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Oliu reivindica la solvencia del Sabadell para afrontar las consecuencias de la guerra

El consejero delegado de la entidad destaca los buenos resultados del plan estratégico y señala que se acelerará la transformación del banco

El presidente del Sabadell, Josep Oliu, este jueves, en Alicante. Héctor Fuentes

Tras el cambio iniciado el año pasado, con el nombramiento de un nuevo consejero delegado con mayor poder ejecutivo, César González-Bueno, y la puesta en marcha de su nuevo plan estratégico, el presidente del Sabadell, Josep Oliu, ha reivindicado este jueves la posición de "solvencia y liquidez" con la que el sector financiero y, "en particular", la entidad con sede en Alicante afrontan la nueva etapa de incertidumbre que se ha abierto con la guerra en Ucrania y la escalada de precios que le acompaña. Una situación que, como ya anticipó el miércoles durante un encuentro con los medios, no cree que pueda provocar un estancamiento de la economía, aunque ralentizará su crecimiento y podría poner en aprietos a algunos de sus clientes.

Por eso, si durante 2021 el foco de la gestión se centró en reducir los costes del banco -con un recorte de la plantilla del 22% y el cierre del 25% de las sucursales-, este año los esfuerzos se centrarán "en el control de la morosidad, acompañando a las empresas que puedan sufrir los efectos del desabastecimiento o de un alto coste de sus 'inputs' para adaptarse a la nueva circunstancia que salga después de la guerra".

Un momento de la junta del Sabadell celebrada este jueves. Héctor Fuentes

Así lo ha señalado el banquero catalán durante su intervención en la junta de accionistas que el Sabadell ha celebrado este jueves en el Auditorio de la Diputación de Alicante, la primera que ha afrontado desde su nueva posición de presidente no ejecutivo de la entidad. Un paso atrás que Oliu dio para ajustarse a las preferencias de gobierno corporativo del BCE.

Optimismo

A pesar de reconocer las "importantes consecuencias" que tendrá el conflicto bélico en Ucrania, Oliu ha mantenido un tono optimista y positivo, en el que ha defendido los aciertos de los cambios introducidos en la gestión de la entidad en el último ejercicio o la decisión de seguir como banco en solitario, tras fracasar la fusión con BBVA. Una decisión que ha calificado como "muy exitosa".

Y es que el presidente del Sabadell afrontaba esta junta desde una posición muy distinta a la del año pasado, cuando la cotización del banco estaba por los suelos y la entidad presentaba unos beneficios pírricos, de apenas dos millones de euros. Por el contrario, este jueves Josep Oliu ha presumido del precio de las acciones, que se ha duplicado desde enero de 2021, y se ha presentado ante los accionistas con unas ganancias de 530 millones de euros, de los que una buena parte corresponden a la filial británica, el TSB, que tantos disgustos le había dado hasta el momento.

Así, no es de extrañar que Oliu haya calificado 2021 como un "punto de inflexión" en la trayectoria del banco, que este ejercicio acaba de cumplir 140 años, como también ha recordado en su intervención. De cara a este 2022, el banquero prevé que la situación vaya incluso mejor -a pesar de la guerra y la inflación, se mantiene la previsión de adelantar un año el objetivo de su plan estratégico de una rentabilidad del 6% ROTE-, gracias, entre otras cosas, a la previsible subida de los tipos de interés "que apunta hacia niveles más favorables a la rentabilidad futura del sector, si se consigue mantener el coste del riesgo en tasas moderas". De ahí que el empeño de los gestores del Sabadell vaya a ser este año anticiparse a las posibles dificultades de sus clientes, para evitar situaciones de impagos.

Plan estratégico

En esta misma línea, el consejero delegado de la entidad, César González-Bueno, ha detallado los resultados de los cambios introducidos en el banco a raíz de la puesta en marcha de su nuevo plan estratégico. Empezando por el ahorro de costes que, entre el ajuste del año pasado y el que se está acabando de ejecutar estos días, sumará 270 millones anuales.

En cuanto a las diferentes divisiones. González-Bueno ha destacado la "transformación radical" que se está acometiendo en la banca de particulares, en la que se está apostando por la atención digital para los productos más simples y gestores especializados para otros más complejos, como las hipotecas. En el caso de la banca de empresas, se están desarrollando nuevos productos para pymes y confían en la gestión de los fondos europeos como otra de las palancas de crecimiento. Por su parte, en el TSB se hará hincapié en su principal negocio, las hipotecas, mientras que en México y el resto de negocio en el exterior se aboga por un mayor control de costes y una reducción del endeudamiento.

