De cabeza de lista por Alicante para las autonómicas a cabeza de lista para el Congreso en las generales. ¿Por qué ha decidido dar el salto a Madrid en solo cinco meses?
Surgió de la iniciativa del secretario general. Esta idea contaba con el apoyo de la dirección del partido y de todos los compañeros que la han refrendado en los órganos correspondientes. En realidad podía haber sido casi cualquiera candidato en las elecciones generales. El partido tiene una cantera muy importante. Pero se decidió que el tema de la financiación autonómica fuera fundamental en la campaña y al ser yo el responsable, se consideró que era lo más idóneo. En cualquier caso, he estado siempre a disposición del partido.
¿Tanto quema el Consell?
No quema. Lo que pasa es que la labor está siendo muy dura porque la situación en la que nos hemos encontrado la Generalitat no es la que decía el PP. Prácticamente l cada semana te encuentras con alguna bomba de efecto retardado que tienes que desactivar. Pero al mismo tiempo está siendo una labor muy ilusionante. Cuando se trata de hacer un cambio que suponga una transformación real hay que ir a las raíces de los problemas.
Dice que fue Ximo Puig quien le hizo la propuesta. ¿Tuvo que pensársela mucho?
Sí me lo tuve que pensar un poco, pero más por el compromiso personal que supone. Llevo cuatro años y medio haciendo Alicante-Valencia, Valencia-Alicante, con más tiempo en Valencia, y este nuevo reto supone ir a Madrid. Más allá de esto, que tus compañeros piensen en ti para encabezar la lista y te hagan depositario de la misión tan importante de llevar la voz con la financiación, es algo que no podía decir que no.
¿Ese será su papel en la Cámara Baja?
Espero hacer una labor parecida a la que estaba haciendo en el Consell y a la que hice en las Cortes. Espero dedicarme a temas presupuestarios y de hacienda pública. Sobre todo, llevar la voz en lo relativo al cambio de modelo de financiación autonómica y acabar de una vez por todas con el maltrato que la Comunidad lleva soportando durante décadas.
¿Qué balance hace de su gestión como secretario autonómico?
Muy positivo. En julio, cuando llegamos, nos encontramos con que teníamos que ir a un Consejo de Política Fiscal y Financiera en el que se iba a aprobar la regla de gasto. Poco después tuvimos que ir a otro en el que hubo mucho debate. Aunque acabábamos de llegar, defendimos muy bien la posición del Gobierno valenciano y se escuchó con mucha claridad la defensa de nuestros intereses. Ha sido una etapa difícil. La situación en la que se encuentra el sector público empresarial es muy complicada. A veces da la sensación de que el Gobierno anterior llevaba muchos meses sin hacer nada. La dejadez y la desidia eran una constante.
Y, en concreto, ¿qué papel ha desempeñado para mejorar las maltrechas arcas de la Generalitat? ¿De qué se siente más orgulloso?
A mediados de julio recibimos una carta del Ministerio en la que nos pedían que actualizáramos el informe sobre financiación autonómica. Nos daban 10 días para hacerlo. Era muy difícil, porque en el seno de la administración autonómica no hay ninguna unidad administrativa que se encargue de ello. Tuvimos que hacer un esfuerzo muy grande. Me satisface mucho el resultado. Incluimos cosas que no estaban en el informe anterior. La llamada deuda histórica, hasta la reivindicación de un mejor reparto de los límites de déficit entre administraciones, empleamos los datos territorializados para demostrar el maltrato que padece la Comunidad...
Habla de un maltrato ya sistémico. ¿Por qué sufrimos esta situación?
El maltrato es de décadas. Si nos vamos a la Dictadura, las provincias del Mediterráneo fueron peor tratadas en dotación de infraestructuras. Llegó la democracia y esas provincias, cuando se constituyeron las comunidades autónomas, no se vieron compensadas. Después se hicieron las transferencias de sanidad y educación y se recibió menos dinero al tener menos dotaciones públicas. Desde los 80 no se ha solucionado.
Pero, ¿por qué ese maltrato?
Creo que la Comunidad, durante estas décadas, no ha tenido suficiente visibilidad en España. La situación en la que se ha encontrado no ha tenido la repercusión que debía en el Gobierno. Por parte de quienes han gobernado la Comunidad, y también la sociedad, no hemos sido suficientemente conscientes de la importancia que supone poner en valor la capacidad que tenemos y poner de manifiesto que sin un trato equitativo y justo, no podemos desarrollarlas. Lamentablemente hemos tenido muchos problemas durante los últimos años porque teníamos un Gobierno que lanzaba otros mensajes que tienen que ver con el despilfarro, corrupción, mala gestión, sanciones de la UE...
Pero el Gobierno presume de haber auxiliado a la Comunidad con el FLA y el plan de pago a proveedores.
Ahí hay una pequeña trampa. Cuando se dice que gracias a esos préstamos de tipo cero la Comunidad está ahorrando gasto, se está diciendo media verdad. No se dice que mientras esos préstamos han estado vigentes y no eran a tipo cero, la Comunidad ha pagado más de 1.400 millones en intereses por ellos. Mientras, otras comunidades recibían ese dinero a través del modelo de financiación autonómica. Y ahí no pagas intereses ni lo tienes que devolver. Parte de nuestra deuda tan alta se debe a eso.
