La pandemia ha servido para agrandar aún más la brecha salarial que arrastra la provincia con respecto al resto del país. A pesar de que el fin de los ERTE y la progresiva normalización de la actividad permitieron que el año pasado los ingresos medios de los trabajadores de la provincia volvieran a crecer, tras el paréntesis que se produjo al inicio de la pandemia, lo cierto es que la evolución ha sido peor que la media nacional, lo que ha provocado que la diferencia entre lo que ganan unos y otros sea ahora mayor que en 2019.

Así lo refleja la estadística sobre Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias, que señala que el año pasado los asalariados alicantinos ingresaron una media de 3.870 euros menos que los del conjunto del país, o lo que es lo mismo, que ganaron un 17,9% menos. Antes de la llegada del coronavirus esa diferencia era de 3.427 euros o de un 16,6%, según este estudio, que la Agencia Tributaria elabora en base a los datos que comunican las empresas para aplicar las retenciones sobre las nóminas de sus trabajadores.

De esta forma, tras el retroceso que se produjo en 2020, los ingresos medios anuales de los trabajadores por cuenta ajena de la provincia alcanzaron el año pasado los 17.649 euros, un 4,4% más que en el ejercicio anterior y también por encima de los datos de 2019, cuando la ganancia media por asalariado fue de 17.139 euros. Una buena noticia de no ser porque lo cierto es que estos datos reflejan que, en realidad, los asalariados alicantinos se han quedado algo descolgados en esta recuperación, ya que en el mismo periodo los ingresos del conjunto de empleados españoles pasaron de 20.566 a 21.519 euros, lo que provocó que la brecha entre unos y otro se agrandara.

De hecho, Alicante cayó tres puestos en el ranking provincial y pasó de ser la décima provincia por la cola con los ingresos por trabajador más bajos a ser la séptima, sólo por delante de Jaén (15.190 euros), Huelva (15.296), Badajoz (16.195), Almería (16.220), Córdoba (16.670) y Cáceres (16.840).

Baja calidad del empleo

Aunque una de las explicaciones podría venir por la mayor persistencia de trabajadores en situación de ERTE –en 2021 buena parte del sector turístico aún se vio afectado de forma intermitente por diversas restricciones-, lo cierto es que el porcentaje de trabajadores que a lo largo del ejercicio estuvieron en esta situación en la provincia en algún momento, el 6,9%, fue bastante similar al nacional, del 6,1%, según refleja el mismo estudio.  En otras palabras, que el aumento de la brecha de ingresos solo puede atribuirse a que en otras provincias subieron más los sueldos o los nuevos empleos que se crearon fueron de más calidad.

En este sentido, cabe señalar que la estadística computa los ingresos anuales medios por asalariado, con independencia de si trabajaron todo el año o sólo durante unos meses –como ocurre en muchos sectores de la provincia, como el turismo, el turrón o el calzado-, o de si trabajaban a tiempo parcial o a jornada completa. De ahí que el importe sea menor que el que ofrecen otras fuentes, como el INE, que reflejan siempre salarios medios a tiempo completo.

Una trabajadora en un almacén agrícola de la provincia. Áxel Álvarez

Menos del SMI

Esta metodología basada en los ingresos anuales reales revela, por ejemplo, el elevado porcentaje de alicantinos con rentas realmente bajas. Así, hasta el 45,9% de todos los residentes en la provincia que el año pasado tuvieron algún tipo de empleo remunerado no ganaron a lo largo del año ni el equivalente al Salario Mínimo Interprofesional, es decir, que ingresaron menos de 13.370 euros. Y de ellos alrededor de un 55% ni siquiera alcanzaron los 6.700 euros, es decir, la mitad del SMI. Una situación que tiene mucho que ver con los distintos tipos de precariedad que se dan en la provincia, desde la estacionalidad de muchos sectores, como ya se ha citado, a las jornadas parciales o el importante peso de la economía sumergida, que se mantiene oculta a las estadísticas del fisco.

Frente a ese 45,9% de alicantinos que ingresa menos del equivalente al SMI anual, otro 34,7% gana entre una y dos veces este indicador –es decir, entre 13.370 y 26.740 euros-; un 12% entre esa cantidad y 40.110 euros, y sólo un 7,4% de los asalariados de la provincia supera esa cifra.

Entre los más afortunados, destacan los 844 alicantinos que ganaron el año pasado más de 130.000 euros, 104 más que en 2020.

Las trabajadoras alicantinas ganan una media de 3.154 euros menos que los varones. Álex Domínguez

Las mujeres ganan 3.154 euros menos que los hombres

La brecha territorial no es la única que se mantiene e incluso aumenta en la provincia tras la pandemia. Los datos de la Agencia Tributaria también reflejan la discriminación que sufren las trabajadoras alicantinas, que el año pasado ingresaron de media 3.154 euros menos que los varones, una diferencia 50 euros superior a la del año anterior.

En concreto, las ganancias medias declaradas por las trabajadoras alicantinas se situaron en 2021 en los 15.954 euros frente a los 19.108 de los empleados por cuenta ajena de género masculino.

También son importantes las diferencias que existen por sectores económicos. Los profesionales mejor remunerados en la provincia son los empleados del sector de banca y seguros, con unos ingresos medios anuales de 33.882 euros, cuatro veces más que los 8.890 euros que declararon quienes trabajan en los servicios personales y de ocio, que incluye desde peluquerías hasta animadores culturales.

También están por encima de la media los trabajadores de los servicios sociales –sanidad, educación, etc-, que ganaron de media 25.242 euros; y los de la industria extractiva y los suministros de agua y electricidad, con 24.398 euros. Por su parte, los empleados del sector de la información y las comunicaciones ingresaron 22.449 euros; los de la industria manufacturera, 18.144; los del comercio, 16.427; y los de servicios a empresas, 14.704. En todos los casos hay que tener en cuenta que la media incluye a trabajadores a tiempo parcial y los que solo trabajaron durante unos meses al año.