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Datos autonómicos

Calzado, maquinaria y metal lideran la caída de la producción industrial

El último balance refleja un descenso del 5,8% en la Comunidad, porcentaje inferior a la media nacional

Imagen de archivo de una feria del sector del calzado. antonio amorós

El parón productivo durante la pandemia, la cuarentena, la incertidumbre de la evolución del coronavirus y el fuerte retroceso del consumo nacional y en los mercados internacionales están lastrando la producción industrial de la Comunidad, que no acaba de coger el ritmo de antes de la crisis.

Así lo apunta el último balance del Índice de Producción Industrial (IPI) en la autonomía al reflejar un descenso del 5,8% en junio con relación a un año antes, fundamentalmente por los acusados retrocesos del sector del cuero y del calzado (-26,8%), implantado de forma mayoritaria en la provincia, así como por la caída de la industria de la maquinaria y de equipos (-24,8%) y de la metalurgia y la fabricación de productos metálicos (-15,7%), según los datos publicados ayer por el Portal Estadístico de la Generalitat Valenciana

Sin embargo, el sector textil y de la confección solo bajó en junio su índice de producción un 6,2%, aunque esta industria registró un retroceso del 24,3% en lo que va de año, es decir de enero a junio,de forma similar a la caída del calzado en el mismo periodo (-26,8%) o la metalurgia (-23,9%). Entre los que en junio lastraron el índice autonómico, sólo la actividad de la maquinaria y equipos redujo su índice productivo un 7,4% hasta el sexto mes del año.

A pesar de la preocupante evolución negativa del indicador, el descenso mensual y del acumulado del índice general es menos acusado en la Comunidad que a nivel estatal, donde la contracción interanual en junio se situó en el 9,6% y la variación media de lo que va de año bajó un 14,8%, por encima del promedio autonómico del 13,3%. Representantes sectoriales de las principales industrias de la provincia admiten el serio revés en la producción causado por la pandemia, aunque desconocían los datos concretos de la evolución del indicador.

Lejos del nivel óptimo

De hecho, el nivel de actividad del calzado, del textil o la metalurgia aún no están alcanzando los niveles óptimos. «De hecho, se encuentran por debajo de su capacidad productiva», apunta Luis Rodríguez, secretario general de la patronal metalúrgica provincial (Fempa).

Y en la Asociación Valenciana de Empresarios del Calzado (Avecal) lamentan que «el consumo no se acaba de reactivar», según su presidenta, Marián Cano. Para la representante empresarial, el escenario sigue marcado por una gran incertidumbre. «Y los mercados siguen sin estabilizarse, lo que provoca que el sector industrial, en general, y el calzado, en particular, continúen registrando fuertes caídas en su índice de producción». Además, las perspectivas no son muy halagüeñas. Los sectores necesitan que desaparezca la incertidumbre, se reactive el consumo y se estimule la demanda, advierten los directivos empresariales. Por su parte, el índice productivo del textil mostraba en junio un descenso menor dentro del ámbito de las manufacturas, probablemente por los distintos subsectores que lo conforman.

Desigual evolución del textil

Desde esta industria se considera que la evolución ha sido desigual durante la pandemia y en la desescalada, si se trata del textil-hogar, más implantado en la provincia y en la Comunidad, o de la fabricación más orientada a la moda, según el presidente de la Asociación de Empresarios del Textil de la Comunidad Valenciana (Ateval), Pepe Serna. El descenso del consumo ha afectado más a las ventas y actividad de la confección de ropa, que a la de tejidos y material para el hogar. Serna apunta que la reclusión en las viviendas durante la cuarentena ha propiciado un repunte de la demanda en la desescalada. «Ha habido tiempo en las casas de ver si había necesidad de renovar tapicerías de sofás, mantelerías y similares». Además, el componente importante del sector textil autonómico es que en los momentos más duros de la crisis de coronavirus ha habido muchas empresas que reorientaron su actividad hacia la fabricación de material sanitario. Una decisión que, al final, se ha convertido en una nueva línea de negocio para estas compañías, complementaria a la tradicional, que, además, están conformando un clúster del textil sanitario. Serna asegura que estas líneas tienen actualmente un nivel de actividad muy superior al resto de subsectores, «con varios turnos de trabajo y registrando nuevas contrataciones», asegura.

La metalurgia mejora en julio

Por su parte, en el sector metalúrgico provincial y autonómico, pese acusar el impacto del parón productivo durante algunas semanas del estado de alarma, los indicadores de julio muestran que «en ese mes el metal sale de la contracción que venía sufriendo desde febrero», subraya Luis Rodríguez. Y las previsiones son una ligera recuperación, pero continuada a lo largo de los próximos meses. No obstante, aunque se haya reactivado un poco la demanda, desde Fempa advierten de que aún existe un contexto de gran incertidumbre, «el nivel de pedidos todavía es débil, pese a repuntar. Pero es que veníamos una contracción muy fuerte», resalta. La gran incógnita y la preocupación se centra en la evolución del empleo.

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