Casi 50.000 familias españolas tuvieron que entregar su casa al banco durante el año pasado al no poder hacer frente al pago de las cuotas de la hipoteca, lo que supone un incremento del 11% sobre las cifras del ejercicio precedente, según un informe divulgado ayer por el Banco de España con datos de la propias entidades.

Del total de 49.694 inmuebles que acabaron en manos de los bancos por deudas, el 78% eran la vivienda habitual de las familias afectadas, mientras que el resto eran segundas residencias u otro tipo de propiedades. En cuatro de cada diez casos -21.521- se trató de entregas voluntarias pactadas con la entidad aunque sólo 16.173 de ellas fueron daciones en pago, es decir, que el banco aceptó cancelar toda la deuda a cambio de la casa. Esto supone apenas un 1,2% más que el año anterior, a pesar de las medidas aprobadas por el Gobierno para impulsar esta solución pactada.

Por su parte, las entregas forzadas por los tribunales aumentaron un 18%, hasta las 28.173. En más del 90% de los casos -26.113- las viviendas ya estaban vacías cuando se procedió a la toma de posesión por parte de la entidad frente a las 2.060 que continuaban ocupadas por sus propietarios. Sin embargo, el supervisor destaca que en sólo 147 ocasiones fue necesaria la intervención de las fuerzas del orden para practicar el desahucio, menos de la mitad de ocasiones que a lo largo del ejercicio de 2012.