Acerca delgénero de lacompetitividad

I ncertidumbre» y «pérdida de competitividad». Con estas dos expresiones vaticinó el pasado jueves la junta directiva de la patronal alicantina Coepa, que preside Modesto Crespo, los posibles efectos que las cuotas de paridad en los puestos de mando establecidas en la Ley de Igualdad pueden ocasionar en el sector empresarial. Los temores de la patronal no han tardado en encontrar las primeras voces críticas entre las fuerzas sindicales que calificaron de «arcaicos y carentes de fundamento» los planteamientos de la organización. Y entre los propios empresarios, los hay que se posicionan con Coepa, ratificando esa pérdida de productividad, pero también destacados dirigentes de empresas modernas de la provincia niegan ese adverso efecto que causaría la paridad en el funcionamiento de las sociedades.

El secretario de UGT en la comarca de l´Alacantí, Óscar Llopis, consideró ayer que los argumentos expuestos por la junta directiva de la patronal suponen un «menosprecio a la capacidad emprendedora de la mujer». Llopis sentenció que las mercantiles deben «abandonar los estereotipos arcaicos que lo único que están consiguiendo es desperdiciar un importante caudal de mujeres preparadas, con estudios superiores, que ven imposibilitadas sus opciones de integrarse en los altos cargos de las mercantiles». A modo de ejemplo, el representante sindical añadió que en la actualidad tanto en Coepa como en la Asociación de Jovenes Empresarios de la provincia de Alicante (JOVEMPA); «tan sólo una mujer, respectivamente, ocupa un sillón de mando en los consejos ejecutivos que llevan las riendas de ambas entidades».

La disconformidad con los planteamientos de Coepa también proviene de CC OO, desde donde se acusó a la patronal de aportar un análisis «completamente equivocado» de la realidad. La responsable del área de mujer y empleo del sindicato, Consuelo Navarro matizó que la incorporación de la mujer a los puestos de mando supondrá «al contrario de los posibles males anunciados por Coepa, importantes beneficios muy alejados de la pérdida de competitividad», ya que los problemas del sector empresarial «son el resultado de un modelo económico asentado de manera casi exclusiva sobre actividades como la construcción o los servicios y con escasas inversiones en vías de crecimiento de futuro como la investigación». Ante esta situación, los sindicatos advierten de que «estarán vigilando muy de cerca» los movimientos dados por las empresas durante el proceso de margen concedido para la aplicación de la Ley de Igualdad para conseguir que los avances alcanzados «no caigan en saco roto».

El posicionamiento marcado por Coepa, siguiendo el guión de la gran patronal CEOE, no es compartido en su totalidad por los industriales alicantinos. En lo que sí coinciden la mayoría es en rechazar «la imposición» de las cuotas. Pero acerca de la pérdida de competitividad y los criterios empresariales de «eficiencia e idoneidad» que la normativa «distorsionaría», según Coepa, se encuentran divisiones. Los hay que comparten los temores de Coepa y confirman que afectaría a la productividad y los que rechazan este temor. La defensa de esta postura es abanderada por dirigentes de empresas líderes de la provincia que, además, abogan por dar oportunidades a la mujer en las cúpulas directivas y aseguran, por su experiencia, que en «eficiencia», las trabajadoras ganan enteros.