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Carrera hacia la semifinal

El HLA encara el último partido de la serie de cuartos obligado a ganar sin Pedro Llompart en la difícil pista del Tau - Los alicantinos deben repetir el triunfo que ya lograron allí el pasado noviembre

Txemi Urtasun conduce un contragolpe en el segundo partido. | RAFA ARJONES

Las finales empiezan a ganarse antes de empezar a jugar. En la ducha, en el coche, en el pabellón; y también luego, de vuelta a casa, después de entrenar, viendo la tele mientras cenas. La mentalidad con la que se afronta un duelo sin red, de máxima tensión, determina al vencedor. Pasa siempre. Si la cabeza gobierna nuestro destino, el de los deportistas de élite, todavía más. No se trata de sugestionarse ni de cargarse de responsabilidad, simplemente hay que preparar la mente para lo que viene, un viaje con momentos difíciles que se han de sortear sin dejar que los nervios te conviertan en un autómata.

El HLA busca las semifinales en las eliminatorias por el ascenso a la ACB. Solo decirlo genera vértigo viniendo de donde se viene. Pero es solo eso. Un partido de baloncesto en una cancha en la que la Fundación ya ha ganado con mucha solvencia esta temporada. Fue el pasado noviembre, y los hombres de Rivero se impusieron a los de Ten por un amplio 62-85 con dominio incontestable.

Saber gestionar las emociones, no obsesionarse con los fallos, defender sin descanso y tomar buenas decisiones son cualidades que tamiza el cerebro. El Lucentum, como ha hecho siempre que ha superado a rivales aparentemente más profundos que él, tiene que fiarlo todo al campo abierto, a poder correr, a ser constante en la lucha por el rebote y a estar muy pendiente de las líneas de pase.

Si el contragolpe funciona, todo lo demás fluye. Es la clave. El drama no es fallar, lo que te mata es no tener opciones de enmendar el error con una captura y permitir al adversario anotar en transiciones fáciles. De nada sirve centrarse en la defensa de un escolta anotador (Durán) si con ello descuidas la tensión reboteadora.

Llompart sigue fuera de la ecuación. Aunque su ausencia es irremplazable, la comunión de los demás aliviará su baja. El HLA llega al final de temporada, al desenlace, sin su cerebro, sin su pausa, sin el tipo que dibuja las jugadas un instante antes de que pasen.

Toca sobreponerse, no queda otra. Si Zohore asume que en partidos como estos, de máxima responsabilidad, de todo o nada, desde su posición de cinco, ser duro en la «pintura» cuenta tanto o más más que tener el día anotador, el Lucentum habrá recorrido un buen trecho rumbo a la semifinal. Esta tarde, 19.30 horas, con presencia lucentina en las gradas del Ciutat de Castelló, el digno heredero del sueño de Paco Pastor puede seguir haciendo historia.

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