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Caray con los alemanes

Caray con los alemanes

Como cada año, el PNV celebró ayer el «Aberri Eguna» y en Elche se arrojaron aleluyas desde los balcones al paso de las efigies del Resucitado...

2 lunes

LA EDUCACIÓN SENTIMENTAL

Como cada año, el PNV celebró ayer el «Aberri Eguna» y en Elche se arrojaron aleluyas desde los balcones al paso de las efigies del Resucitado y de la patrona local. Las aleluyas son estampas de colores llamativos con la fotografía de una imagen sagrada y el descenso simultáneo de cientos de ellas compone un instante estético recomendable para las almas sensibles. Los espectadores menudos a pie de calle intentan atraparlas en el aire y, al no conseguirlo, las recogen compulsivamente del suelo como quien acapara un maná imprevisto. Supongo que en Ruanda los niños recogen casquillos de «Kalashnikov» y en Río serpentinas carnavaleras. Son rituales que modulan la memoria y formarán el arraigo sentimental: las aleluyas, los casquillos, las serpentinas de la niñez. El nacionalismo llama «hechos diferenciales» a vínculos irregulares como la lengua, la raza o la religión que enmascaran ese sentimiento, un síndrome melancólico con pátina académica que convierte en epifanía algo tan accesorio como una aleluya, un casquillo o una serpentina. En cambio, a mí me fascina que todos los niños de cualquier época y lugar disfruten recogiendo porquería del suelo.

3 martes

LOS GALONES

Incluso la prensa deportiva resalta hoy el incidente entre la reina Letizia y doña Sofía a las puertas de la catedral de Palma el pasado domingo. El video de la escena corrobora el roce malcarado entre ambas por culpa de un posado de la abuela con las nietas que disgustó a la madre. Las expresiones majestuosamente estupefactas del rey y de don Juan Carlos no hacen sino confirmar que los hombres nos enteramos de que está lloviendo sólo cuando una mujer menciona que estamos empapados. No hay nada deshonroso en la anécdota; al contrario, es el tipo de zafarrancho que humaniza a figuras incrustadas en la peana de la ejemplaridad intachable, pero que finalmente no pueden evitar comportarse como lo que son: una suegra discutiendo con su nuera a causa de los críos. El agravante morboso de este caso es que, además del hijo, la nuera le ha robado el trono a la suegra y por curiosidad maliciosa he buscado precedentes de odio entrañable entre reinas madres y sucesoras consortes. El periódico necesitaría un suplemento especial.

4 miércoles

ALIENÍGENAS

Por una malaventurada coincidencia, Puigdemont ha comenzado a buscar piso en Alemania cinco minutos antes de que el fiscal de este país recomiende que permanezca en prisión. Apurando las posibilidades del absurdo, sería coherente que, después de su alegórico alojamiento en Waterloo, ahora optara por Neuengamme, sede de un campo de concentración nazi que sólo dista sesenta kilómetros de la celda que él cree provisional y el resto de los mortales indefinida. La abducción colectiva del «procés» siempre estuvo instalada en el universo de las realidades paralelas y su agonía también se nutre de imágenes fantásticas. Mientras Puigdemont consulta inútilmente alquileres, la Mesa del Parlamento catalán ha aceptado que delegue su voto contra el criterio de los letrados de la Cámara y a pesar de las advertencias del Tribunal Constitucional. Ocurre que estas pesadas cuestiones jurídicas son ajenas, por convicción mesiánica o cálculo táctico, a los mecanismos mentales del independentismo. El presidente del Parlamento lo expresó con simplicidad terrorífica: «No permitiremos que los jueces elijan al presidente de la Generalitat». Bueno, los jueces persiguen a los delincuentes. También en Alemania y por eso Puigdemont va a ser extraditado.

5 jueves

GAUDEAMUS IGITUR

Siento cierta nostalgia mientras sigo la peripecia académica de Cristina Cifuentes, que hasta ahora le ha acarreado dos notables bajo sospecha y una moción de censura. Cuando cursé un máster hace quince años, me maravilló que en la entrega de calificaciones aparecieran alumnos que no habían pisado el aula ni un solo día. Como admitió con evidente desgana uno de los tutores, todo aquello era un pretexto recíproco para recaudar tasas y engordar el currículo. Lo que la naturaleza no da, Salamanca ahora sí lo presta. Pero había algo inalterable desde mi época de licenciatura, la sensación de hallarme en un ecosistema opaco que se resguardaba tras la antigualla de islote librepensador rodeado por el océano hostil del poder político. Pamplinas. Aunque se exagere su pobreza académica, donde conviven como en todas partes la excelencia con la ineptitud, las universidades españolas son centros residuales de sabiduría; en su faceta más prosaica, operan como agencias de colocación de los partidos que expiden salvoconductos profesionales y sinecuras a sus íntimos. Cifuentes debería dimitir si ha mentido o falseado su expediente, pero por el momento sólo ha participado en una farsa cotidiana.

6 viernes

EL BUCLE

Churchill decía que tragarte tus palabras era una dieta saludable que él había seguido a menudo y yo no he tenido más remedio que comprobarlo tras lo que escribí el miércoles: un tribunal alemán ha descartado el delito de rebelión por el que España solicitaba la extradición de Puigdemont y ha decretado su libertad bajo fianza. Algunos penalistas eminentes habían alertado sobre la fragilidad de esta acusación, pero nadie sospechaba que el tribunal desoyera al fiscal y propinara un guantazo jurídico a sus colegas españoles. Puigdemont se ha apresurado a depositar la fianza y ya puede alquilar un castillo sobre el Rin a la espera de ser extraditado por malversación, salvo si el Tribunal Supremo retira la euroorden. Imaginen la beoda hipótesis de que Puigdemont sea juzgado únicamente por malversación, mientras que sus subalternos de Entremeras lo son además por rebelión. El Derecho tiene estas travesuras diabólicas. En cuanto a las certezas, los partidarios de un Puigdemont en libertad ahora podrán boicotear con mejor coartada la investidura de otro candidato, lo que hará incuestionables nuevas elecciones. Caray con los alemanes.

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