No logró repetir las cifras de 2020, cuando el confinamiento disparó las ventas de los productos de alimentación que se distribuyen en los supermercados, pero se quedó muy cerca. Aceitunas Cazorla demostró el año pasado una considerable resistencia al cerrar el ejercicio con una facturación de 145,9 millones de euros, lo que supone apenas un retroceso del 2% sobre el ejercicio anterior, en el que todas las compañías del sector de la alimentación vieron crecer inusualmente sus cifras por el desvío del consumo desde los bares a los hogares. Un cambio de hábitos que en el caso de la compañía alicantina supuso un 15% más de facturación.

Así lo reflejan las cuentas que ha depositado en el Registro Mercantil la compañía de la familia Beresaluce, uno de los mayores especialistas en la fabricación de marcas blancas dentro de su sector, además de titular de enseñas tan populares como La Explanada o La Sota. Entre otros, Cazorla es uno de los principales proveedores de aceitunas de marca Hacendado para Mercadona –junto con la firma alcoyana La Española- y también es el mayor proveedor de este producto para Lidl en toda Europa.

Las instalaciones de Aceitunas Cazorla en Alicante. David Revenga

En este sentido, la progresiva normalización del consumo provocó que la compañía viera reducidas ligeramente sus ventas tanto en el mercado nacional, como en el europeo, aunque en ambos casos consiguió mantenerse por encima de los volúmenes que anotaba antes de la pandemia. Es decir, que consiguió consolidar parte de ese crecimiento.

Así, las ventas en España cayeron de 63,3 a 62,8 millones de euros, una cifra que en cualquier casi supone casi diez millones más que en 2019. Por su parte, los envíos al resto de la Unión Europea se contrajeron en 2021 de 63,9 a 59,7 millones, también más de dos millones por encima de las anteriores a la pandemia.

El único segmento geográfico en el que no se vio interrumpido el crecimiento fueron los mercados extracomunitarios, donde el año pasado llegó a facturar 23,4 millones, frente a los 21,6 de 2020. Una mejora que se produje a pesar de que los aranceles impuestos por Estados Unidos a las aceitunas españolas por distintos conflictos comerciales con la UE llevan complicando las ventas en este mercado a todo el sector desde hace varios años.

La fábrica de Aceitunas Cazorla en Alicante. David Revenga

A pesar del retroceso en las ventas, Aceitunas Cazorla logró mejorar un 8,2% sus beneficios, hasta los 840.000 euros, que destinó mayoritariamente a reservas.

Fundada hace más de 60 años en Novelda, cuando la familia Beresaluce compró la compañía decidió especializarla en marcas blancas para hacerse hueco en un negocio donde otros proveedores locales ya copaban el mercado nacional, y los productores del sur de España habían posicionado sus productos en el mercado internacional. Esta especialización ha permitido a la firma crecer hasta convertirse en la de mayor facturación del ramo en la provincia y una de las grandes del país.