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Unos escritos que destilan angustia y tristeza

Una mujer triste por la muerte de su marido, el expresidente de la CAM Vicente Sala, y una madre angustiada por las casi inexistentes relaciones con sus hijas y la situación de enfrentamiento que se estaba viviendo en el seno de la familia por el control del entramado empresarial. Esa es la imagen de María del Carmen Martínez en los años inmediatamente anteriores a su asesinato que reflejan los manuscritos localizados por su hermana en el interior de un mueble de su habitación y que ya forman parte del sumario.

En los escritos, unas hojas sueltas y una libreta sobre cuya autoría nadie duda, la matriarca de los Sala se lamenta de que sus hijas se opongan al traspaso de la acción de oro que su marido le legó para que se la cediera a su hijo y se manifiesta firme al asegurar: «Voy a hacer lo que siempre he hecho. Acatar la voluntad de mi marido». En otro de los pasajes, la mujer enumera los momentos importantes de su vida calificándolos como tristes o alegres. A partir de la muerte de Vicente Sala todo es oscuro hasta el punto de que en los últimos años, a tenor de lo que ella misma escribió, sus hijas no le hablaban, su yerno Miguel López, sospechoso de su muerte, le gritó a ella y a su hermana en una comida y sólo su hijo y su hermana la cuidaban.

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