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El arte de fichar (bien)

Los primeros movimientos del Elche en el mercado de fichajes dan sensación de una idea de proyecto interesante y más clara que la de hace un año - La paciencia y el aprendizaje de los errores deben guiar a los franjiverdes

Pedro Bigas y Enzo Roco, primeros fichajes del Elche 2021/22. | EFE/F.F.C.

Empieza el baile de fichajes en el Elche y le acompañan los correspondientes análisis, aún sin haber sido presentados, ya sea desde la barra del bar, el chiringuito de playa o el otro lado de una pantalla. Si en el fútbol antes había millones de seleccionadores o miles de entrenadores de club, la «democratización» de este deporte nos lleva a que ahora prolifere el número de directores deportivos. Entiéndase «democratización» por el hecho de que, hoy en día, tenemos la posibilidad de acceder a información sobre cualquier jugador con apenas un par o tres de clics. Un avance fantástico, pero peligroso.

Porque no hay nada peor que un análisis rápido. Son palabras que no casan, como ocurre con la pizza y la piña. El análisis debe llevar tiempo, comprensión, capacidad de juicio y, sobre todo, mesura. No podemos advertir si Pedro Bigas, Enzo Roco o Kiko Casilla son buenos o malos fichajes cuando apenas le ha dado tiempo a parpadear a los ojitos del «announce» en redes sociales. Aunque si vivimos en un país donde el análisis político se hace sobre la marcha en cualquier cadena de televisión, qué podemos esperar del fútbol, la cosa más importante, pero de las menos importantes.

Fichar es un arte. Pónganse en la piel de cualquier jefe de recursos humanos que tiene ante sí la tarea de seleccionar al mejor personal posible de entre cientos o miles de candidatos. Llevado al fútbol la presión es mayor porque a la necesidad de acertar en tu decisión entre las propuestas a tu alcance se añade el hecho de que miles de aficionados van a valorar, incluso antes de que ese jugador le de la primera patada a un balón, si has acertado o no.

Porque, además, en nuestra cultura no es que el error no se comprenda o perdone. Es que al que falla se le machaca, se llame Juan García o Álvaro Morata. Y esa filosofía empieza por uno mismo. En su día, durante una conferencia del que posiblemente sea considerado mejor ejecutivo del fútbol en España, Ramón Rodríguez «Monchi», me asombré al oírle que aún se lamentaba por el bajo rendimiento de Arouna Koné en el Sevilla, una de sus apuestas. Palabras de alguien cuyo número de aciertos está muy por encima del de errores. Alguna vez me he sentido en una situación similar: la satisfacción de un buen reportaje puede ser enorme, pero el error cuando, por un lapsus, dos palabras que deberían ir separadas salen impresas juntas en una noticia en papel, como poco te fastidia el día. Y esos errores son los que te acabarán haciendo mejor… o peor.

Fichar bien es una aventura que dura meses. No lo puedes saber en julio o agosto. Te lo puede parecer, pero nunca aseverarlo. En clave franjiverde, nunca vi a nadie que fichara tan bien como Víctor Orta. Lo que hizo en 2014 es digno de analizar en conferencias y cursos sobre fútbol. No podía fallar y no falló. Todos sus fichajes del primer equipo, ocho creo recordar, aportaron un nivel alto de rendimiento. Aquel Elche me parece una quimera porque no soy capaz de recordar a ningún equipo que no cometiera algún fiasco en sus contrataciones veraniegas.

Y eso nos lleva al día de hoy, al Elche actual, a Christian Bragarnik y a sus fichajes de este inicio de mercado. El aficionado franjiverde ya ha podido observar un cambio de rumbo con respecto al curso pasado. El proyecto da la sensación de estar construyéndose desde una base, fichando de atrás hacia delante (línea defensiva en primer lugar) y confiando en jugadores con experiencia en España. Estoy convencido de que el máximo accionista franjiverde también incorporará algún jugador de su cartera o de su entorno porque si él no cree en ellos, quién lo iba a hacer. Pero parece haber aprendido la lección. Si estos llegan cuando la base de la plantilla ya esté formada, mejor. Bragarnik debe decidir si, llegado el momento, en el negocio antepone los intereses de su club o los de sus representados. Lo primero debería darle más beneficios.

Kiko Casilla es suplente, Pedro Bigas ha descendido con tres equipos o Enzo Roco viene de un club tan impronunciable como desconocido son análisis rápidos y vacíos. Lo que hay que ver es dónde ha sido suplente Casilla, por ejemplo. Uno advierte en los últimos años el gusto por menospreciar a los suplentes de Real Madrid, Barcelona o equipos por el estilo. La realidad es que esos suplentes están cerca de los 25 mejores jugadores del mundo. No forman parte de ellos, pero tampoco desentonan.

La realidad también marca que Bigas lleva una década sabiendo lo que es jugar con la espada de Damocles del descenso pendiendo sobre su cabeza prácticamente cada año, aunque en alguna ocasión se la haya cortado. Nunca hay que menospreciar la experiencia. Y que Roco está en la edad ideal para saber si acaba siendo un central más del montón o da el definitivo paso adelante que se espera de él.

El análisis de los fichajes habrá que hacerlo más adelante, pero la idea de proyecto empieza a parecer interesante. Al contrario que hace un año, el Elche ha tenido casi mes y medio para preparar sus primeros movimientos. Con Bragarnik, con Fran Escribá, con el resto de miembros de la dirección deportiva. Da la sensación de que hay un rumbo a seguir de aquí al 1 de septiembre. De que se ha aprendido de los errores. Y así es más fácil fichar bien. Aunque haya que esperar un tiempo para analizarlo.

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