El Instituto Tecnológico del Producto Infantil y de Ocio (Aiju), con sede en Ibi, va a coordinar un proyecto para desarrollar una planta piloto que producirá cinco toneladas al año de biodiesel a partir de grasa animal. La iniciativa, en la que participan también Cepsa e Inescop, se estima que permitirá reducir hasta un 80% la huella de carbono respecto a los actuales carburantes.

Europa gestiona anualmente 17 millones de toneladas de subproductos animales, que, a su vez, generan 285 millones de grasas, una parte importante de las cuales son eliminadas en vertederos o a través de la incineración. Estos procesos suponen un problema tanto para el clima como para el medio ambiente, debido a las emisiones que se generan.

Con el objetivo de hacer frente a esta situación, se ha puesto en marcha el proyecto Life Superbiodiesel, cuyo objetivo es producir biocombustibles derivados de desechos animales y metanol a través de una tecnología catalítica heterogénea. Al frente del mismo, asumiendo la función además de coordinador, se encuentra el instituto tecnológico Aiju, si bien también participan en el mismo la Compañía Española de Petróleos (Cepsa), el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (Imdea), el Instituto Tecnológico del Calzado y Conexas (Inescop), el Instituto de Tecnología Química (ITQ), Organovac y la Universidad de Murcia.

Según la información facilitada desde Aiju, una de las ventajas de esta iniciativa, además de la producción de biodiesel de alto valor añadido a partir de grasa animal, es la reducción potencial de un 80% de la huella de carbono sobre el diesel convencional y de un 35% respecto al biodiesel de primera generación.

El proyecto implementará, además, un proceso de producción simplificado que evite los costosos pasos anteriores y posteriores al tratamiento. Asimismo, permitirá la reducción, al menos del 96%, del consumo de agua, utilizando el proceso enzimático desarrollado con respecto al proceso convencional.

Life Superbiodiesel también permitirá el crecimiento del volumen disponible para su procesamiento en plantas de producción biodiesel ante una posible caída de los precios de la materia prima, mayor rentabilidad de dichas instalaciones y un incremento de su negocio. Los productos resultantes serán caracterizados y validados y se corrobará la replicabilidad y tranferibilidad del proceso para explotar y comercializar sus resultados.

Rubén Beneito, coordinador del proyecto en Aiju, destaca que el proyecto «desarrollará, probará y demostrará una novedosa producción de biodiesel a partir de grasas animales residuales basada en tecnología supercrítica y catalizadores heterogéneos».

Beneito enfatiza que, además de ser apta para su replicación en el mercado, aliviará diversos problemas medioambientales. «Entre otros -subraya- ayudará a valorizar un residuo de bajo valor comercial, disminuyendo las emisiones y la deforestación asociada a los enfoques de producción de biodiesel y reemplazando el diesel mineral en los vehículos de transporte, lo que a su vez reducirá las emisiones y contribuirá en última instancia a la mitigación del cambio climático».

El proyecto está financiado por el programa comunitario Life.