Un mapa para regular las sendas y pistas forestales donde podrán circular los ciclistas sin ser multados. El Ayuntamiento está ultimando el catálogo de rutas para concretar los senderos de todo el término municipal de Elche autorizados para las bicicletas. Una medida que llega ante el auge de esta práctica deportiva y tras la polémica por las sanciones que interpuso el Seprona a los ciclistas hace dos veranos por transitar por sendas no catalogadas. Un conflicto por el que salieron a la calle más de 2.000 aficionados para protestar por las multas y defender que la circulación en bicicleta puede ser compatible con la naturaleza.
Después de realizar un análisis de todo el término municipal y de los lugares más frecuentados por las dos ruedas, la Concejalía de Deportes tiene previsto entregar su propuesta a la Conselleria de Medio Ambiente antes del verano, un organismo que después tendrá que posicionarse, elaborar el documento final y someterlo a consulta pública antes de su aprobación, tal y como explicó el edil del área, Vicente Alberola.
Principalmente, las zonas con terrenos forestales y las de dominio público hidráulico, como el cauce del río y los cauces de los principales barrancos son los escenarios que el Ayuntamiento va a ordenar por ser los más concurridos por las bicicletas de montaña.
Lugares que en los últimos meses han visto aumentar la presión humana también por el incremento de las bicis eléctricas y la modalidad «enduro», que consiste en hacer descensos a toda velocidad, una práctica muy cuestionada por los grupos de protección de la naturaleza por el deterioro que causan.
«Más que regularizar lo que queremos es intentar ordenar y que todo el mundo pueda disfrutar, pero respetando unas normas porque una actividad como ésta no puede ser lesiva para el medio ambiente», señalaron desde la Concejalía de Deportes del Ayuntamiento ilicitano.
Una vez se apruebe el reivindicado catálogo, las bicicletas podrán circular exclusivamente por esos senderos marcados, siempre y cuando no sea un lugar protegido, como el Clot de Galvany en el que hay regulación propia y se prohíbe la circulación de bicicletas.
Rutas improvisadas
Lo complicado aquí es definir cuáles serán las rutas permitidas, ya que, por un lado, están los senderos históricos y, por otro, las nuevas sendas que se han abierto en la última década, son de uso regular por parte de los aficionados y defendidas por parte de las asociaciones ciclistas.
El Ayuntamiento de Elche, en cualquier caso, ve necesario crear una red de senderos que conecte todo el término municipal y que puedan ser utilizados por senderistas y bicis, como ya hizo con la ruta al Pantano y como se ha comprometido hacer en la zona sur del Vinalopó hasta El Hondo. En los últimos meses, los técnicos municipales han ido analizando sector por sector, recopilando información histórica de los senderos y realizando trabajo de campo con agentes ambientales de la conselleria. Ya hay una parte entregada a la Administración autonómica de ese catálogo.
Y de esos más de 327 kilómetros cuadrados de extensión de todo el término municipal, la parte norte, donde están alineaciones montañosas, es la más concurrida por los ciclistas. Las pedanías de Ferriol, Saladas, Santa Ana, el Pantano, el barranco de Barbasena y de los Arcos son los grandes protagonistas a juicio de los aficionados.
Consenso
Hace tres años, el Ayuntamiento llegó a realizar un sondeo y desde la Concejalía de Deportes se invitó a distintos colectivos ciclistas y profesionales a participar en la elaboración del catálogo, pero, no obstante, recibieron escasas propuestas.
Ahora, esperan que en este nuevo proceso, cuando la conselleria saque a consulta pública la red de senderos, haya una alta participación con el objetivo de que sea lo más consensuada posible entre administraciones y aficionados.
Espacios naturales en el punto de mira por la presión humana
El aluvión de ciclistas que cada fin de semana recorre las inmediaciones del Pantano, fue señalada hace unos meses por biólogos en este diario, que alertaron del impacto en la vegetación y en la fauna de este paraje natural.
La presión humana, en la que también tienen mucho que ver los senderistas cuya presencia se ha multiplicado con la pandemia, ha evidenciado la necesidad de un control de los visitantes, de vigilancia y de mantenimiento en este entorno. Algo que han defendido colectivos ecologistas como la Asociación de Amigos de Humedales del Sur de Alicante (AHSA).
La fragilidad del suelo y de la vegetación de los alrededores del Pantano, unido a la presencia de especies en peligro de extinción es lo que ha motivado que asociaciones y particulares muestren su preocupación. Y especialmente, por la basura que tiran irrespetuosos y los daños sobre el patrimonio y edificios restaurados, en un espacio que aspira a ser paraje natural municipal.
Precisamente por esto, muchos ciclistas han mostrado su enfado y han reivindicado un proyecto de gestión por parte del Ayuntamiento para evitar el deterioro de este enclave y para permitir un uso consensuado y racional de los espacios naturales por parte de todos. a.f.
