En las distancias cortas Álvaro Giménez sorprende. Tiene las cosas claras y los árboles no le impiden ver el bosque. Luchó mucho por llegar al Elche. Todo se puso a su favor cuando con 16 años David Vidal se lo llevó a Mondariz a realizar la pretemporada, en 2007, con el primer equipo. Incluso se estrenó como goleador en un amistoso ante el AS Somozas. El técnico gallego, que le puso el sobrenombre de Alvariño, lo hizo debutar en Liga en un Real Sociedad-Elche (2-1) de la 2007-2008. En esa campaña jugó siete partidos. A la siguiente, se torció su estrella y tuvo que emigrar. Jugó en los filiales de Valencia y Mallorca y debutó en Primera con los bermellones en Primera en el Nou Camp. Regresó a Elche y Escribá le hizo debutar en la máxima categoría en Vallecas. Sufrió una grave lesión, pero con la llegada de Rubén Baraja volvió a ser un jugador importante. Pese a ello, el pasado verano decidió irse al Alcorcón.

Con lo que le costó jugar de forma asidua en el Elche, ¿cómo se le ocurrió marcharse así, tan de repente?

Los años en el Elche fueron maravillosos, es mi club, y siempre seré franjiverde. Mi sueño desde niño siempre fue jugar con la camiseta de la franja y lo conseguí tanto en Primera como en Segunda División. Pero llegó un punto que necesitaba escapar, necesitaba otra cosa y corría el peligro de acomodarme al lado de mi familia, en mi ciudad y con mis amigos. Necesitaba mejorar. Podía haberme quedado, pero lo tuve claro, lo mejor era salir.

¿La marcha estuvo motivada por un sector de la afición que no le perdonaba una?

No. Soy el primero que tengo claro que los seguidores del Elche no vieron al auténtico Álvaro. Soy muy exigente conmigo mismo y la gente también me pedía que diera algo más y lo entiendo. Yo también pensaba lo mismo. Otra cosa es que como jugador de la casa me hubiera gustado un poco más de apoyo cuando las cosas no me salían bien. Pero, reconozco, eso es el fútbol y así hay que aceptarlo. Ser profeta en tu tierra resulta complicado, pero estoy orgulloso de mi paso por el equipo de mi vida. Siempre lo dí todo.

¿Le ofrecieron la continuidad en el equipo ilicitano?

Sí. Con Ramón Planes como director deportivo se habló de tres años, pero luego llegaron los cambios, lo pensé y cuando surgió la oferta del Alcorcón no lo dudé. Fue todo muy rápido y opté por salir.

Por cierto, ¿celebrará el gol si marca el sábado al Elche?

No. Sería como faltarle el respeto a mi propia vida. El Elche siempre será el equipo de mi corazón, lo llevaré dentro mientras viva, pero soy un profesional y cuando salte al campo trataré de darlo todo por el Alcorcón. Si me ocurre marcar (afirma entre risas) no lo celebraré. Lo tengo claro.

¿Qué le parece la plantilla que ha confeccionado el Elche para esta campaña?

Van a estar en la parte alta de la tabla. Cuenta con jugadores de calidad, pero necesitan un período de adaptación. No hay que olvidar que la plantilla es prácticamente nueva, el entrenador trata de imponer su estilo y hay que tener paciencia hasta lograr que todo funcione como se desea. Además, la categoría es muy igualada y ganar los partidos es muy complicado.

¿Le está costando al Alcorcón más de la cuenta arrancar en esta Liga?

Estamos jugando bien, pero cada error que cometemos es sinónimo de gol. En esta categoría se juega a provocar el error en el contrario y a nosotros nos pillan siempre. Estoy convencido de que vamos a ir a más.