Nuevos tiempos... dificultades perpetuas. Tras la eclosión deportiva vivida hace un mes con el ascenso a LEB Oro del HLA Alicante llega la crudeza del día a día. Hay que hacer números y la aspiración de consolidar al club en la antesala de la élite absoluta exige una inversión que ronda el millón de euros. La directiva lucentina necesita que, después de resucitar a un enfermo terminal, la ciudad y la provincia le ayuden a mantener las constantes vitales de uno de los símbolos más exportables de la capital.

Por eso, los responsables de la Fundación Lucentum ponen como principal aval la eficacia de su gestión para atraer a su causa a las dos instituciones públicas más importantes de Alicante. No se trata de reeditar los errores que arrastraron al abismo a todos los implicados en el desastre financiero que condenó al mítico Lucentum a la extinción, sino de mejorar las condiciones de las que se ha «beneficiado» el HLA en sus temporadas de reinvención. Desde la refundación, las subvenciones provenientes del Consistorio y el Palacio Provincial han seguido un régimen de mínimos.

En las últimas dos campañas, ambas en LEB Plata, el Ayuntamiento ha aportado un total de 60.000 euros, 42.000 más que la Diputación, que se quedó en los 18.000. Las cantidades están muy lejos de las que perciben del erario rivales del club que preside Toni Gallego con un recorrido similar o menor que el equipo alicantino en el baloncesto nacional.

La intención de la directiva lucentina no es llegar ni por asomo a las cantidades prohibitivas que llegó a recibir de fondos públicos el finado Lucentum, que dispuso en la ACB de un capital social aportado en un 90% por las principales instituciones gubernamentales.

De hecho, la comisión ejecutiva del club, que se ha marcado como objetivo para poder respirar con cierto alivio en la antesala de la élite alcanzar el millón de euros, tiene muy avanzada la obtención de 700.000 euros aportados en su totalidad por iniciativas privadas (lideradas por HLA Grupo Hospitalario y Seguros Meridiano, que inyectan alrededor del 30% de todo ese montante). Conviene reseñar que ese millón estará destinado a toda la estructura del club, no solo a la primera plantilla. La misión de la actual directiva es que menos de un tercio del dinero que llegue a las cuentas de la Fundación provenga de los contribuyentes.

El cambio de gobierno tras el proceso electoral ha ralentizado el calendario de negociación. De momento, solo el Ayuntamiento, a través del edil de Deportes, José Luis Berenguer, ha recibido a los representantes lucentinos. Está previsto un segundo encuentro antes de finales de mes, pero ya con el alcalde, Luis Barcala, presente. Hasta que no se conforme la Diputación (algo que igual no ocurre hasta el 26 de julio) no se podrá profundizar en esta vía. La Fundación necesita el respaldo de sus instituciones para avanzar en su desarrollo y consolidación, y la transparencia en la gestión ligada al éxito deportivo es su principal garantía. Suena a cantinela mil veces repetida, pero ahora hay un matiz radical: el club ha sabido crecer sin deudas.