La problemática de la financiación ha alcanzado tal extremo que el Consell ha barajado la posibilidad de llevar al Gobierno a los tribunales. Pero este viernes Mónica Oltra aplazó la demanda hasta después de la reunión entre Rajoy y Puig. ¿No sería más conveniente recurrir ya a la Justicia?
Hay que agotar todas las vías del diálogo político, a pesar de que Rajoy no se ha comportado como correspondía. El Rajoy que va a recibir a Ximo Puig el 2 de noviembre será más el Rajoy candidato que el Rajoy presidente.
Pero esa reunión, a un mes y medio vista de las elecciones, ¿tiene sentido?
l No va a servir en absoluto para cambiar todo lo que tiene que ver con la financiación porque se produce con las cámaras disueltas. Por tanto, va a servir para poco. Lo que sí tiene claro el Consell es que habrá unas elecciones y a partir de ahí vamos a tener siempre presente que éste es un tema que tiene que ver con los derechos y las oportunidades de los valencianos. Si para defenderlos hay que ir a los tribunales, iremos.
Si el PSOE llega al Gobierno, ¿puede garantizar que el expolio acabará?
Pedro Sánchez es perfectamente conocedor del problema. Además, siempre ha manifestado su voluntad de reformar el sistema de financiación autonómica. Hemos podido comprobarlo en nuestras reuniones internas. El problema valenciano ha calado y cuando otros gobiernos hacen referencia a la Comunidad, se muestran comprensivos. Estamos convencidos de que la situación se va a acabar. En esta legislatura, cada vez que se ha planteado el problema, los miembros del PSOE han votado a favor de resolver el problema. No había ocurrido antes. La labor que ha hecho Ximo Puig ha sido fundamental.
Y qué me dice de la deuda histórica. ¿La pagarán?
Hacemos un planteamiento para reestructurar toda la deuda, que son 40.000 millones. La idea que vamos a plantear es que de toda, hay una parte que no es fruto del despilfarro y la mala gestión, sino que está relacionada con el déficit de financiación autonómica. l Vamos a plantear una solución, de modo que el Estado asuma una parte y el resto la podamos refinanciar a un plazo más largo y sin intereses.
Pero las arcas estatales tampoco están para grandes desembolsos.
Es perfectamente factible en términos económicos. Y políticamente creo que es necesario para que la Comunidad recupere su autonomía política y financiera. Estoy convencido de que Pedro Sánchez es conocedor del problema y va a compartir esta solución, porque sin una solución de este tipo la Comunidad es inviable.
¿De qué cantidad habla?
De cerca de 12.000 millones, sin contar los intereses. Hay mecanismos... no tiene por qué ser una quita. Por ejemplo, una mutualización progresiva.
La encuesta que publicó este diario la semana del 9 d'Octubre sitúa a Ciudadanos como la posible llave para formar gobierno. ¿Ve factible un pacto con el partido de Albert Rivera?
Creo que las encuestas están poniendo de manifesto que el terreno electoral que pisamos se mueve muy rápido. En las pasadas elecciones autonómicas nos dimos cuenta de muchos elementos del resultado final que las encuestas no fueron capaces de prever. Como siempre los sondeos muestran tendencias. En cuanto a la política de pactos, veo al PSOE como la fuerza más votada en las elecciones generales y siendo los más votados el partido tiene una enorme capacidad para llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas con las que pueda compartir propuestas.
¿Ciudadanos es una de ellas?
Ciudadanos podría ser pero también cualquier otra fuerza política con la que compartamos nuestro programa electoral.
¿Y Podemos?
Si el PSOE es la fuerza más votada tendrá la capacidad de negociar con esa y otras fuerzas políticas para llegar al Gobierno. Por el contrario, el PP ha mostrado que no tiene ninguna capacidad para llegar a esos acuerdos. Pedro Sánchez es todo lo contrario.
¿Cómo explica el retroceso de Podemos en los sondeos?
Insisto en que las encuestas son una mera referencia. Al final Podemos tiene que clarificar qué papel quiere jugar en la política española los próximos años.
¿Qué supondría para España que el PP retuviera el Gobierno?
Supondría que la recuperación sería injusta y saldríamos de la crisis con una sociedad menos equitativa y en la que unas personas tendrían menos oportunidades que otras.
Esta semana se ha desplazado a Bruselas para tratar de reorientar la venta de la Ciudad de la Luz. ¿Con qué impresión ha vuelto a Alicante?
Ha sido un viaje muy positivo. El vicepresidente de la Comisión Europea nos trasladó las posibilidades que ofrece el plan Juncker a las comunidades autónomas. Los gobiernos regionales pueden presentar proyectos y en España nadie lo ha hecho. Nos brindaron la posibilidad de desplazar técnicos de la Comisión a Valencia para ayudar a presentar proyectos y nos manifestó que le gustaría que la Comunidad liderara la presentación de esos proyectos. Además, la acogida de la comisaria de la Competencia fue muy positiva. Nos animó a dialogar y nos trasladó que no enviemos a técnicos y abogados a hablar de problemas que tienen trascendencia política. En cuanto a Ciudad de la Luz, nos abrió la posibilidad de diseñar un nuevo pliego en el que podamos aumentar el precio mínimo, podamos venderla en un único lote garantizando que el complejo no se rompe y en el que pidamos a los posibles compradores que presenten un plan de viabilidad.