Bajo el lema «Trabajamos por una sociedad mejor» se celebró esta semana en Pamplona el XXIV Congreso Nacional de la Empresa Familiar, que, organizado por el Instituto de la Empresa Familiar (IEF), reunió a cerca de 500 empresarios de toda España y 18 Asociaciones Territoriales de Empresa Familiar.

Entre ellas, se encontraba una delegación de la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (AEFA) formada por 15 empresarios alicantinos y encabezada por Maite Antón, su presidenta. En total, asistieron al encuentro 50 empresarios familiares procedentes de la Comunidad Valenciana.

Durante la cumbre, que fue inaugurada por Su Majestad el Rey, se llevó a cabo un amplio programa de conferencias y mesas redondas a lo largo de dos intensas jornadas (25 y 26 de octubre), protagonizadas por diversos expertos nacionales e internacionales del mundo de la empresa familiar. Entre los títulos de las ponencias se encontraban: «Semillas: reconocimiento a la trayectoria», «Más que números: propósito empresarial», «El mundo que queremos», «La empresa familiar por una sociedad mejor», «La empresa familiar a través de las generaciones y de los mercados: el Caso Henkel», o «La revolución del impacto», entre otras charlas que abordaron cuestiones cómo la diversificación, el crecimiento, el relevo generacional, el papel de la empresa familiar en la construcción de una sociedad mejor, entre otras. Además, el empresario y fundador de Pikolinos, Juan Perán, fue elegido por el IEF para participar en la mesa redonda «La empresa familiar por una sociedad mejor».

Reyes Maroto, ministra de Industria; Pablo Casado, presidente del Partido Popular y Marc Puig, presidente del IEF, también intervinieron en el congreso, entre otras personalidades del mundo político, social y empresarial.

Pacto por la sostenibilidad

Durante el encuentro, la presidenta de AEFA, Maite Antón, suscribió una declaración institucional en el que las empresas familiares de España se comprometieron a realizar las mejores prácticas de gestión que favorezcan la sostenibilidad empresarial, social y medioambiental.

En el plano empresarial, el compromiso asumido por las empresas familiares a través de este acuerdo consiste en gestionar prácticas empresariales y de inversión a largo plazo basadas en criterios éticos que permitan un crecimiento sostenible y que tomen en consideración los intereses de trabajadores, clientes, proveedores, accionistas, instituciones, administraciones y la sociedad en su conjunto.

El compromiso social, por su parte, incluye el fomento de la diversidad, la promoción de la igualdad entre los géneros, la inclusión social y la generación de empleo estable y de calidad adecuado a las necesidades de las empresas.

Por último, las empresas familiares se comprometen a gestionarse de forma respetuosa con el medioambiente, adoptando las modificaciones que sean necesarias en sus procesos para reducir las emisiones de CO2.

Planificación: clave del éxito en la sucesión de la empresa familiar

  • Inmaculada Pascual, directora responsable de la oficina de PwC en Alicante.
  • José Abad, responsable del área legal de PwC en Alicante.

Inmaculada Pascual y José Abad.

El pasado viernes tuvo lugar la Escuela de Familia organizada por la Asociación de la Empresa Familiar de Alicante (AEFA) y PwC, en la que se abordó una de las cuestiones más relevantes para la empresa familiar, como es la planificación de la sucesión en la misma.

El relevo generacional es uno de los retos más importantes a los que se tiene que enfrentar la empresa familiar, y prueba de ello son las cifras tan bajas de empresas familiares que consiguen pasar con éxito a las siguientes generaciones. Así, se estima que en España solo alcanzan la segunda generación un 30% de las empresas familiares, la tercera generación un 15%, y la cuarta generación porcentajes por debajo del 3%.

El éxito de la sucesión en la empresa familiar pasa por la toma de conciencia de todos los problemas que la misma puede plantear y la anticipación en la medida de lo posible a los mismos, mediante una adecuada planificación en todos los ámbitos, y especialmente, en el ámbito jurídico y fiscal. La sucesión no es algo que se consiga sin más, sino que hay que trabajársela y ganársela, con mucho diálogo y reflexión, contando además con un adecuado asesoramiento profesional.

Si no queremos que la fiscalidad de la sucesión ponga a prueba la propia supervivencia de la empresa familiar, hay que efectuar una adecuada planificación fiscal de la misma, porque en cualquier herencia, Hacienda es un heredero más, y el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones (ISD) es un impuesto especialmente gravoso, y por desgracia más en la Comunidad Valenciana que en otras comunidades autónomas, dado que estamos a la cabeza de las comunidades que más se paga por este impuesto.

La última sesión organizada por AEFA y PwC.

Por tanto, hay que planificar el ISD con mucha minuciosidad al objeto de que se cumplan los requisitos para la aplicar la reducción de empresa familiar, que es del 95% a nivel estatal, y del 99% en la Comunidad Valenciana solo para empresas con una cifra de negocios por debajo de 10 millones de euros. Aquí, cobra especial importancia la estructura del grupo de empresas que conforman la empresa familiar dado que la misma puede ser fundamental para reducir al máximo el coste fiscal de la sucesión. Además, una estructura óptima del grupo de empresas permite conseguir muchas otras ventajas fiscales, tanto para la empresa como para sus socios.

Desde un punto de vista legal, la medida más eficaz para encarar con éxito el relevo generacional es el establecimiento -y estricto cumplimiento- de un protocolo familiar. Un documento en que lo miembros de la familia, de común acuerdo, establecen las normas que han de regir la gestión y -sobre todo- el futuro de la empresa. A través del protocolo se planifica de manera consensuada el cambio generacional y se garantiza que no se producirán cambios unilaterales que erosionen las relaciones entre los miembros del grupo familiar. Y es que, dicho grupo se impone unas normas para cumplirlas.

Para asegurar la eficacia de los pactos, algunos de ellos deben implementarse mediante su incorporación a los estatutos sociales, pactos extraestatutarios, testamentos, capitulaciones matrimoniales, etc.

Más allá de la planificación a través del protocolo, el establecimiento de estructuras societarios adecuadas puede ayudar en el traspaso del control de la empresa y la entrada de nuevos socios. Las ventajas son, por supuesto, fiscales como ya hemos visto pero también legales. Una correcta arquitectura del grupo permite compartimentar riesgos y facilitar la gestión integrada de las distintas áreas de negocio. Además de facilitar la incorporación de las nuevas generaciones.

Especialmente aconsejable es la segregación del patrimonio familiar a fin de salvaguardar la riqueza generada por la familia a lo largo de los años de posibles contingencias del negocio principal.

Y una vez protegido el patrimonio, este debe ser invertido de manera eficaz a efectos de aumentar el mismo, profesionalizando su gestión. Para lo cual conviene constituir un vehículo adecuado a tal fin y establecer las tácticas de inversión.

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