Solo con una alianza transversal, que implique la cooperación público privada, pero también la colaboración entre empresas y la participación activa de los ciudadanos la Comunitat podrá superar los grandes retos que plantea el cambio climático.

Esta es una de las principales ideas fuerza que se puso sobre la mesa en la primera jornada del III Ecoforum, celebrado ayer en la Universitat Jaume I (UJI) de Castelló, y que concluirá hoy, organizado por el periódico Mediterráneo, con la colaboración del Ayuntamiento de la capital de la Plana, la Diputación de castellón, la Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat valenciana, y la UJI.

En este contexto, la consellera de Emergencia Climática y Transición Ecológica, Mireia Mollà, quien participó en la inauguración de la cita, puso el acento en que ha llegado el momento de «pasar a la acción », toda vez que la situación ya está «estudiada, medida y mapeada ». Mollà reiteró que «ya no hay que estar en la parálisis por análisis, sino que hay que pasar a los hechos.

Y los sectores industriales son una herramienta imprescindible para proyectar sobre ellos esos hechos». Apuntó, además, que Europa estima que la economía circular es la estrategia desde el punto de vista del empleo, ya que Europa estima que creará 700.000 puestos de trabajo en menos de dos años. «Hay que aprovecharlo», indicó, para señalar igualmente que la Comunitat cuenta con «un tejido productivo privilegiado» cuyas empresas pueden rentabilizar oportunidades que plantean los nuevos mecanismos de desarrollo.

La colaboración entre empresas y también de los ciudadanos es imprescindible para la transición La consellera Mollà advierte de que «hay que pasar a la acción» y rentabilizar los fondos europeos expertos empresariales y administraciones debaten sobre el camino a seguir El foro de la economía circular de la Comunitat Un momento de la celebración de Ecoforum en el Paranimf de la Universitat Jaume I de Castellón, el encuentro que ha mostrado los avances empresariales y públicos ante el reto climático, ayer. Gabriel Utiel La consellera se refirió a la apuesta que ha hecho la Unión Europea (UE) por la transformación ecológica.

«En un contexto de pandemia y ante la parálisis de las economías, se ha planteado la necesidad de una transformación ecológica ágil». No fue la única en defender que la colaboración público-privada «es obligatoria», más teniendo en cuenta que durante los años 2022 y 2023 llegarán 80 millones de euros de fondos europeos a la Comunitat Valenciana que hay que rentabilizar, orientados hacia el impulso a la economía circular que, a su vez, será un motor para el empleo.

Mireia Mollà consellera de emergencia climática

«Es una lucha de todos»

Por su parte, el conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, también aseveró que frenar el cambio climático «es una lucha de todos». Indicó que en el paso hacia la economía circular deben intervenir las administraciones públicas y las empresas, pero también el consumidor, sentido en el que se pronunciaron también otros participantes como la rectora de la UJI, Eva Alcón, o el diputado provincial y presidente de Reciplasa, Ignasi Garcia.

«Nuestras empresas pueden rentabilizar las oportunidades que supone la economía circular»

España apuntó también lo que entiende como «una asignatura pendiente de todas las administraciones públicas», desde los ayuntamientos hasta las autoridades europeas, pasando por la Generalitat valenciana y el Gobierno de España, «la simplificación de toda la normativa» para la tramitación de proyectos verdes y la obtención de ayudas en este sentido. «La Administración no puede ser un freno» para la transformación.

Reducir las emisiones

En cuanto a los expertos y responsables de las empresas participantes, reiteraron en sus exposiciones la idea de que solo la cooperación entre los distintos agentes, con especial hincapié en la colaboración público privada, podrá lograr el cumplimiento del Pacto Verde Europeo, por el que existe el compromiso, la necesidad, de llegar a cero emisiones netas en el año 2050 y de reducirlas al 55% en el horizonte del ejercicio del 2030.

Ponentes e integrantes de la mesa redonda que se celebró en el ecuador de la jornada pusieron también sobre la mesa la nueva idea de que las empresas deben pasar del concepto de la competencia al de la colaboración para lograr avances tecnológicos. Dichos avances deben permitir la implantación de combustibles alternativos no contaminantes y consolidar vías como la de la utilización del hidrógeno verde.