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Punto ante las adversidades

Un gol de Pere Milla en el minuto 83 permite al Elche rescatar un empate frente a Osasuna cuando jugaba con diez

Pere Milla celebra el gol del empate MATÍAS SEGARRA

«Nos sentimos salvados por lo que demuestra en el equipo en el campo». Esas fueron las palabras de Pere Milla ayer a la conclusión del partido entre el Elche y Osasuna. El conjunto ilicitano no ha certificado todavía la permanencia matemática -tiene ocho puntos de ventaja sobre los puestos de descanso con solo doce por disputar- pero nadie puede imaginar que el cuadro franjiverde vaya a sufrir una debacle en las últimas cuatro jornadas

Como dijo Pere Milla, este Elche es muy fiable y sabe levantarse y superarse por muchos golpes que reciba. Ayer se creció ante las adversidades y rescató un punto, cuando pocos los esperaban y jugando con un futbolista menos

Pedro Bigas se tuvo que retirar a los 20 minutos en camilla con una conmoción cerebral al sufrir un golpe en la cabeza. Raúl Guti tuvo que hacer lo mismo a los 38 después de otro golpetazo en el rostro que le dejó casi sin visión en un ojo. Y en el 77, Gonzalo Verdú también abandonó el campo al sentir un fuerte tirón en la zona del aductor que le está creando problemas en las últimas semanas. 

Con diez y tras encajar el 0-1, de penalti en el minuto 65, todo estaba muy negro y la resignación era generalizada en el Martínez Valero. El esfuerzo y la entrega estaba siendo muy loable y el que más y el que menos ya pensaba en una derrota digna o «derrota dulce», como se dice ahora. 

Sin embargo, este Elche no se rinde contra nada y contra nadie. A pesar de la inferioridad numérica y las adversidades, el conjunto de Francisco siguió buscando, con las pocas armas que le quedaban, el empate. Y en el minuto 83, Gumbau lanzó un saque de esquina tenso al primer palo. Ahí apareció Pere Milla -otra vez el catalán ejerciendo de salvador y resolutivo- para peinar levemente el balón de cabeza y sorprender al portero de Osasuna, Sergio Herrera, quien no pudo evitar que el balón se introdujera en el fondo de su portería. 

Fue el premio a la fe, el tesón, la insistencia y, también, al fútbol mostrado por los franjiverdes a lo largo del encuentro. El propio entrenador rojillo, Jagoba Arrasate, reconoció que el empate era justo, porque el Elche había hecho muchas cosas bien a lo largo del encuentro. 

Francisco, como anunció el viernes, siguió con el esquema de tres centrales. Realizó tres cambios con respecto al equipo que ganó al Betis en el Benito Villamarín, pero hombre por hombre. Josan por Helibelton Palacios en el lateral derecho, Mascarell por Gumbau en el pivote y Pedro Bigas por Diego González en el eje de la defensa. 

El conjunto ilicitano salió con fuerza, quería resolver pronto, y se hizo con el dominio. En los primeros diez minutos ya había tenido hasta tres oportunidades de inaugurar el marcador. Fidel y Mojica hacían mucho daño por la banda izquierda y Osasuna apenas pasaba del centro del campo. 

Luego el partido se tornó bronco y el árbitro no lo supo parar mostrando tarjetas. Llegó la lesión de Bigas, la de Raúl Guti, el ritmo se frenó entre tanta interrupción. El Elche ya no llegaba con tanta frescura arriba, aunque seguían con el dominio y los rojillos solo pusieron en aprietos en una ocasión a Edgar Badia. El portero franjiverde hizo dos despejes de mérito, pero la jugada quedó invalidada por fuera de juego. 

Los infortunios de Bigas y Guti dejaron a Francisco con sola una ventana de cambios. Por ello, en el descanso intentó aprovechar para realizar una variación y que no contase. Sacó a Tete Morente por Fidel para tratar de dar más velocidad al juego ofensivo. 

Josan apareció por la banda derecha, Ponce tuvo un par de buenas acciones, pero no terminó de encontrar el disparo. 

Osasuna reaccionó, estiró líneas y comenzó a poner más cerco al área ilicitana. En el minuto 65, Budimir le ganó la espalda a Diego González dentro del área, el gaditano lo agarró e hizo un penalti un tanto pueril. El árbitro castigó la acción señalando los once metros. El croata engañó en el disparo a Edgar Badia y puso el 0-1 en el marcador

Todo se ponía cuesta arriba. Francisco decidió cambiar el sistema. Quitó a Roco y puso a Guido Carrillo para jugar con defensa de cuatro y dos delanteros. Pere Milla salió por Kike Pérez. No quedaba otra que jugársela al ataque. Sin embargo, poco después se lesionaba también Gonzalo Verdú y el Elche se quedaba con diez. 

La misión parecía imposible. Pero para este Elche y para Pere Milla, que está tocado con la varita mágica, no hay nada imposible. El catalán puso patas arribas el Martínez Valero al anotar el empate. Era el justo premio a los merecimientos de los franjiverdes y a su lucha contra las adversidades. El campellero Nacho Vidal pudo marcar el 1-2 en la prolongación. Josan se lanzó como un poseso para evitarlo y lo logró. Al final, un punto y un empate que sabe a gloria y deja más cerca todavía la permanencia. 

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