Con la llegada del verano hay una serie de patologías habituales que se suelen ver en la consulta del fisioterapeuta. Una de las dolencias suele ser cada año la tortícolis, según expresan desde la clínica de Francisco Javier Ortega. En este sentido, «hay que tener cuidado con los cambios de temperatura repentinos o los chorros del aire acondicionado que caen directamente. Además, por la noche, con el calor, se duerme peor, las articulaciones sufren más y los cambios de temperatura pueden producir la activación de una tortícolis aguda o un dolor fuerte». También es importante evitar la deshidratación, lo que se suele producir en los deportistas. «Se ven muchas roturas musculares y de tejidos blandos porque se deshidratan más y están más cansados». En cuanto al calzado veraniego, los profesionales desaconsejan las esclavas y bailarinas, ya que «biomecánicamente son un desastre y producen alteraciones importantes en el paso, en los dedos, en la pisada y, por tanto, en el cuerpo», y son un problema importante si se va a andar mucho. Por otro lado, en en verano, con el aumento de la actividad al aire libre, suben lesiones relacionadas son deportes acuáticos, principalmente por parte de quienes los practican de manera esporádica.