Los locales de hostelería del centro de la ciudad incrementan su personal durante las fiestas de agosto en una media de un 30% para hacer frente al aluvión de clientes gracias a los miles de ilicitanos y turistas que acudirán durante estos días a los múltiples actos programados en la ciudad. Así lo señalaron ayer desde Aesec -la Asociación de Empresas de Servicios de Elche y Comarca-, desde donde esperan que la facturación para el sector sea ligeramente superior a la del año pasado gracias al auge del turismo nacional y el incremento de pasajeros en el Aeropuerto de El Altet durante este verano, que puede atraer más turistas hasta Elche. También los hoteles han visto cómo aumentan las reservas, hasta tener una ocupación media del 85%, tal y como señaló Esther Guilabert, presenta de la Asociación de Empresas turísticas de Elche. En los días grandes de las fiestas, del 13 al 15 de agosto, algunos alojamientos ya tenían ayer colgado el cartel de completo. Guilabert señaló que pese a que la ocupación se mantiene ligeramente por encima del año pasado, el precio medio de la habitación ha descendido, debido a que ese repunte de turistas se da por el incremento de visitantes nacionales, más propensos a las reservas de última hora, cuando es posible acogerse a descuentos pues los hoteles suelen bajar el precio del alojamiento en estos casos. Este diario trató ayer de realizar una reserva en diferentes alojamientos hoteleros, y aún podía conseguirse una habitación en muchos de ellos por una media de unos 30 euros por persona y noche.
Volviendo a la hostelería, durante los dos últimos años la facturación se ha ido incrementando, señaló ayer José Rizo, presidente de Aesec. «Hace dos años los días grandes coincidieron en fin de semana y hubo muy buenos datos. Esperábamos que bajara el año pasado, pero subió ligeramente, y esperamos que este año vaya aún mejor». Terrazas de bares, restaurantes y locales de copas se llenarán estos días de visitantes. De hecho, «también ha aumentado este año la solicitud de ampliación de terrazas de cara al verano, otro indicador de mejora», señaló Rizo.
Precariedad
Pese a la buena noticia que supone este aumento de los puestos de trabajo, aunque sea un pequeño oasis de apenas 15 días, otro de los puntos negativos de este tipo de empleos es la precariedad. Algo que, según reconocen desde Aesec no se da solo en las fiestas, pues «el 80% de los trabajadores del sector están en una situación irregular, bien porque no tengan contrato, o porque este no recoge todas las horas que hacen», explicó Rizo. De hecho, sostiene que muchos de ellos exceden las ocho horas máximas que contempla la ley. Por tanto, apluade que «este es el primer año que el Ayuntamiento obliga a que el personal que está en el Racó esté dada de alta, algo que llevábamos años pidiendo».
La cifra de contrataciones es aún más optimisma,tal y como matizó ayer Juan Carlos Altet, de la Asociación de Hosteleros de Elche, si se tienen en cuenta también los refuerzos que las empresas contratan durante el verano, el aumento de la plantilla durante la primera quincena de agosto supone la duplicación del personal con respecto al resto del año. Al refuerzo de trabajadores en bares y restaurantes se suman los contratos destinados a cubrir el Racó en el Paseo de la Estación, así como los camareros y otro personal para cubrir las barras y servicios de las barracas y recintos festeros. Dese Aesec estiman que hasta el 15 de agosto se recibirán 500.000 visitantes, lo que da una idea del volumen de negocio durante estos días.
Este empuje para el sector contrasta con la situación que se vivirá una vez acaben las fiestas. A partir del 15 de agosto muchos locales echan el cierre por vacaciones y las contrataciones llegan a su fin. Por tanto, este incremento de las contrataciones «no se verán reflejadas en los datos del paro del mes de agosto», explica Rizo. La temporalidad es uno de los lastres del empleo en la ciudad, más agravado aún en el sector de la hostelería, señalaron desde la entidad. En este sentido, los hosteleros reclaman al Ayuntamiento un cambio en el modelo de turismo que apueste por atraer más gente a la ciudad fomentando el ocio y la oferta comercial, para evitar esa imagen «desértica» de la ciudad en la segunda quincena de agosto, pero también durante el año.