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Esther Botella: «El tratamiento de datos y el spam político desprotegen al ciudadano»

Esther Botella: «El tratamiento de datos y el spam político desprotegen al ciudadano»

La ley avala a los partidos para utilizar nuestros datos y trazar perfiles, pese a que no lo tienen permitido así las empresas privadas

P Según recoge la Ley Electoral en su artículo 58 bis: «Los partidos políticos, coaliciones y agrupaciones electorales podrán utilizar datos personales obtenidos en páginas web y otras fuentes de acceso público para la realización de actividades políticas durante el periodo electoral». ¿Nos puede aclarar qué implica esto?

R Claro. Esto es así desde que se aprobó en diciembre la nueva Ley de Protección de Datos española. Aprovechando esta circunstancia se introdujo esta reforma en Ley Electoral. ¿Esto qué significa? Pues que se abre la vía para que los partidos políticos puedan hacer cosas como elaborar un perfil con tu ideología o enviarte mensajes personalizados a tu correo electrónico, sms, whatsapp, con mensajes especialmente diseñados para ti, todo esto sin tu consentimiento.

P ¿Y una experta como usted cómo ve todo esto?

R A mí me parece bastante curioso si lo comparamos con otras prácticas. Por ejemplo, para que una empresa pueda tratar datos de ese tipo tiene que tener muy justificado y legitimado ese tratamiento, al igual que para enviarte publicidad. Es significativo que normalmente se proteja la privacidad frente a empresas cuando se trata de sectores empresariales, pero no cuando se trata de partidos políticos durante la campaña electoral.

P ¿Entonces pueden los partidos utilizar sin autorización nuestros datos, nuestros whatsapp, nuestros mails...?

R Sí claro, así lo dice la ley, concretamente en ese artículo 58 bis de la Ley Electoral. La recopilación de datos personales relativos a las opiniones políticas de las personas... se encontrará amparada en el interés público únicamente cuando se ofrezcan garantías adecuadas, según se recoge.

P ¿Qué ventajas o beneficios obtienen los partidos de esta situación?

R Muchos: poder enviar propaganda electoral de forma personalizada a la ciudadanía en función de sus preferencias. Esto, en mi opinión, «bien utilizado», puede ayudar a modificar intenciones de voto y a cambiar a priori los resultados en unas elecciones. De hecho, estas practicas las hemos visto en otros países. Trump o el Brexit supuestamente utilizaron consultoras como Cambridge Analytica para ganar las elecciones.

P ¿Qué mal uso podría hacerse de esto?

R No somos conscientes del rastro digital que dejamos cuando damos «likes», retuiteamos o hacemos manifestaciones públicas en nuestras redes sociales. Existen determinados programas informáticos que pueden monitorizar y elaborar perfiles sobre nosotros, nuestros gustos, ideologías, religión, etcétera. Existe todo un arte en marketing que consiste en trabajar estos datos y explotarlos de la mejor manera posible para mandar los mensajes personalizados oportunos para que compres, consumas... o votes.

P También se abre la posibilidad a que «el envío de propaganda electoral por medios electrónicos o sistemas de mensajería y la contratación de propaganda electoral en redes sociales o medios equivalentes no tenga la consideración de actividad o comunicación comercial». ¿Qué le da de pensar esto?

R Es cierto que la propaganda electoral no se considera comunicación comercial, pero en mi opinión esto es irrelevante ya que la Ley de Protección de datos lo que defiende es la protección de la privacidad de los ciudadanos, y esta permisividad en el tratamiento de datos ideológicos y posibilidad de hacer spam político personalizado los desprotege.

P ¿Cómo podemos «defendernos»?

R En primer lugar, la defensa comienza en nosotros mismos, en saber y conocer que las manifestaciones que hacemos o lo que compartimos deja un rastro digital que se puede monitorizar y tratar para elaborar perfiles sobre nosotros. Ademas tenemos distintas opciones: Ejercitar el derecho de oposición a cada partido político para que deje de tratar tus datos (esto implica acudir uno a uno); apuntarse a la herramienta del censo electoral para que al menos no te manden publicidad a tu buzón de correo de tu domicilio (Sede Electrónica del Instituto Nacional de Estadística); y apoyar la iniciativa de la «Lista Viernes» (www.listaviernes.es), y apuntarse en ella.

P Usted forma parte de esa plataforma nacional y gratuita que trata de poner freno a esto...

R Así es, es una plataforma que hemos creado una agrupación de expertos sin animo de lucro Secuoya group (www.secuoyagroup.es) para que cualquier ciudadano puede apuntarse. Con la inscripción se persigue que el ciudadano manifieste su deseo de no recibir spam político en su correo electrónico o teléfono móvil, así como su oposición a que sus datos ideológicos sean tratados por estos. En realidad, esta lista no obliga por ley a que los partidos políticos deban consultarla, pero si conseguimos que esta iniciativa tenga relevancia social los partidos no tendrán más remedio que tenerla en cuenta y depurar sus bases de datos. Este proyecto es completamente transparente y confidencial con los datos de las personas que se inscriben. La lista se donará a la Fundación de la Privacidad y de los Derechos Digitales. Igualmente hemos pedido colaboración ciudadana a través de un crowdfunding para que tenga continuidad en el tiempo.

P ¿Y se podría denunciar lo de que utilicen los datos privados de uno para fines electorales?

R Bueno, las iniciativas que desde algunos miembros de Secouya y otros expertos han hecho es presentar mediante el Defensor del Pueblo un recurso de inconstitucionalidad que el Pleno del Tribunal Supremo ha admitido a trámite y que está pendiente. Por otro lado, también hemos presentado una denuncia a la Comisión Europea por infracción de la legislación europea.

P ¿Estamos consumiendo estos días más «fake news» que nunca?

R Las noticias falsas siempre han existido. El problema es el medio digital y la facilidad de su difusión. Aparte de esto, hay que sumarle la gran inocencia de los ciudadanos al pensar que lo que se publica es real. En mi opinión, dar credibilidad a las noticias sin contrastarlas y darles difusión en nuestras redes sociales, sobre todo en tiempos de campaña electoral, con la posibilidad de elaboración de perfilados ideológicos y la legitimación para el envío de spam electoral, es muy peligroso.

P ¿Y esto acabará tras cada campaña electoral o seguiremos estando ya para siempre a merced de los partidos?

R En principio, el tratamiento solo es lícito durante los periodos de campaña electoral.

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