El mercado del Elche sigue sin arrancar en lo que a fichajes se refiere, con el regreso al trabajo del equipo dirigido por Fran Escribá ya a la vuelta de la esquina. Pese a que la tranquilidad reina en el entorno comandado por Christian Bragarnik y a que es cierto que el parón de movimientos es general entre el resto de clubes de Primera, no deja de llamar la atención esta ausencia de incorporaciones de cara al proyecto franjiverde de la 2021/22.
Han pasado 42 días desde que el Elche venciera al Athletic y lograra la permanencia en la elite (22 de mayo) y en este tiempo el aficionado franjiverde solo ha podido «celebrar» la renovación de Escribá y el cambio de marca deportiva a Nike. Una situación anómala al repasar la situación de las temporadas anteriores. En el siglo XXI, esta es la mayor tardanza en cerrar el primer fichaje del club ilicitano, exceptuando el año del descenso administrativo, en el que el paréntesis fue de hasta 72 días.
Obviamente, aquella fue una situación excepcional, ya que durante los meses de junio y julio la entidad no sabía ni siquiera la categoría en la que iba a militar. Con la «permanencia» garantizada al menos en Segunda División, el Elche incorporó de una tacada a Isidoro, Hugo Álvarez, Álex Felip y Perea. Los dos primeros comenzaron la temporada, el tercero no fue dado de alta hasta el mercado invernal y el último de ellos ni siquiera llegó a lucir la zamarra franjiverde en partido oficial.
El curso pasado, tras el ascenso en Girona, el Elche de Bragarnik también tardó más de lo esperado en arrancar con los fichajes, pese a acudir al zoco futbolero más tarde que el resto de sus rivales de la categoría. El colombiano Lucumí, que luego apenas contó para Jorge Almirón y abandonó la entidad en enero, fue oficializado tras 23 días de espera.
Bastante menos hubo que esperar los veranos anteriores. En el de 2019, Fidel fue fichado seis días después de terminar la temporada, en 2018 solo transcurrieron cinco entre el ascenso en Villarreal y la firma de Borja Martínez y Nando Quesada, que fue cedido sin debutar, y en 2017, tras el dramático descenso a Segunda B, el actual capitán del equipo Gonzalo Verdú estampó su firma como franjiverde apenas diez días después del descalabro.
En 2016 pasaron 26 días entre el final del curso y el fichaje y presentación exprés de Sergio Pelegrín, que volvía a casa. Hasta este año, la espera más larga del siglo se había dado en 2014. Con un Mundial de por medio, el Elche no oficializó a Fayçal, entonces un desconocido avalado por Víctor Orta, hasta 37 días después de haber cerrado el primer año en Primera tras el retorno después de un cuarto de siglo de ausencia.
Aquel verano, el primero como equipo de Primera tras tanto tiempo, el Elche esperó 27 días para fichar. Lo hizo con dos cesiones procedentes del Sevilla: Manu del Moral y Stevanovic.
Fichajes antes de acabar
De la primera década del siglo XXI destaca el hecho de que en cinco ocasiones el Elche tuviera cerradas incorporaciones antes de haber concluido la campaña. Eran tiempos sin redes sociales, en los que no se veía tan extraño incluso que algún futbolista fuera presentado con la Liga en marcha, antes de irse de vacaciones.
De este modo, tanto Jorge Molina y Juli en 2009, como David Fuster en 2008 y Lukasiewicz en 2006 hicieron pública su llegada a la ciudad de las palmeras nueve días antes de que el equipo franjiverde cerrara sus respectivos cursos. En 2007, De Palmas lo hizo cuatro días antes y en 2004, Unai se presentó con ocho días aún por delante para dar carpetazo a la temporada.
En 2010, el caso de Carpio fue rocambolesco. Acordó su fichaje en enero, no se pudo cerrar en invierno por falta de acuerdo con el Alcoyano y hubo que esperar hasta el 1 de julio. Powel (2012), Flaño (2011), Darmon (2003) y Aizkorreta (2002) llegaron la semana siguiente a la conclusión del campeonato. Así hasta llegar a Rondo, el primer fichaje del Elche del siglo. Ninguno se hizo de rogar tanto como el de este 2021.
Festa d’Elx
El Levante será el rival en el regreso del trofeo ilicitano
El Elche anunció ayer que el Levante será el rival que cierre la pretemporada franjiverde el 7 de agosto, en el regreso del Trofeo Festa d’Elx, que volverá a disputarse después de no haberse celebrado en los dos últimos años. En 2019 el césped se estaba acondicionando para el inicio de la temporada y el año pasado se suspendió debido a la pandemia.
El partido está programado para las nueve de la noche y, en principio, permitirá ver un mayor colorido en las gradas, tras el regreso del público al Martínez Valero en la última jornada de Liga. El conjunto «granota» jugará el Festa d’Elx por sexta vez en su historia y ha sido tres veces campeón (1960, 1964 y 2017) siendo junto a Real Madrid, Barça y Murcia el club que más veces lo ha ganado tras el propio Elche. El duelo ante el Levante se suma a los otros cinco que los hombres de Fran Escribá ya tenían cerrados: Atromitos, Zaragoza, Tenerife, Alavés y Cartagena. d. M.
