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Ilicitanos bañándose o aliviando el calor en diferentes fuentes urbanas.Antonio Amorós/Matías Segarra

El peligro de un baño en las fuentes públicas

Niños y mayores se refrescan todos los días en plazas y jardines sin tener en cuenta los carteles que lo prohíben porque el agua tiene un exceso de cloro para evitar la presencia de bacterias

Elche supera todos los días de largo los 30 grados, el calor es asfixiante y la imagen de niños, pero también de mayores, remojándose en las fuentes o, incluso, dándose un chapuzón ante la sonrisa de los viandantes, se ha hecho casi habitual. Nadie repara en unos carteles que advierten en algunas de ellas de que utilizar ese agua para consumo, o para el baño, está prohibido y no por una cuestión menor, sino porque tiene un peligroso exceso de cloro.

Repartidas por toda la ciudad, fuentes, fontanas, surtidores y chorros tienen, además de un efecto ornamental, la función de contribuir a bajar la sensación térmica gracias a que, recuerdan desde Aigües d'Elx, «los procesos de evaporación tienen un efecto de enfriamiento en la temperatura del aire y del paisaje urbano y ayuda a mitigar la polución atmosférica».

El agua de las fuentes es potable y funciona por un sistema de recirculación pero con una cantidad de cloro que está muy por encima de los niveles permitidos no sólo para el consumo humano, también para el baño, y todo para garantizar la desinfección y la seguridad ambiental. Desde la empresa mixta recuerdan que, además, no están diseñadas para este fin, «el suelo es resbaladizo y hay elementos como boquillas, tuberías y rejillas que pueden constituir un riesgo importante para las personas que se bañan desatendiendo las indicaciones de prohibición».

Optimización

Las fuentes no funcionan las 24 horas del día aunque en verano, por obvias razones, tienen más «trabajo» pero buscando siempre una optimización, y no sólo eléctrica, sino de consumo de agua. Aquí reside el principal motivo para que estén hipercloradas, y con ello obtener el mayor ahorro de los recursos hídricos. La eliminación de los flotantes, la retirada de hojas, bolsas y otros objetos se realiza a diario. Por semanas se revisan bombas y filtros y, cada seis meses, se desinfecta el vaso de cada fuente y se realizan los retoques de pintura.

Las fuentes disponen de un circuito cerrado de agua por lo cual sólo se aporta cada día lo que se haya perdido por evaporación o por salpicaduras. Y para evitar que proliferen las bacterias, para prevenir y controlar la legionelosis, se toman muestras mensuales que se analizan para tomar decisiones sobre la correcta desinfección, explican desde la empresa mixta.

Paseo de la Estación

Durante el mes de julio se ha procedido a la reparación de la fuente del Paseo de la Estación que el mes anterior ya se embelleció con bolardos de acero inoxidable, de diferentes alturas e integrados en el entorno del paseo» para evitar que algún coche pueda acceder hasta ella y dañarla. La fuente, antaño, tenía el simbolismo de ser utilizada por los aficionados del Elche cuando había un ascenso. Eras los tiempos de la Glorieta, donde estuvo la fuente original.

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