El acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea para suspender los aranceles que se han estado aplicando mutuamente por las disputas sobre Boeing y Airbus ha sido muy bien recibido por la agricultura de la provincia, eso sí, después de haber visto cómo los recargos impuestos por el expresidente Donald Trump han tenido una factura más que elevada. Y es que el campo alicantino ha dejado de exportar desde 2019 cerca de 8 millones de euros al país norteamericano, fruto de una caída de ventas que se ha cebado con los cítricos y el vino y, en menor medida, con el aceite de oliva. Todos estos sectores confían en recuperar la cuota de mercado perdida, y más en un contexto como el actual, en el que la pandemia del covid está afectando a las ventas a nivel general.
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, y el nuevo mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, anunciaron la semana pasada la suspensión durante un periodo inicial de cuatro meses de los aranceles impuestos en el contexto de la disputa dirimida por la Organización Mundial de Comercio sobre la concesión de subsidios a la empresa aeroespacial europea Airbus y la estadounidense Boeing. Los recargos de represalia se han venido aplicado desde octubre de 2019 no solo en el ámbito de las aeronaves, sino también en otros, entre los que figuraban distintos productos agrícolas.
En el caso de la provincia, los sectores que han resultado damnificados son los cítricos, el vino y el aceite de oliva. Los aranceles del 25% han propiciado que se hayan dejado de exportar 4,1 millones de euros en naranjas, mandarinas y limones al país norteamericano. Mientras en 2018 las ventas a Estados Unidos fueron de 4.341.000 euros, en 2019 bajaron a 4.157.000, para desplomarse a sólo 401.000 euros en 2020.
El vino es el otro sector alicantino que también ha pagado las consecuencias de esta política comercial, con una reducción de las ventas de 3,4 millones. En 2018 las exportaciones eran de 4.209.000 euros, cayendo a 2.395.000 en 2019 y situándose en 2.564.000 el último año tras un leve repunte.
El aceite de oliva, asimismo, ha resultado perjudicado, aunque en menor medida, toda vez que en los dos últimos ejercicios ha visto cómo ha exportado 231.000 euros menos. Las ventas ascendían a 152.000 euros en 2018, hundiéndose hasta los 30.000 euros en 2019 y situándose en 44.000 en 2020.
Eladio Aniorte, presidente de Asaja y productor de cítricos, califica de «muy buena noticia» la supresión de los aranceles, sobre todo en el actual contexto de pandemia, en que las ventas se están resintiendo a nivel general. Según sus palabras, «la cadena Horeca, dedicada a la distribución en hoteles, restaurantes y cafeterías, se ha desplomado por las restricciones, y lo mismo ha pasado con los mercadillos. Así que la eliminación de barreras arancelarias en Estados Unidos, un destino importante para nuestros cítricos, es algo que hay que celebrar. El objetivo será recuperar los niveles de exportación anteriores, porque el consumo está ahí».
En lo que respecta al vino, el presidente de las bodegas Bocopa, Gaspar Tomás, señala que «los aranceles es evidente que han afectado al sector, pero, en general, los cuatro años de mandato de Trump han sido cuatro años de angustia». Los recargos, añade, «paralizaron el mercado, y ahora de lo que se trata es de volver a las ventas de antes e incluso intentar incrementarlas, aprovechando la oportunidad que supone que Estados Unidos sea en estos momentos uno de los principales consumidores de vino a nivel mundial».
En el sector del aceite de oliva también están satisfecho, si bien consideran que hasta 2022 no se notarán los efectos. Según Julián Úbeda, responsable de la aceituna en La Unió, «habrá que esperar a la próxima campaña, porque en la actual ya está toda la comercialización cerrada». La idea es ampliar la cuota de mercado, aunque se parte con la desventaja que supone que «otros países como Italia y Portugal hayan podido seguir exportando al haber contado con menos trabas».
La Unió pide un nuevo protocolo para la exportación
La organización agraria denuncia la desventaja de los cítricos españoles frente a los de otros países
La Unió de Llauradors i Ramaders reclama al ministerio de Agricultura que negocie un nuevo protocolo de exportación de cítricos a Estados Unidos, sobre la base de que el actual deja en desventaja a los productos españoles frente a los de otros países.
Desde la organización agraria se destaca que las clementinas procedentes de España están gravadas allí con un arancel de 1,9 centavos el kilo, mientras que las procedentes de otros lugares como Australia, Canadá, Chile, Israel, Corea del Sur, Marruecos, México o Perú, están exentas al tener firmados con Estados Unidos acuerdos de libre comercio.
Además, subrayan en La Unió, las empresas que deseen exportar clementinas deben cumplir con los requisitos recogidos en un protocolo de exportación riguroso y con muchas condiciones, entre ellas un tratamiento de frío que, sin embargo, España no pide para las importaciones de otros países terceros.
Así, no es de extrañar, añaden, que las exportaciones citrícolas hayan ido cayendo de forma notable y progresiva desde el año 2010, antes de que se empezaran a aplicar los últimos aranceles.
