TRANSPORTES

El Gobierno activa el estudio para reducir los vuelos cortos en España

El Ministerio de Transportes confirma que ha iniciado el análisis técnico sobre la posibilidad vetar rutas aéreas que puedan ser sustituidas por viajes en tren

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente.

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente. / EP

David Page

El Gobierno ha reactivado el debate sobre la prohibición de vuelos de corta duración que puedan ser sustituidos por viajes en tren, con el objetivo de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. PSOE y Sumar incluyeron este compromiso en su acuerdo para reeditar el gobierno de coalición progresista. Una promesa con demasiadas salvedades e inconcreciones que aparentemente nacía ya con poco recorrido.

El acuerdo entre los dos socios de gobierno apostaba por impulsar la “reducción” (no prohibición) de vuelos domésticos sólo si existe la alternativa en tren de menos de dos horas y media, y dejando fuera de las restricciones las conexiones de enlace con vuelos internacionales, por lo que quedaría exentos fundamentalmente los vuelos de los dos mayores aeropuertos españoles, Madrid-Barajas y Barcelona-El Prat.

El Ministerio de Transportes se comprometió a realizar un estudio técnico en profundidad sobre el impacto que puede llegar a tener la reducción de los vuelos cortes para garantizar la conectividad en el mercado aéreo español y también los posibles beneficios ambientales que pueden esperarse de la medida con todas las limitaciones recogidas en el acuerdo PSOE-Sumar. El departamento ahora comandado por Óscar Puente ha activado ya ese estudio para determinar la utilidad de la medida y sus posibles inconvenientes.

“El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible está realizado un estudio para analizar, desde un punto de vista técnico, si la racionalización del uso de los vuelos cortos, siempre dentro del marco normativo europeo, podría ser una medida que de una forma efectiva permita reducir las emisiones del modo aéreo, analizando, asimismo, otros posibles impactos de la medida”, explican fuentes oficiales del Ministerio de Transportes a El Periódico de España, de Prensa Ibérica.

Diálogo con las aerolíneas

El ministro Óscar Puente admitió la pasada semana en el Congreso de los Diputados que la medida de reducción de vuelos cortos tendrá poco alcance, al estar limitada a trayectos en tren también de relativa corta duración y a proteger los grandes ‘hubs’ aéreos, y anticipó que se abriría un proceso de diálogo con el sector aéreo para abordar la viabilidad de estas restricción y el análisis de las alternativas.

Desde el sector aéreo se apunta que esos contactos directos sobre este asunto no se han iniciado de momento y que el Ministerio no ha solicitado a las aerolíneas información para desarrollar el estudio técnico sobre las consecuencias de la medida propuesta. El Ministerio no hace comentarios sobre la información que está utilizando para el análisis emprendido ni sobre las fuentes de la misma, y sólo se apunta que no hay proceso de “negociación” con las compañías aéreas para tratar la posibilidad de restringir vuelos cortos en el futuro.

El plan del Gobierno pasa en principio por no incluir en esta eventual reducción de vuelos las rutas de los aeropuertos de Madrid y de Barcelona, que son centros de interconexión (hubs, según el argot sectorial) de vuelos de escala hacia destinos internacionales. El objetivo es blindar la capacidad de competir de Barajas y El Prat con otros aeropuertos europeos en los vuelos de conexión, lo que reduciría significativamente los vuelos eventualmente afectados por los recortes.

Al quedar limitada la medida a alternativas ferroviarias de dos horas y media, en principio sólo afectaría a vuelos que conectan Madrid con Valencia, Alicante, Sevilla y a algunas ofertas comerciales concretas también con Barcelona y Málaga. Pero si lo que se busca es salvar la capacidad de interconexión internacional, especialmente del aeropuerto de Madrid, el número de vuelos afectados sería mínimo a falta de desarrollar en el futuro una normativa legal que establezca su alcance real.

Las aerolíneas, en contra

Las compañías aéreas rechazan completamente que se apliquen vetos de vuelos y se apuesta por avanzar a la combinación de diferentes medios de transporte, singularmente haciendo llegar las líneas de alta velocidad ferroviaria directamente a los grandes aeropuertos con el objetivo de reducir la necesidad de esas rutas aéreas de corta duración. Las aerolíneas alertan de que reducir vuelos dejaría a los pasajeros que no viven en Madrid sin conectividad con destinos de largo recorrido. Y es que la eliminación de estos vuelos cortos haría que viajeros de Valencia o Bilbao, por ejemplo, no pudieran volar a Madrid para conectar con destinos de largo radio, como Estados Unidos o América Latina, y optarían por volar a otros hubs europeos como París o Fráncfort.

La Asociación de Líneas Aéreas (ALA) ha mostrado de manera reiterada su rechazo a las prohibiciones de vuelos y ha defendido la necesidad de impulsar la intermodalidad haciendo que las líneas de tren de alta velocidad lleguen directamente a los grandes aeropuertos, como los de Madrid y de Barcelona, para que los pasajeros puedan hacer trayectos combinados de tren hacia ambas capitales y luego coger un vuelo a otros destinos a mayor distancia.

El tren de alta velocidad progresivamente ha ido comiendo terreno al avión en los grandes ejes españoles y la liberalización ferroviaria y la entrada de rivales privados (Iryo y Ouigo) frente a Renfe ha acelerado la captura del mercado. En el Madrid-Barcelona el tren ya controla casi el 80% de los pasajeros, en el Madrid-Valencia escala hasta el 90% y en las rutas entre la capital y Alicante, Málaga y Sevilla ya supera el 75%. Desde la patronal de las aerolíneas se sostiene que esos pasajeros que aún utilizan el avión en estos trayectos lo hacen muy mayoritariamente para hacer escalada y coger vuelos a otros destinos.