Ángel Sáenz de Cenzano

"Las ciudades de tamaño medio como Alicante se verán favorecidas con el auge del teletrabajo"

Entrevista al country manager de Linkedin en España y Portugal

El ejecutivo de Linkedin, durante su visita a Alicante.

El ejecutivo de Linkedin, durante su visita a Alicante. / ALEX DOMINGUEZ

David Navarro

David Navarro

El responsable en nuestro país de la mayor red profesional del mundo participó hace unos días en el congreso Opendir en Alicante, donde destacó la oportunidad que suponen las nuevas tecnologías y alejó los temores que genera la inteligencia artificial. 

¿Han calculado cuánta gente consigue trabajo a través de LinkedIn cada día en España? 

Pues el dato de España no lo utilizamos de forma directa, pero en todo el mundo se producen seis contrataciones cada minuto.

¿Las redes y las plataformas han sustituido a amigos y conocidos como la principal forma de encontrar trabajo?

Bueno, los contactos personales son todavía una vía para las empresas de determinado tamaño, pero en las empresas medianas y grandes ya no sería posible ni viable que fuera así. Sin duda, la tecnología y las plataformas ya son la forma dominante para gestionar la contratación.

Ahora mismo hay un gran debate sobre si falta mano de obra, o si lo que faltan son mejores condiciones laborales para atraer a los trabajadores. ¿En qué parte se sitúa usted?

En ninguna de las dos. Yo creo que no falta mano de obra, pero sí creo que tenemos deberes pendientes en la capacitación de esa mano de obra. Pero, sobre todo, no tenemos mecanismos claros de identificación del talento. Nos acogemos a las categorías tradicionales, a lo que se ha estudiado y la trayectoria profesional, pero no somos capaces de analizar y de visualizar a los profesionales por sus capacidades y sus habilidades. Creo que ésa es una de las claves, junto con la formación y la capacitación en las habilidades necesarias ahora mismo, para cerrar ese agujero, esa famosa paradoja de que tenemos un problema de desempleo y, al mismo tiempo, las empresas dicen -y es verdad- que no encuentran el talento que necesitan. 

¿En qué flojean más los trabajadores españoles?

Creo que se empieza a instaurar una cultura de aprendizaje constante más allá de la titulación, pero aún no estamos ahí. Todavía no hemos incluido en nuestra agenda, en nuestro día a día, cómo vamos a seguir dando los pasos para mantenernos, como mínimo, actualizados y, si puede ser, incluso mejorar para diferenciarnos.

¿Cuáles serían los deberes pendientes de las empresas para poder atraer el talento o retenerlo?

Primero tiene que saber el perfil que busca e identificarlo, y luego tiene que ofrecer un entorno de trabajo atractivo a los empleados: flexibilidad laboral, buenas condiciones, estabilidad, la propia propuesta de valor de la empresa y, desde luego, tener muy presente cuál es la imagen de la compañía. 

Teletrabajo, ¿sí o no?

El teletrabajo es una herramienta que se ha demostrado útil en estos años, por los motivos que todos conocemos. Personalmente, yo no creo que el teletrabajo sea la solución absoluta y determinante para conseguir un entorno laboral más flexible y más productivo. Es una herramienta más. Además, yo creo en las bondades del trabajo colaborativo, el trabajo en equipo que típicamente se desarrolla en entornos físicos compartidos. Creo que tenemos que ampliar un poco más y entender cuáles son los conceptos de flexibilidad laboral. Estamos evolucionando y eso es bueno. Trabajamos menos horas, en mejores condiciones y de forma más productiva que hace 10, 20 o 50 años. Y eso es bueno, es progreso y no debemos ir contra ello. Además, la tecnología nos ayuda a ser más productivos cada día, pero es cierto que ahora mismo estamos experimentando, viendo lo que funciona y lo que no. Al final, las empresas tienen que entender que el bienestar del empleado es importante y los empleados tienen que entender que las empresas requieren unos niveles de productividad. 

¿El teletrabajo supone una oportunidad para ciudades medianas como Alicante, que hasta ahora estaban más alejadas de determinadas industrias punteras?

Sin duda alguna. Ahí convergen dos fuerzas. Es verdad que desde hace algunos años hay industrias      -y ahí está las startups- que han entendido que la deslocalización de su talento no es un problema, sino todo lo contrario. Hace unos años se planteaba por qué posiciones que podían estar abiertas en París o Amsterdam no podían venir a Madrid o Barcelona, y ahora se ha dado un paso más: ¿por qué Madrid o Barcelona cuando puede ser Vigo, Santander o Alicante? Es una tendencia clarísima por parte de las empresas. Y luego también hay una tendencia de la población a concentrarse en centros urbanos con buena oferta cultural, gastronómica… En definitiva, con buena calidad de vida. Así que ciudades con un tamaño medio como Alicante se van a ver claramente favorecidas con el auge teletrabajo. 

Habla de que se trabaja menos horas, ¿se implantará la jornada de cuatro días?

Es una conversación difícil, porque hay muchas industrias y muchos negocios en los que su nivel de productividad está ligado íntimamente al tiempo de trabajo. Si en una cadena de producción se fabrican mil zapatos en una hora, si se deja de trabajar una hora, se producen mil zapatos menos. No todo es equiparable. Sí, es cierto que hay empresas que están probando la jornada de cuatro días y les está funcionando bien. Están observando mayor satisfacción del empleado y más productividad. ¿Se va a implantar de la noche a la mañana en todos los sitios? Probablemente, no, pero estoy seguro de que será una tendencia que irá a más. Hace no demasiados años en muchas industrias el estándar eran seis días y hoy son cinco.  

¿Cómo afectará el desarrollo de la inteligencia artificial al mercado laboral?

Creo que es un elemento más de innovación que nos va a ayudar a ser más productivos. Y, en este caso, es un elemento que parece muy potente y va a significar cambios importantes en cómo trabajamos. Sobre el debate de si va a eliminar puestos de trabajo o no, creo que es un pelín estéril. No hay que mirarlo así. Es un paso de innovación más como hemos experimentado muchos otros, que quizás sea un poco más brusco y necesite un poco más de tiempo adaptación. Al final, la capacidad de uso de la inteligencia artificial es lo que va a diferenciar a los profesionales. La inteligencia artificial no va a reemplazar a todos los trabajos. Evidentemente algunos evolucionarán, como ocurrió cuando se introdujo la ofimática y se pasó de la máquina de escribir a los procesadores de texto. No podemos ser resistentes al cambio, lo que tenemos que hacer es entender cómo incluir -de hecho, cómo seguir incluyendo- las capacidades de la inteligencia artificial en nuestro trabajo.