El sector de la almendra, especialmente en la provincia de Alicante, está atravesando por uno de sus peores momentos. Acosado por la xylella, que ha obligado a arrancar 100.000 árboles, se viene enfrentando, además, a un desplome de los precios que hacen inviable su rentabilidad. En medio de este panorama desolador, La Unió de Llauradors ha hecho un llamamiento a las administraciones para que impulsen el consumo de este fruto seco, y que retiren el sello de Indicación Geográfica Protegida (IGP) a aquellas marcas que no utilicen almendras autóctonas. La medida, de llegar a aplicarse, afectaría de lleno al turrón, si bien desde esta industria se asegura que ya hacen un uso más que destacado de este producto local, pese a que el reglamento no les obliga a ello.

Todo son malas noticias para el sector de la almendra. Los cultivos de este fruto en la provincia de Alicante se vienen enfrentando desde hace cuatro años a la xylella fastidiosa, una bacteria fitosanitaria que ataca sin posibilidades de curación a los árboles, motivo por el cual ya se ha procedido a la destrucción de 100.000 ejemplares distribuidos por 72 municipios de las comarcas de la Marina Baixa, la Marina Alta, l’Alcoià, El Comtat y l’Alacantí. Una medida, impulsada por la Conselleria de Agricultura a instancias de la Unión Europea, que ha traído como consecuencia un descenso de la producción de cerca de 500 toneladas, que suponen un 22% del total. El plan de erradicación, además, ha provocado indignación entre los agricultores, quienes reclaman que se pase a un plan de contención mucho menos agresivo que este. 

Por si esto fuera poco, los precios se encuentran por los suelos. La cotización de la almendra común, que representa más del 65% de la producción, se ha venido abajo desde 2015 en casi un 200%, mientras que sobre la campaña del año pasado lo ha hecho en un 85%.

En este contexto, La Unió ha lanzado un grito de auxilio a las administraciones, fundamentalmente a la Generalitat, reclamando que se retire el sello de Indicación Geográfica Protegida (IGP) a todas aquellas marcas que no utilicen almendra autóctona. El responsable de frutos secos de la citada organización agraria, Ricardo Beltrán, señala que «la almendra, que está atravesando una situación de crisis desde hace años, está en la base de muchos productos de alimentación, sobre todo en los turrones y mantecados navideños que tanto se han consumido en estas fechas. En este sentido, con la IGP Jijona y Turrón de Alicante, la almendra cuenta con un escaparate muy importante para su puesta en valor». 

Los precios de la almendra se encuentran por los suelos. Juani Ruz

La Unió considera que las empresas amparadas por las IGP o las denominaciones de origen que no utilicen este producto autóctono de forma exclusiva deberían dejar de tener este sello, por lo que propone la incorporación de la especificación de origen de la almendra usada para la producción en el etiquetado. «No se puede desde la Administración culpabilizar al productor de almendra, que hace un trabajo impecable, criticándole por no adaptarse a la globalización, y mientras premiar a las marcas con IGP sin saber siquiera de dónde viene la almendra que emplean», enfatiza Beltrán.

La Unió lamenta que los precios no se hayan recuperado ni siquiera durante la campaña navideña. Según un estudio realizado por los servicios técnicos de la entidad, en los últimos años se ha necesitado importar anualmente una media de 352.000 toneladas, lo que supone que se necesitaría producir un 44% más de lo que se cultiva en estos momentos. Con estos datos, en que la demanda es casi el doble de la oferta, la lógica comercial establecería unos precios para la almendra autóctona mucho más elevada. «Sin embargo, eso no es así, porque rigen los precios internacionales», lamenta .Ricardo Beltrán.

¿Y qué opina el sector turronero respecto a las reivindicaciones de La Unió Federico Moncunill, secretario general del Consejo Regulador del Turrón, subraya que el reglamento de la IGP no contempla en ninguno de sus apartados que las empresas deban utilizar almendra autóctona. «Aún así -destaca-, las 20 millones de tabletas de Jijona y Alicante lo hacen, porque existe una gran tradición y los fabricantes tienen contacto desde siempre con productores locales». Otra cosa son los 50 millones de tabletas que se producen de otras variedades, donde sí que se consumen, al menos en una parte importante, almendras que tienen otras procedencias.

Por parte de la Conselleria de Agricultura, el secretario autonómico, Roger Llanes, indica que no tienen una petición formal de La Unió, y añade que, efectivamente, el reglamento del turrón no contempla este requisito. Lo que sí considera es que se trata de una opinión legítima y que sería positivo para promocionar los cultivos autóctonos. «En cualquier caso -señala- para poder hacer efectiva esta medida sería necesario que nos sentáramos todas las partes a valorarla y avanzar».