Si alguien conoce bien la LEB Oro ese es el nuevo entrenador del Lucentum, ejemplo de «coach» currante en el segundo peldaño del baloncesto español. Posee el récord de continuidad entre los técnicos en activo, cifra que seguirá aumentando el curso que viene en Alicante.
En su puesta de largo como lucentino no quiso vender motos. No da ese perfil. Insistió en el trabajo y el crecimiento como base para formar un proyecto que, cuando le llegue el momento de dar el salto a la ACB, lo haga con una infraestructura de club totalmente preparada para ello. Viene bien en estas tierras, muy dadas a la exigencia de resultados inmediatos, sin atender a si la base es fuerte o se puede venir abajo en cualquier momento.
Por su trayectoria, García de Vitoria ejemplifica a la perfección el personaje de la tortuga en la famosa fábula. Pasito a pasito, con trabajo, en busca del objetivo final. Sin atajos ni alardes innecesarios. Así ha construido su carrera. Y esas características son las que parecen haber seducido a los gestores del Lucentum.
No deja de ser curioso, por lo tanto, en anécdota contada por el propio Gonzalo, que le pusieran una multa por exceso de velocidad cuando viajó a reunirse con los directivos del HLA. Muestra del interés en este proyecto lucentino que quiere recuperar el sitio perdido en la ACB. Ese fue el único momento en que García de Vitoria se permitió el lujo de correr más de la cuenta. El resto del tiempo, como en la mencionada fábula, se impondrá el esfuerzo de la «tortuga» para intentar ganar a las «liebres» de la LEB Oro.
