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CRÓNICA

El Elche deja de competir

Escribá pone un once pensando más en el partido del Valladolid, con relevo en la portería incluido, reacciona tarde y mal con los cambios y los franjiverdes son superados claramente por Osasuna - El equipo ilicitano es un conjunto romo e inoperante en ataque

El debutante Gazzaniga mira un balón en un remate a puerta de Osasuna. | AFP7

El efecto Escribá se apaga en el Elche. El conjunto ilicitano sufrió una nueva derrota, en otro partido partido importante y cada vez se complica más la permanencia. Si la jornada anterior los franjiverdes perdieron de forma justa frente al Huesca, ayer lo hicieron frente Osasuna, también de forma totalmente merecida.

Pero lo que es peor son las sensaciones que trasmite el equipo, que ha dejado de competir como lo venía haciendo en el momento clave de la temporada. Además, el técnico valenciano se equivocó en el planteamiento, en la alineación y en los cambios, que fueron demasiados tardíos.

Escribá sorprendió revolucionando el once inicial y pensó más en la final del miércoles frente al Valladolid que en el propio encuentro de El Sadar, que era vital para las aspiraciones del Elche. Rompió su mensaje habitual de ir partido a partido y que el más importante es el primero y que el siguiente ya llegará.

Sorprendentemente cambió de portero. Quitó a Edgar Badia, el jugador más destacado de la presente temporada, e hizo debutar a Gazzaniga. El guardameta argentino llevaba mucho tiempo sin jugar un envite de competición oficial y, aunque no tuvo ninguna culpa de la derrota, era el momento menos propicio para darle la oportunidad. Con este relevo en la portería señaló a Badia por su error frente al Huesca. Aunque quizás buscara un meta que fuera mejor por alto ante el juego de muchos centros y acciones aéreas de los navarros en el área, el relevo también merma la moral del guardameta catalán de cara al futuro. Igual quiere apostar por el argentino en los últimos partidos de Liga. Algo que sería todavía más extraño.

El Elche deja de competir

También quitó a Gonzalo Verdú, que hasta ahora había jugado todos los minutos del campeonato menos cuando ha estado lesionado. El preparador franjiverde lo justificó al final del partido diciendo que arrastraba molestias y que llevaba cuatro tarjetas. Prueba evidente que pensaba más en el Valladolid.

Junto a esos dos cambios, devolvió la titularidad a Helibelton Palacios en el lateral derecho y el colombiano realizó su peor partido con el conjunto ilicitano. En los extremos, dejó en el banquillo a Tete Morente, que venía siendo habitual, dio entrada a Josan en la banda derecha y optó por Rigoni en la izquierda en lugar del sancionado Fidel. Muchos cambios para un encuentro tan importante.

El Elche comenzó bien el choque. Incluso, en los primeros minutos se acercó con más peligro al área de Osasuna. Rigoni tuvo un disparo desde la frontal a las manos de Sergio Herrera y Josan puso un buen centro, que un defensa rojillo despejó a saque de esquina.

El inicio fue esperanzador. Los dos equipos se dedicaron más a evitar fallos groseros. El cuadro navarro apenas inquietaba la portería franjiverde.

Pérdida del centro del campo

Pero conforme fueron avanzando los minutos, los rojillos impusieron su superioridad en el centro del campo y pasaron a dominar el juego. El debutante Gazzaniga tuvo dos buenas intervenciones a tiros de Moncayola y Kike Barja. Sin embargo, a la tercera llegó el primer gol. Manu Sánchez, que hizo mucho daño por su banda izquierda, se incorporó al ataque y al llegar al área puso una pelota hacia atrás que Kike Barja enganchó de forma perfecta y la mandó al fondo de la red, sin que el meta argentino pudiera hacer nada (1-0 m. 37).

El gol hizo mucho daño al Elche que quedó aturdido. Aún así, en el tiempo de prolongación del primer periodo, Pere Milla provocó muy bien una falta justo en la frontal del área grande. El lanzamiento de Rigoni fue manso a las manos de meta de Osasuna.

El inicio del segundo periodo también hizo albergar esperanzas. Los franjiverdes salieron con ganas y un centro de Josan lo intentó rematar de forma acrobática Lucas Boyé. Esa fue la última ocasión con cierto peligro de los ilicitanos.

El juego del Elche precisaba cambios. Sin embargo, Escribá tardó en hacerlos. Optó por permutar a Rigoni y a Josan en las bandas, pero no le dio resultado. Luego, en vez de apostar por Víctor y Nino para intentar tener más presencia en la zona de creación o sacar a Barragán para frenar la sangría por la banda izquierda de Osasuna en la que Helibelton Palacios era superado una y otra vez, prefirió cambiar los dos extremos y dar entrada a Rigoni y Tete Morente, que no aportaron, prácticamente, nada.

En el minuto 68 se produjo la sentencia. De nuevo, en una jugada por la izquierda de Osasuna, Brasanac le hizo un traje a Palacios en la línea de fondo y dejó otro pase atrás para Budemir, con la mala de que Diego González, en su intento de despeje, se introdujo la pelota en su propia portería. Cuando compras mucha lotería para que todo te salga mal, al final, sufres el castigo.

Nino y Víctor salen tarde

Con el 2-0 y con el partido muy cuesta arriba, ya demasiado tarde, sí que entraron Nino y Víctor, que pese a su voluntad, no pudieron obrar el milagro. Escribá tampoco arriesgó. Pudo quitar a un inoperante Marcone, situar a Raúl Guti de pivote y a Víctor de organizador y jugárselo todo a una carta con el encuentro perdido. Pero tampoco. El técnico valenciano siguió pensando en el Valladolid, quitó al zaragozano, incluso, en los últimos minutos metió a Luismi Sánchez por Marcone. Otra prueba irrefutable de que estaba pensando ya en el Valladolid.

En la recta final del choque, el Elche fue una alma en pena. Un conjunto romo en ataque, incapaz de crear peligro y de poner en aprietos a Sergio Herrera. El único que lo intentó un poco más fue Mojica con sus subidas por la banda izquierda.

Al final, nueva derrota. Y como las desgracias nunca vienen solas, el Alavés venció al Huesca (1-0) y deja a los ilicitanos en una posición muy comprometida, penúltimos en la clasificación, con los vitorianos, los oscenses y el Valladolid por delante con 27 puntos.

Dentro de lo malo, la situación no es irreversible. El Elche no está descendido ni mucho menos. Está a un puntos de los puestos de permanencia. Incluso, con una victoria el miércoles ante los pucelanos, podría salir de los puestos de descenso. Pero lo más preocupante es las sensaciones que está trasmitiendo el equipo en los últimos partidos, en los que no ha dado la talla frente a rivales directos como Huesca y Osasuna y en los que Escribá se ha visto superado tácticamente en ambos encuentros.

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