Tres semanas después de que el Ayuntamiento de Elche rompiera definitivamente el contrato del Mercado Central sin dar lugar a ninguna indemnización para la concesionaria, Aparcisa ha pasado a la acción en los juzgados. La empresa que se adjudicó el proyecto del nuevo edificio de abastos con parking subterráneo de 400 plazas en 2015 ha interpuesto ya el contencioso, que únicamente supone el punto de partida de lo que se presupone como una larga y ardua batalla en los tribunales en la que solo un juez dirá quién tiene la razón.
El Ayuntamiento va a convocar un concurso de ideas para decidir ahora qué hacer con el viejo edificio del Mercado Central y en la plaza de las Flores con el fin de revitalizarlos.
El movimiento que ha dado la mercantil era esperado hasta en el propio equipo de gobierno de PSOE y Compromís, desde que tomaron la decisión de tumbar el contrato (que firmó el PP) por considerar que el proyecto vulnera la Ley de Patrimonio Cultural, por la existencia del refugio de la Guerra Civil y que pone en riesgo la declaración de la Unesco sobre el Misteri. Era cuestión de semanas que Aparcisa diera este paso, tan solo estaba esperando recibir la notificación del Ayuntamiento sobre la resolución. Fuentes de la empresa confirmaron a este diario que el jueves pasado fue cuando presentaron el contencioso del que ya tienen conocimiento también los placeros.
Con este primer trámite presentado en los juzgados, la empresa espera ahora a que el juez lo admita para presentar toda la documentación con la que pretenden defender la viabilidad de su proyecto. Después, el Ayuntamiento tendrá que hacer lo mismo. Y es que, pese a que el Consell Jurídic Consultiu haya avalado la rescisión del contrato por parte del Ayuntamiento (aunque su dictamen no es vinculante), apuntando a que resulta acreditado que la continuidad de la ejecución del proyecto supone la posibilidad cierta de que se produciría una lesión grave al interés público, la empresa, según apuntaron fuentes de Aparcisa, «le dirá al juez que quiere la concesión, porque es legal, y si no es así pedirá ser resarcida económicamente».
El culebrón del futuro Mercado Central se ha extendido ya durante tres mandatos políticos y ahora inicia una nueva etapa en los juzgados.
Mientras el alcalde, Carlos González, reitera públicamente que haber roto el contrato no va a costar nada a los ilicitanos porque, como dijo a INFORMACIÓN, «informes externos e internos sostienen que la empresa asumió un riesgo y ventura agravado y extraordinario» al embarcarse en este proyecto, la mercantil opina todo lo contrario.
Y se basa en la inversión que ha realizado en los seis últimos años en Elche con la apertura del mercado provisional y las catas arqueológicas realizadas en el entorno del edificio, así como en el lucro cesante y en que están convencidos de que los placeros les pedirán una compensación económica porque han pagado a la concesionaria casi todo el canon (entre 25.000 y 35.000 euros) de los puestos del futuro Mercado.
En este sentido, los vendedores del edificio de abastos han llegado a cuantificar, como dijo su portavoz en una entrevista a este diario, que la indemnización a los placeros rondará los 25 millones de euros.
El Consell Jurídic Consultiu, el organismo al que estaba esperando el ejecutivo local para dar el último paso antes de materializar la ruptura del contrato tras años tras la misma, sí que hizo referencia a la posibilidad de indemnizar, argumento que el equipo de gobierno no comparte. El organismo autonómico se refirió tan solo un artículo de la Ley de Contratos (el 225.5) para compensar a la mercantil por la inejecución del proyecto y éste indica que hay que resarcirle con «un 3% de la prestación dejada de percibir».
Los placeros continúan todavía bajo la gestión de la empresa privada
Los vendedores siguen esperando recibir la notificación para que Pimesa gestione el edificio
Y mientras la rescisión del contrato del Mercado ha iniciado su andadura en los juzgados, el Ayuntamiento todavía no ha podido comenzar a gestionar el edificio provisional como dijo que haría nada más haber acordado tumbar definitivamente el proyecto hace casi un mes. Para hacerse cargo de la actividad de los 30 puestos, el equipo de gobierno ha tenido que notificar uno a uno a los vendedores que sus contratos han vencido con Aparcisa y que es ahora la empresa municipal Pimesa la que se va a hacer cargo de los mismos.
Sin embargo, esas comunicaciones no están todavía en las manos de los placeros, tal y como confirmó la portavoz de la asociación Nou Mercat d’Elx, Maricel Trotta, a este diario.
Y sin haber dado ese paso antes, la mercantil pública no puede asumir las riendas del inmueble. Lo único que tienen los vendedores por ahora es la promesa del ejecutivo local de que su actividad seguirá como hasta ahora en el edificio situado en la ladera del Vinalopó, aunque su arrendador cambie de manos.
El equipo de gobierno reunió hace unas semanas con ellos después de más de un año para garantizarles que su actividad continuará en las mismas condiciones aunque los contratos los gestione Pimesa.
