Política monetaria

El BCE mantiene los tipos de interés pero rebaja la previsión de inflación

La expectativa de un menor crecimiento de los precios da nuevos argumentos para que el recorte de tipos comience en verano

Sede del Banco Central Europeo.

Sede del Banco Central Europeo. / EP

Pablo Allendesalazar

El Banco Central Europeo (BCE) vuelve a ceñirse al guion previsto. Su consejo de gobierno ha decidido este jueves mantener los tipos de interés oficiales de la zona euro sin cambios por cuarta reunión consecutiva. La autoridad monetaria, sin embargo, ha rebajado su previsión de inflación "a la baja, en particular para 2024, debido fundamentalmente a una menor contribución de los precios de la energía", lo que le da más margen para comenzar a recortar los tipos en verano. Sus economistas prevén ahora que el IPC se situará de media en el 2,3% en 2024, el 2% en 2025 y el 1,9% en 2026, frente al 2,7%, 2,1% y 1,9% que calcularon en diciembre.

Además, las proyecciones de inflación subyacente (excluidos los más volátiles precios de la energía y los alimentos) también se han revisado a la baja, hasta una media del 2,6% en 2024, el 2,1% en 2025 y el 2% en 2026, frente al 2,7%, 2,3% y 2,1% anteriores. Paralelamente, el BCE espera ahora un menor crecimiento ecónomico de la zona euro este año (0,6% frente al 0,8% de diciembre), mientras que lo mantiene para 2025 (1,5%) y lo ha revisado una décima al alza para 2026 (1,6%). Este escenario de menor inflación y menor crecimiento, de cumplirse, sienta las bases para que la institución pueda comenzar a suavizar la política monetaria.

Eso sí, por ahora los tipos seguirán sin cambios, después de que el BCE los aumentase para combatir la alta inflación a un ritmo y escala sin precedentes desde su creación en 1999: 4,5 puntos porcentuales en 10 reuniones sucesivas entre julio de 2022 y el pasado septiembre. El tipo principal seguirá en el 4,5% (el nivel más alto desde mayo de 2001), mientras que la facilidad de depósito (el interés con que remunera el dinero que guarda a los bancos, el más relevante en el actual contexto) se quedará en su máximo histórico del 4%. 

Pendientes de Lagarde

Cualquier otra decisión hubiera supuesto una sorpresa mayúscula. Los miembros del consejo -los seis integrantes del comité ejecutivo de la institución y los 20 gobernadores de los bancos centrales nacionales de la unión monetaria- ya habían dado señales de que no habría grandes cambios en la reunión de marzo. Desde que los subió por última vez el pasado septiembre, el BCE viene insistiendo en que los tipos "han alcanzado niveles que, mantenidos durante un período suficientemente largo, contribuirán de forma sustancial al pronto retorno de la inflación al objetivo. Es decir, al 2% a medio plazo, un nivel que las nuevas previsiones confirman que se alcanzará el año que viene.

El mercado lo esperaba, pero está especialmente atento a los mensajes que pueda lanzar su presidenta, Christine Lagarde, sobre cuándo comenzará el esperado inicio del ciclo de bajada de los tipos. Los analistas especulan con que la alta funcionaria francesa pueda aprovechar la rueda de prensa posterior al comunicado sobre la reunión para admitir por primera vez que el consejo ha comenzado a debatir sobre cuándo rebajarlos, un primer paso imprescindible hacia el primer recorte de tipos. En los encuentros del consejo anteriores, Lagarde venía afirmando que el máximo órgano de gobierno del BCE todavía no había comenzado a debatirlo porque era prematuro. 

Junio o julio

Lagarde, eso sí, fijó a mediados de enero por primera vez un plazo -el verano- para la posible primera bajada de los tipos de interés de la zona euro tras la crisis inflacionista de los últimos dos años. Es decir, más tarde de lo que esperaba el mercado (primavera). Y además, con matices: no se trata de un compromiso, es solo "probable", y dependerá de que no se produzcan sorpresas negativas en la senda a la baja de la inflación por factores como los salarios, los márgenes empresariales, los precios de la energía y las cadenas de suministro mundiales. "Lo último que querría ver es que tomemos una decisión apresurada, que la inflación vuelva a subir y tengamos que tomar más medidas", insistió Lagarde a mediados de febrero.

Antes de que se pronunciase Lagarde en enero, el consenso de los inversores esperaba que el BCE comenzase a bajar los tipos en abril y los rebajase cinco veces en 1,4 puntos a lo largo del año, hasta reducirlos al 2% en 2025. Sin embargo, las advertencias del banco central han ido calando y los analistas esperan ahora que el primer recorte se produzca probablemente en junio o julio y que sean tres las rebajas en el año, cada una de 0,25 puntos porcentuales. Hay que tener en cuenta que el IPC de la zona euro apenas bajó del 2,8% de enero al 2,6% en febrero, por encima del 2,5% esperado por los expertos. La inflación subyacente -excluyendo los más volátiles precios de la energía y los alimentos- también se redujo del 3,3% al 3,1%, pero quedó por encima del 2,9% augurado por los analistas.

Efectos

La expectativa de que el BCE comenzase a rebajar en primavera los tipos oficiales provocó que el euríbor se redujese desde el 4,16% de octubre al 3,609% de enero. Sin embargo, el mensaje de que es más probable que el recorte comience en verano hizo que el índice subiese al 3,671% en febrero. Pese a ello, las cuotas de las hipotecas a tipo variable con revisión semestral ya hayan comenzado a bajar y las de revisión anual están moderando sus alzas y comenzarán a reducirse previsiblemente en los próximos meses, debido a la comparación del euríbor de hace un año. 

El tipo medio de las nuevas hipotecas contratadas en enero, por su parte, también bajó del 3,79% al 3,7%. El interés medio de los nuevos depósitos, paralelamente, también ha comenzado a bajar (del 2,58% al 2,38%), aunque puede deberse a un ajuste puntual por la rebaja del euríbor previa a que el BCE retrasase la expectativa del mercado sobre el primer recorte de tipos. Estas tendencias deberían proseguir si el banco central baja los tipos, pero el proceso será más o menos rápido en función de cuándo comience el banco central a rebajar el precio del dinero y a qué ritmo lo haga.