Dos meses después de que apareciera un socavón en el puente del Bimil·lenari, el Ayuntamiento ha considerado oportuno para garantizar la seguridad a la circulación reasfaltar la zona hundida que había obligado desde abril a cortar el carril interior de la rotonda para evitar que los coches y sobre todo las motocicletas corrieran riesgos. El desnivel que se producía en esta glorieta estaba ya preocupando a muchos conductores que en las últimas semanas han optado por escoger otra ruta alternativa. Según el edil de Mantenimiento, Héctor Díez, tras reunirse con la empresa encargada de dar con el origen del hundimiento, tomaron la decisión de actuar en la zona dañada, que pese a estar señalizada, «podría ocasionar algún accidente», aseguró el concejal socialista.
Los trabajos de fresado y asfaltado que tuvieron lugar este miércoles son, no obstante, una medida provisional para evitar males mayores hasta que el Ayuntamiento dé con el verdadero problema de un viaducto que lleva muchos años generando gastos y realice la reparación definitiva, que ya se teme que pueda ser compleja. La última inversión que el equipo de gobierno hizo en el puente fue hace apenas medio año con el asfaltado que incluyó el propio tablero y que supuso 80.000 euros para las arcas públicas. Mientras tanto, los trabajos para averiguar por qué se hunde el firme continúan. Ya van dos sondeos realizados y la próxima semana comenzará el tercero. Según el edil de Mantenimiento, Héctor Díez, la empresa contratada hace unas semanas especializada en geotecnia continúa realizando el estudio de estado de la estructura y del terreno del puente.
De momento, ha hecho comprobaciones en la zona del socavón situado en la rotonda, mientras que la semana que viene se ocuparán de estudiar la base de la torre. También está recopilando datos a través de los mecanismos que ha instalado en la infraestructura para detectar movimientos. En mayo antes de contratar a esta empresa por vía de urgencia, técnicos municipales se desplazaron hasta el Bimil·lenari con los ingenieros que lo diseñaron para estudiar in situ el problema y descartaron que en principio tuviera que ver con la estructura del puente. La principal hipótesis que barajan es que la continua deformación de la rotonda se deba a corrimientos de tierra bajo los contrapesos del puente de 30.000 toneladas cada uno.
Un mes
Las filtraciones de agua o escorrentías han podido agravar esos movimientos, según plantearon inicialmente desde el Ayuntamiento. No obstante, la mercantil contratada por el ejecutivo local tendrá que confirmar con estos sondeos si está ahí el origen de los daños. A comienzos de mes arrancó el estudio geotécnico, con un coste de más de 18.000 euros, para lo que no está siendo necesario cortar el tráfico, con el plazo de un mes para terminar los trabajos. El concejal del área ha asegurado en todo este tiempo que «no existe riesgo inminente» en la infraestructura más destacada de la Ronda Norte por donde pasan al día más de 13.000 vehículos.
Un viaducto que costó 2,3 millones de euros
El puente del Bimil·lenari costó alrededor de 2,3 millones de euros y es un puente de la Generalitat, aunque el mantenimiento lo asume el Ayuntamiento. El tablero mide 23 metros de ancho y de largo 162 metros. La infraestructura se empezó a construir en 1998 y se acabó en el 2000. Lleva una década dando problemas. Durante años el Ayuntamiento renunció a asumir la gestión, es decir, a hacerse cargo de él porque los técnicos no estaban del todo tranquilos con la infraestructura.
