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El desenlace

El último verano del hotel de Arenales

El complejo turístico fue considerado como uno de los mejores de Europa en los años 60 y atrajo desde a Tony Curtis al entonces príncipe Juan Carlos

Una máquina trabajando para la demolición del hotel durante este verano ANTONIO AMORÓS

Los cimientos del hotel que se levantó en Arenales en 1960 cuando solo había arena y mar tienen las semanas contadas. La empresa lleva todo el verano preparando una compleja demolición y en Elche hay nostalgia por todo lo que supuso aquel complejo de lujo para la época.

«Aquello era un desierto y el hotel fue el principio de lo que hoy es Arenales», rememoraba entre las páginas de este periódico hace más de una década un familiar de Tomás Durá, el promotor de aquel edificio de ensueño construido en 1960 a los pies del Mediterráneo que va a pasar definitivamente a la historia en los próximos meses. Aquel complejo de lujo de tres plantas que creció hasta cuatro por el boom que causó, con 146 habitaciones, piscinas, un minigolf y una discoteca, entre otros lujos ya ha enterrado sus recuerdos entre unos escombros que las máquinas y excavadoras han empezado a remover este verano para hacerlo desaparecer para siempre.

El hotel de Arenales en los años sesenta, cuando no había apenas edificios Cátedra Pere Ibarra

El comienzo del derribo del hotel de Arenales, tras décadas de litigios y un intento frustrado de resucitarlo en 2015, ha sacado a flote la nostalgia de los que allí pasaron las tardes de verano entre aquel idílico paraje, donde no había ningún edificio más, y con comodidades que apenas existían en hoteles de los alrededores por entonces (había hasta una bolera en el jardín). Y también, recientemente, han salido a la luz, a través de la cátedra Pere Ibarra, imágenes históricas del complejo anunciado en panfletos publicitarios como «el hotel del centro de la Bahía de Alicante», que llegó a estar considerado como el mejor de la Costa de Europa.

Entre esa colección de instantáneas aparece un buen número de personalidades que se sintieron atraídas por el lugar, como el entonces príncipe Juan Carlos, Pío Cabanillas, José María Pemán, Gregorio Marañón, Rita Pavone, Julio Iglesias, así como los equipos de fútbol del Real Madrid, Barça y Betis, entre otros. Incluso el famoso actor Tony Curtis celebró el cumpleaños de su hija Jamie Lee en el susodicho hotel, recuerdan desde la Cátedra Pedro Ibarra.

Los orígenes de todo se remontan a 1953, cuando, Tomás Durá, un ingeniero de obras públicas nacido en Santa Pola, conoció a través de un anuncio en un diario de la provincia que vendían unos terrenos en una zona de playa desértica y con una gran vista panorámica de la bahía de Alicante. Por 200.000 pesetas compró un solar y en 1960 comenzó a levantar el hotel. Tras aquellos años dorados en los que Arenales se conocía por toda España, el principio del fin de aquel sueño llegó en 1979, cuando por falta de financiación sus dueños tuvieron que cerrar sus puertas sin saber que sería para siempre.

Una protesta en Arenales en 2016 para pedir la reanudación de la reforma del hotel Sergio Ferrández

«Desde ese momento, el hotel se convirtió en la casa particular de sus dueños, quienes siguieron admirando en solitario las impresionantes vistas del inmenso mar, hasta el fallecimiento de Tomás en 1989», tal y como recoge la cátedra Pere Ibarra.

Clientes del hotel jugando en el minigolf que había en su interior CÁTEDRA PERE IBARRA

Y con el tiempo aquel complejo hotelero de ensueño acabó saqueado y convirtiéndose en una mole de hormigón degradada a marchas forzadas en primera línea de playa y por lo tanto en una parcela de dominio público marítimo afectada por la ley de Costas del Gobierno central con la que se prohíbe hacer todo tipo de obra nueva.

La piscina que tenía el hotel

La piscina que tenía el hotel Cátedra Pere Ibarra

Sin embargo, eso no frenó los deseos del grupo Princesol, los promotores del complejo y propietarios de cadenas hoteleras de Benidorm, que tras años peleando con las administraciones públicas y los juzgados lograron por fin una licencia para rehabilitar el hotel de los años sesenta con la intención de reabrirlo en 2017 con la categoría de cuatro estrellas. Iba a contar con un centenar de camas, Spa, restaurante, terrazas, salones para celebraciones y gimnasio. Empezaron las obras y su campaña de promoción incluso. En mitad de los trabajos, la denuncia de dos particulares hizo que se detuviera todo.

El equipo de fútbol del Betis se hospedó en el hotel y entrenó en la playa Cátedra Pere Ibarra

Después se supo que la reforma para resucitar las ruinas sobrepasó los límites que exigía Costas. Se estaba construyendo y no solo rehabilitando como se había autorizado porque la construcción que quedaba era insalvable e insegura. Costas acabó declarando ilegales aquellas obras, lo que avaló hasta el Tribunal Supremo. El sueño de los herederos del hotel se convirtió en una pesadilla y también para los vecinos del hotel de Arenales que se manifestaron hasta en la calle para defender lo que pudo llegar a ser un motor económico para la zona y para el municipio de Elche, en definitiva.

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