En enero de 1971 abría en el corazón del Palmeral el Parque Infantil de Tráfico, costó 21.000 euros y empezó solo con una docena de bicicletas y cinco karts a motor. El recinto, fundado por Pedro Tenza, consiguió situarse en poco tiempo como uno de los referentes de España. Medio siglo después las míticas instalaciones, valoradas ahora en 1,2 millones de euros, están de aniversario y afrontan una nueva etapa con el reto de renovarse.
En un momento en el que la movilidad sostenible se ha convertido en un objetivo clave para la ciudad, el Parque de Tráfico está a expensas de una remodelación para llegar a todas las edades. El proyecto que ha diseñado su actual coordinador, Julio Fernández, consiste en «rescatar las actividades extraescolares para abrir por las tardes; habilitar más salas para trabajar con distintas edades en grupos reducidos; dotar al circuito de aceras para simular la realidad con peatones que cruzan y que interactúan con el tráfico»... Son algunas de las necesidades que tiene el proyecto para poder crecer. La intención de su coordinador es no solo llegar a Primaria y Secundaria (trabajan con 50 colegios y 17 institutos), sino también abrir sus puertas a los más pequeños que cursan Infantil y a los universitarios.
Evitar accidentes
Y todo ello con la misma filosofía que en sus inicios: formar a futuros conductores en un circuito que simula fielmente las situaciones de tráfico auténticas, donde hay señales, semáforos, cruces, pasos a nivel y agentes. «Si el Parque de Tráfico ha servido y sirve para evitar accidentes de tráfico nos encontramos muy satisfechos. Los hábitos hay que aprenderlos de niños y si se aprenden jugando y después se ponen en práctica en la vía pública, objetivo cumplido», afirma Pedro Tenza. El alma máter del parque recuerda cómo ese espíritu que estuvo presente en los inicios del recinto se ha mantenido hasta ahora.
Hitos
Durante los últimos cincuenta años, la iniciativa que él dirigió sirvió también para pasear el nombre de Elche por todo el país al participar en numerosos campeonatos internacionales. Y es que el Parque de Tráfico ilicitano cosechó éxitos como 27 títulos nacionales, tres europeos y tres mundiales.
En el recuerdo de muchos todavía se conserva otra de las señas de identidad del proyecto: las patrullas escolares con los alumnos de séptimo y octavo curso que como misión principal tenían que dirigir y ordenar el tráfico de vehículos y de peatones en las horas de entrada y salida de los escolares en las inmediaciones de los colegios.
Otro hito del recinto fue la ampliación de 1992, que con un presupuesto de 300.000 euros, sirvió para ampliar y remodelar las instalaciones debido a la gran cantidad de niños que diariamente acudían.
Fue entonces cuando se construyó el edificio donde se ubicó el actual aula de educación vial y se dotó de medios para enseñar a los niños que llegaban de toda la ciudad, así como de poblaciones cercanas.
Esta renovación permitió, además, a los jóvenes obtener la licencia para conducir ciclomotores. Y así ha evolucionado un lugar ligado a la infancia de miles de ilicitanos que ahora cuenta con un hangar para 200 vehículos, más de un centenar de bicicletas, 43 minikarts y una treintena de ciclomotores.
Septiembre es el mes previsto para su reapertura
Las instalaciones, ahora cerradas por la pandemia, se abren todas las mañanas para las clases teórico prácticas y un domingo sí uno no, además de los festivos. La intención del coordinador del Parque Infantil de Tráfico es reabrir el recinto a los escolares en septiembre de este año si las condiciones sanitarias lo permiten. De momento, los agentes de la Policía Local que forman parte del equipo de este proyecto están realizando actividades de educación vial muy puntuales en los colegios y al aire libre.
