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Imagen del último Festival Medieval de Elche.Antonio Amorós

¿Por qué hay dos carteles del Festival Medieval de Elche?

La cita que arrancó el 23 de octubre carece un año más de director artístico y, salvo el Misteri, la programación apenas ha tenido difusión

Esta historia comienza con el despido de Juan León, uno de los programadores culturales y excoordinador del Festival Medieval. En septiembre de 2019 era fichado como asesor para la Concejalía de Cultura y el 1 de julio de 2021 pasaba a ser destituido tras una serie de desencuentros entre la titular de Cultura, Marga Antón, y el creativo publicitario, filólogo, actor y director de teatro. Cabe recordar que León fue despedido cuando ya estaba muy avanzada la programación, por lo que hubo que buscar a otra persona que se encargara de retomar el trabajo, algo que no fue inmediato. Es decir, a Cultura se le echó el tiempo encima, según distintas fuentes consultadas por este medio. En cualquier caso, de trasfondo de todo esto cabe la duda de si el Ayuntamiento está haciendo todo lo posible para potenciar este Festival Medieval o, por el contrario, no se está preocupando lo suficiente.

La espita la abrió el pasado lunes el concejal no adscrito Eduardo García-Ontiveros al formular las siguientes preguntas en el pleno: «¿Cuál fue el motivo del cambio del cartel del Festival Medieval cuando ya había uno elegido?», «¿Cuál es el motivo que el nuevo cartel sea elegido por una empresa privada y no por un concurso público?», ¿»Qué cantidad económica ha recibido la empresa encargada de elegir el cartel si es que ha recibido alguna contraprestación?».

El caso es que tras ser despedido, Juan León difundió en redes sociales el cartel escogido por él, de Francis Morey, y que no agradaba a Antón. Cultura consideró entonces que ese cartel ya estaba «quemado» y encargó a una conocida empresa de publicidad de Elche otro. Optó por un diseñador y creativo afincado en Elche, Juan Cuerda, y fue esta empresa la que decidió finalmente el cartel. En el caso del Festival Medieval no se encarga un concurso público para elegir la imagen promocional, como sí ocurre en otros eventos.

A la derecha, el cartel elegido por el excoordinador del Festival. A la izquierda, el oficial.

¿Que fue una pataleta de Juan León, por hacer pública la obra que él propuso y no gustó a la concejala, la que obligó a encargar un segundo cartel? Seguramente. Pero si la concejala estaba molesta con el trabajo de León, este tampoco estaba cómodo trabajando con la responsable política.

León explica que hasta en tres ocasiones la edil rebajó el presupuesto del Festival. Según asegura, de 80.000 se pasó a 60.000 y de esa cifra a unos 40.000 euros, una cifra escasa para, a su juicio, hacer un Festival a la altura para una ciudad de 230.000 habitantes. Adiós a los tiempos en los que Toni Tordera dirigía esta cita imprescindible y que abandonó en 2012 debido a, dijo, la desidia municipal.

Tras la salida de León, Cultura pasó a contratar a una nueva coordinadora, al parecer ya con el tiempo encima, y sin casi recursos para difundir como a más de uno le habría gustado esta cita que arrancó el pasado 23 de octubre.

Pocas horas después de que García-Ontiveros pidiera en el pleno explicaciones sobre qué pasa con este cartel, Juan León mostraba su opinión sobre lo que está sucediendo.

«Al César lo que es del César. Este es el proyecto del XXVI Festival Medieval de Elche que redacté hace casi ocho meses, y que hoy comienza en nuestra ciudad. La mezquindad política impedirá que sepáis quién hizo el trabajo duro de diseñarlo y planificarlo, mientras que ahora se ha tenido que subcontratar su ejecución, gastando de forma innecesaria el dinero del contribuyente, pues ya había un técnico capaz de llevarlo a cabo».

León, en cualquier caso, va más allá al recordar que este Festival Medieval carece hace tiempo de director artístico, tampoco cuenta con una secretaría técnica, «ni un sólido respaldo mediático, no tiene gabinete de prensa (salvo la escasa atención que recibe del saturado gabinete de prensa municipal), por no tener, ni siquiera cuenta con un fotógrafo que deje constancia de los eventos, para qué, pensarán los responsables municipales, si ahora todo el mundo tiene móviles... Y, por supuesto, ausencia total de prensa especializada, como si de un acontecimiento clandestino se tratara».

Y añade: «Solo se ha contratado a una empresa para resolver la imagen y gestionar la web, mientras que las redes sociales han recaído sobre el becario de turno. Este es el desolador panorama, que se completa con la ausencia de decoración y del mercadillo que daba color a las calles».

Una parte de la explicación puede estar en que la pandemia obliga a que el Festival Medieval no sea igual que otros años y hay otras prioridades. No obstante el Ayuntamiento no ha salido a aportar sus razones. Por eso posiblemente García-Ontiveros lo llevó al pleno de este lunes. Este diario lleva dos días intentando recabar la versión de la concejala de Cultura sin que se haya atendido a este medio.

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