El Real Madrid sumó anoche su cuarta victoria consecutiva en la liga al superar 1-3 al Eibar en un encuentro marcado por los primeros veinte minutos excelsos del conjunto blanco, que con Luka Modric a los mandos y con Benzema intratable logró tres puntos para igualar con el líder, el Atlético.

Los hombres de Zinedine Zidane llegaron a Ipurua en su mejor momento de la temporada, con el impulso de tres victorias contundentes en el retrovisor y con ganas de aumentar la racha en un estadio en el que históricamente casi siempre triunfó, con la excepción de la derrota del curso 2018/19 (3-0).

El mago balcánico sacó a relucir todos sus recursos y bajo su batuta el Real Madrid consiguió, a base de una precisión exquisita, alejar la presión asfixiante que propuso José Luis Mendilibar. Una y otra vez superó las líneas del Eibar y no tardó en adelantarse con dos goles en el marcador.

Primero, con un tanto de Benzema. Modric inició la jugada del gol con un pase con el exterior al brasileño Rodrygo Goes. El sustituto de Vinícius Júnior, única novedad del once de Zidane, se inventó un pase por encima de Bigas que amansó el delantero francés para batir a Dmitrovic.

Y, segundo, con el premio justo para Modric, que finalizó una jugada coral con un remate desde el borde del área para firmar el 0-2 a los trece minutos. El Eibar, noqueado por su rival, aún pudo recibir el tercero, pero Benzema no acertó con un cabezazo clarísimo tras un pase, como no, del jugador croata.

Modric toma el control de la Liga en Ipurua

El equipo de Mendilibar se salvó de una derrota asegurada con el error de Benzema. Su fallo dio aire al Eibar, que insistió en su presión con cabezonería hasta conseguir anular al cuadro madridista. Empezó a recuperar balones cerca del área de Thibaut Courtois y entre la velocidad y verticalidad de Bryan Gil y la insistencia de Kike García, se metió en el partido.

Lo hizo gracias al robusto delantero del Eibar. Una pérdida de Lucas Vázquez acabó con el balón en sus pies y recortó distancias con un zapatazo espectacular desde fuera del área que acabó en una escuadra de la portería de Courtois. La guerra no terminó en la segunda parte. El toma y daca fue constante, con el Real Madrid agobiado por la insistente presión del Eibar aunque con momentos de inspiración para sacar contragolpes. El 2-2 o el 1-3 se olfateaban en el ambiente.

Con Modric en retroceso, Zidane sacó al croata por el uruguayo Fede Valverde para buscar un oxígeno que ya no podía ofrecerle el balcánico. Para entonces, Toni Kroos ya había agarrado el timón. Lució el cansancio general, que en el último cuarto de hora provocó muchas imprecisiones en ambos bandos. Predominó el bombardeo del Eibar sobre área blanca hasta que Lucas Vázquez, sobre la bocina, definió en un contragolpe para decidir un encuentro formidable.