La Policía Local de Elche inmovilizó hace unos días un camión que transportaba una tonelada de gas licuado y gas refrigerante, y cuyo conductor dio positivo en cocaína. Los agentes le dieron el alto al observar que pese a ser un camión de gran tonelaje, no llevaba la indicación reglamentaria de que transportaba mercancías peligrosas. Durante la inspección el comportamiento del conductor motivó la realización de un test indiciario de drogas, revelando un positivo en cocaína.

Estos hechos motivaron la inmediata inmovilización del vehículo y su custodia, debido a la carga, hasta que el titular de la empresa hizo acto de presencia y se hizo cargo.

Los agentes tramitaron sendas denuncias a Transportes por las infracciones detectadas y que supondrán una fuerte sanción económica tanto para el titular como para el cargador, obligado este último a etiquetar los productos a transportar y facilitar al transportista todas las etiquetas y advertencias de peligro preceptivas. Por su parte el conductor fue denunciado por la presencia de drogas en el organismo, informando a Tráfico por si los hechos fueran constitutivos de revocación del certificado de formación.

Más drogas que alcohol

Los controles de drogas que la Policía Local efectúa desde hace poco más de dos años en la ciudad deja unos datos cuanto menos preocupantes: la presencia de sustancias estupefacientes entre los conductores ya supera a la presencia de alcohol en la conducción. Además, mientras que los positivos por alcoholemia se focalizan principalmente en el fin de semana, la detección de drogas al volante no tiene un parámetro fijo, se detecta de forma regular y en horario laboral. El cannabis y la cocaína son las drogas más frecuentes. Pese a que los datos globales dan un mayor número de resultados positivos en cuanto a ingesta de alcohol, esto es porque «aquí vamos sobre seguro, se hacen en fines de semana, personas jóvenes, o cuando detectamos indicios de que puede haber consumo. En el caso de las drogas son más aleatorios, no nos hemos centrado en un perfil concreto que pueda presentar una mayor tasa de positivos».

Esa aleatoriedad en cuanto a las pruebas hace que, pese a que el número de positivos por drogas sea menor, a la hora de extrapolar los datos, estos indiquen que hay un mayor número de conductores bajo los efectos de las drogas. Los agentes llevan desde finales de 2015 realizando estas pruebas. Desde la Dirección General de Tráfico se inició hace un año y medio una campaña para iniciar este tipo de controles, que hasta ahora no se realizaban. Para ello, entregó 100 dispositivos de detección de drogas al volante. Sin embargo, mientras que los aparatos que indican la tasa de alcohol en aire expirado pueden ser utilizados por cualquier agente, ya que constituye una prueba objetiva y válida en procesos administrativos y penales, en cuanto a la detección de drogas el proceso es más complejo. Los agentes deben contar con una formación específica acreditada por el Instituto Valenciano de Seguridad Pública para que las pruebas de saliva sean válidas judicialmente.

La Fiscalía está trabajando con los cuerpos de Policía para procesar a los conductores que circulen bajo los efectos de las drogas, como ya se hace con aquellos que conducen bajo los efectos del alcohol. Actualmente, la DGT se encuentra trabajando con varios Ayuntamientos para obtener estas estadísticas y enfocar las campañas de prevención.

El hecho de que se hayan iniciado los controles de drogas hace muy poco tiempo -los agentes empezaron a formarse en 2015 pero el número era insignificante en cuanto al total de plantilla- hace «que no haya nada con qué comparar los datos por lo que hay que cogerlos con pinzas», apunta el edil de Seguridad Ciudadana, José Pérez. «Lo que más se da es positivos por cannabis, porque se ha cambiado el cigarro por el porro. La gente no sabe que los estamos haciendo, así que no hay la misma consciencia en cuanto a ponerse al volante con drogas que con alcohol».