La nueva cátedra de la Universidad Miguel Hernández de Elche dedicada a la brecha digital y el bueno uso de las TIC ha organizado un webinar enfocado en los adolescentes y su educación sexual en el que ha intervenido la profesora Alexandra Morales.

Ha participado en un webinar de la Universidad Miguel Hernández en el que se trata la relación entre pornografía, adolescentes e internet, ¿sobre qué aspectos hay que reflexionar?

Tenemos que reflexionar sobre las limitaciones y carencias que existen en el ámbito de la educación afectivo-sexual. Internet y la pornografía tienen un rol muy potente en esta educación. También ha cambiado la forma de relacionarnos a través de las redes sociales y las aplicaciones. Debemos tener en cuenta determinados aspectos que son fundamentales en la era digital en la que estamos viviendo actualmente.

¿Internet y la pornografía son los nuevos educadores de los jóvenes?

Eso es una consecuencia más de la situación por la que atraviesa nuestro país. Hay adolescentes que no reciben educación afectivo-sexual y los estudios que realizamos al respecto reflejan que hay mucho que mejorar en las materias que imparten los centros educativos. Falta información y los jóvenes buscan la respuesta en internet. Es lo mismo que hacemos los adultos cuando no sabemos algo, lo buscamos en la red. Dejar la educación sexual en manos de la pornografía es muy peligroso porque provoca expectativas poco realistas.

"Es cierto que cada vez hay más contenido que contempla el placer femenino, pero todavía es minoritario y de pago"

¿Qué otros riesgos para adolescentes y jóvenes tiene el porno?

El material pornográfico se centra en el deseo masculino y el rol de la mujer queda relegado a un segundo plano. Es cierto que cada vez hay más contenido que contempla el placer femenino, pero todavía es minoritario y de pago. Las películas también dan la imagen de que no es necesario protegerse ni conocer a la otra persona y algunas son violentas.

¿Cuál es el papel de las redes sociales y las aplicaciones?

Los nativos digitales han crecido en un entorno muy diferentes al de los que nacimos en generaciones anteriores sin internet. Viven a través del éxito de las imágenes que ponen en su perfil, de los vídeos y fotografías. Crean una imagen que no coincide con la vida real. También se produce el fenómeno de la despersonalización de las relaciones y de creer que el sexo virtual es seguro al ser anónimo. Previene de los embarazos no deseados y de las enfermedades sexuales pero entraña muchos riesgos.

¿Cómo debe ser la educación afectivo-sexual en la era digital?

Esta educación debe estar presente en las diferentes etapas educativas con unos contenidos ajustados al nivel madurativo de los niños que la reciben. El papel del profesorado es fundamental para abordar un objetivo tan ambicioso. Los docentes pueden hacer mucho para evitar la violencia en el sexo o los problemas que se generan a través de la interacción en las redes sociales.

¿Cuáles son los efectos negativos en la salud de los jóvenes?

Los adolescentes tienen expectativas que se ajustan poco a la realidad en cuanto a lo que implica una relación sexual o sentimental. Los contenidos a los que acceden muestran aspectos muy parciales. La educación sexual que reciben a través de internet y los amigos tiene mucho impacto para su salud y para su desarrollo afectivo-sexual. No obstante, esa información no siempre es fiel a la realidad y es importante contrarrestarla con otra educación formal.

¿Qué tipos de adicciones se producen en estos casos?

La principal adicción que existe es la del cibersexo. La accesibilidad a estos contenidos muestra patrones de conducta que son repetitivos, desproporcionados y no saludables. Aunque no todo lo relacionado con la pornografía es negativo. Ayuda en problemas clínicos de falta de deseo que se pueden trabajar a través de la excitación. A veces de forma individual y otras con la pareja, como parte de un tratamiento más amplio. El problema es que, si solo se recurre a ella, únicamente estamos viendo un pequeño trozo de una pirámide que es muchos más grande.

Antes mencionaba la importancia de la educación en las escuelas, ¿cuál es el papel de las familias en todo esto?

Es conveniente que las familias se involucren para que se vea esta educación como una parte positiva de la crianza que se hace en los domicilios. Mirar hacia otro lado lleva a los jóvenes a buscar en internet. Estas intervenciones tienen que ir dirigidas a disminuir las desigualdades sociales relacionadas con el género y el sexo y abordar temas como el impacto de la masculinidad o la cosificación de la mujer.

Usted forma parte del grupo de investigación de la UMH Aitana, ¿qué trabajos están llevando ahora a cabo?

Estamos trabajando en la prevención de las conductas de riesgo y en la promoción de la salud. Dentro de esta línea, hemos desarrollado y evaluado un programa sobre las competencias para adolescentes entre 14 y 18 años con una sexualidad saludable. Además de la transmisión de información, el programa está enfocado en entrenar a los adolescentes en competencias como mejorar la comunicación interpersonal o aprender a negociar y resolver conflictos.