"En 2022 vamos a acelerar la transformación del plan estratégico para seguir entregando buenos resultados trimestre a trimestre", ha señalado el ejecutivo.

González-Bueno también ha incidido en las medidas que se han adoptado para mejorar la atención a los mayores, tras el movimiento social y las presiones del Gobierno que generó la campaña iniciada por el jubilado valenciano Carlos San Juan bajo el lema "soy mayor, no idiota". Unas medidas que pasan por ampliar el horario de caja de 237 oficinas, renovar 400 cajeros y poner en marcha un teléfono gratuito de atención personal para clientes mayores de 70 años.

El CEO del Sabadell también ha desgranado los objetivos del compromiso de sostenibilidad del banco, que ya es neutro en emisiones de C02.

El consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno. Héctor Fuentes

Además de la aprobación de las cuentas y del reparto de un dividendo de 3 céntimos por acción -lo que supone una retribución por acción del 5,1%-, la junta también ha dado el visto bueno este jueves el nombramiento de Lluís Deulofeu como nuevo consejero del banco, en sustitución de Javier Echenique, y la reelección de Pedro Fontana, Donald Jonhston, José Manuel Martínez y el magnate mexicano David Martínez como miembros del consejo.

Las críticas sindicales copan las intervenciones

Aunque suele ser habitual que los sindicatos aprovechen la junta general de accionistas del Sabadell para hacer públicas sus reivindicaciones laborales, las tres intervenciones que han realizado este jueves los representantes del personal han sido bastantes más duras de lo habitual y todas en la misma dirección: para denunciar la sobrecarga de trabajo y las presiones para cumplir objetivos, tras los recortes que se han llevado por delante el 22% de la plantilla.

"Se han pasado de frenada y quien lo paga es la plantilla, con más carga de trabajo, más presión y peor atención al público", ha asegurado el secretario general de la sección de CC OO en el banco, Mario Rifaterra, una intervención especialmente significativa ya que esta formación es la mayoritaria en la entidad, con más de 5.000 afiliados, y que no suele tomar la palabra en las juntas. "La plantilla está al borde de la desesperación. Lo que se vive en la red de oficinas es una sangría que solo se puede sobrellevar acudiendo medicado", ha espetado Vanesa Villareal, del Sindicato Alta. Un malestar en el que ha incidido su compañero Francisco Gutiérrez, que ha contrapuesto los sueldos millonarios de directivos y miembros del consejo con la subida del 1% de los trabajadores, y también ha denunciado la saturación de algunas oficinas: "Los clientes llegan cada vez más alterados. Se dan citas previas de más de un mes en algunas sucursales", ha denunciado.

González-Bueno ha recordado que la alternativa a los ajustes era la absorción por parte de BBVA, que hubiera supuesto un recorte mayor

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Tanto el presidente del banco, Josep Oliu, como el consejero delegado, César González-Bueno, han reconocido el sacrificio de la plantilla pero han recordado que todas las salidas han sido voluntarias, y tras llegar a un acuerdo con los sindicatos. Además, han insistido en que la alternativa a los ajustes hubiera sido mucho peor. "Cuando me incorporé salíamos de una situación crítica, a punto de sumirnos en una fusión que hubiese supuesto la desaparición de la marca Sabadell y una reducción de plantilla mucho más acusada", ha apuntado el consejero delegado, que, además, ha insistido en la necesidad de mejorar aún más la rentabilidad del banco para seguir siendo atractivo en el mercado.

González-Bueno, además, ha asegura que no percibe el malestar que han puesto de manifiesto los sindicatos cuando visita las sucursales y ha señalado que, si existiera ese "desánimo, sería difícil que atendieran adecuadamente a los clientes". Por el contrario, ha asegurado que lo que él ve es "una plantilla comprometida y que siente los colores de Banco Sabadell". Aún así, se ha comprometido a seguir de cerca las encuestas de clima laboral y ha tratar de mejora en lo posible las condiciones de los empleados.

Financiación de armas

Por otro lado, también se han registrado las intervenciones tradicionales que el colectivo Banca Armada realiza en las juntas de todas las entidades para denunciar la financiación de empresas que fabrican armas. Oliu ha recordado que el banco tiene el compromiso desde 2018 de no financiar a empresas que fabriquen "armas controvertidas", siguiendo las recomendaciones de las Naciones Unidas y el Consejo Europeo de Cooperación y que va a mantener esa política.

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