecho aislado, los gallegos tenían muy controlado el partido. Garrido lo intentaba una y otra vez a la desesperada (2 de 11 en triples) sin que la suerte apareciera. La épica se iba alejando por momentos dejando en el Pedro Ferrándiz un hecho extraño: una derrota.