El Airbnb de la moda es alicantino

Tres emprendedoras ponen en marcha Symbia, una aplicación que permite a los particulares alquilar los trajes que compraron para bodas y eventos, y sacarles una rentabilidad

Las fundadoras de Symbia, Claudia Martinez, Marta Puyol y Celia Martinez.

Las fundadoras de Symbia, Claudia Martinez, Marta Puyol y Celia Martinez. / INFORMACIÓN

David Navarro

David Navarro

¿Por qué gastarse 200 euros en un traje que sólo se va a usar una vez en lugar de alquilarlo? O visto, desde el otro lado, ¿por qué tener colgado en el armario un vestido de fiesta cuando se le puede sacar una rentabilidad prestándolo a otras personas a cambio de cierta cantidad?

Esta es la sencilla premisa con la que tres emprendedoras han decidido poner en marcha en Alicante lo que denominan el "Airbnb de la moda", una aplicación que permite a los particulares alquilar su ropa a otras personas y que está pensada especialmente para aquellas prendas que suelen comprarse para ocasiones especiales y que rara vez vuelven a utilizarse. Una iniciativa que han denominado Symbia y con la también quieren poner su granito de arena para racionalizar el consumo de moda actual y ayudar al medio ambiente.

Detrás de esta iniciativa están Celia Martínez; su hermana, Claudia Martínez; y una amiga de ambas, Marta Puyol, que empezaron a preparar el proyecto en 2022. Fue la primera de ellas la que tuvo la idea inicial. "Yo tenía una boda, una amiga tenía otra y le propuse comprar el vestido a medias para ahorrar", recuerda la también abogada.

Por entonces estaba opositando para jueza y, al suspender el examen, decidió que no quería continuar. Le picó el gusanillo del emprendimiento y, como su hermana "también había querido montar algo propio siempre, se animó". Y, con ella, su amiga Marta.

El proceso para subir una prenda a la aplicación.

El proceso para subir una prenda a la aplicación. / INFORMACIÓN

Martínez reconoce que el éxito de aplicaciones como Wallapop o Vinted -donde cada día se venden miles de prendas usadas- ha facilitado que el público objetivo de Symbia esté ahora más abierto a alquilar prendas de otras personas.

Además, las redes sociales también han ayudado en otro sentido. "Antes si repetías un traje en dos bodas con gente distinta, no pasaba nada. Ahora la mayoría no lo quiere hacer porque queda la imagen en Instagram o la red de turno", señala la fundadora de Symbia.

A todo ello se suma el componente medioambiental y la cada vez mayor concienciación sobre el problema que supone el excesivo consumo de moda, una de las industrias más contaminantes del planeta, como recuerda la emprendedora.

El precio

Al igual que ocurre en Airbnb, son los usuarios los que cuelgan en la aplicación las prendas que quieren poner en alquiler y fijan el precio. "Lo que recomendamos es que no supere entre el 20% y el 30% del precio de compra para que resulte atractivo", explica Celia Martínez.

Symbia no recibe ningún porcentaje de esa cantidad y se financia con los servicios anexos. Y es que, además del alquiler, quien decida arrendar uno de estos trajes deberá pagar por la tintorería, el transporte y un seguro obligatorio.

Una vez recibido, la persona que alquila decide si se queda o no la prenda, siempre que no la reciba un jueves o un viernes, para evitar la picaresca. En caso afirmativo, dispone de 21 días para utilizarlo, antes de devolverlo a su dueño o dueña original. Como era de esperar, de momento son los trajes de fiesta femeninos los que más abundan en la aplicación, aunque también se empiezan a animar algunos hombres.

Los usuarios tienen 21 días para utilizar las prendas antes de devolverlas.

Martínez se muestra totalmente convencida de su idea de negocio. "Hace unos años nadie pensaba que iba a alquilar su casa a unos desconocidos, o que iba a llevar en el coche a un extraño, como ocurre con Blabacar. Y lo mismo ocurre con la ropa de segunda mano, ahora comprar prendas vintage es algo chic", apunta.

Al respecto, recuerda que las propias cadenas de moda han empezado a incluir en algunos establecimientos apartados para la ropa de segunda mano, como ya hace la mismísima Zara, a través de su servicio Pre-owned. Otras, como Adolfo Domínguez, se han animado incluso con el alquiler. "El futuro de la moda pasa por modificar las pautas de comportamiento de los consumidores", insiste la emprendedora.

De momento, las tres socias siguen con sus respectivos trabajos, aunque tienen la esperanza de que, a medida que el negocio de la aplicación empiece a despegar, pueden centrarse en ella. "Nuestro objetivo es ayudar al planeta y al bolsillo reutilizando prendas que están en el armario de otras usuarias, que en ocasiones tienen un precio elevado y un grave impacto medioambiental, y que, tras un único uso, vuelven de nuevo al armario y nunca vuelven a ser utilizadas", resumen sobre la misión de su iniciativa.