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Opinión

La primera, en la frente

Palmeral de Elche. ANTONIO AMOROS.

Dice el artículo 8, apartado A.3 de de la Ley 6/2021 de la Generalitat de Protección y Promoción del Palmeral de Elche, que versa sobre los usos permitidos en los huertos históricos, que: «...podrán autorizarse: El social, cultural, ambiental, que no perjudique la actividad agrícola y, en su caso, ganadera. Se fomentará el mantenimiento de espacios libres destinados al recreo y al esparcimiento de la población, sin sellado del suelo ni materiales exógenos, manteniendo los elementos agrícolas e hídricos, y utilizando en ellos materiales del Palmeral, la palma o la madera de palma datilera, así como la rehabilitación de edificaciones tradicionales existentes y la reconstrucción de edificaciones históricas derruidas, para los usos mencionados, y se permitirá excepcionalmente la apertura en estas de museos o centros de interpretación necesarios para la divulgación de los valores protegidos por esta ley».

Y, digo yo, para sacar al Hort del Gat de la inmundicia en que se encuentra desde hace años y ser esta la primera actuación anunciada al socaire de la nueva ley protectora de uno de nuestros patrimonios Unesco, ¿no hemos empezado por buscarnos un problema en connivencia con el conseller Marzà?

Lo importante en este asunto (una vez más) es la imagen que Elche dé de sí misma. Y más cuando se trata de una norma que se ha autoimpuesto (no nos olvidemos), porque no se había cansado de reclamarla, se ha diseñado a su medida y no ha tenido más discusión en las Cortes que la absurda negativa de tintes políticos que tuvieron el PP y de Vox a la hora de decidir no respaldarla. Eso será algo que les pasará factura antes o después.

La Conselleria, tan dada a atar en corto cualquier movimiento patrimonial de esta ciudad, de poner impedimentos hasta para autorizar levantar o volver a poner en su lugar una simple piedra, que se permite el lujo de no marcarse plazos ni prisas para la resolución de los expedientes, tendrá, supongo, algo que decir sobre si lo que ella misma pretende pagar se ajusta no solo a la letra sino también al espíritu de la norma. Y estaría mal que por un lado abriera la mano para dar un millón para la transformación de un huerto histórico en un Casal Festero, que hace falta y mucho y que es lo que le ha pedido el Ayuntamiento eligiendo el sitio, y por otro lo negara porque entiende que estaría autoincumpliendo su propia norma. Absurdo, ¿no? Pues hacía ahí vamos. Solo digo dos cosas y ambas las han leído ya, en cursiva y en ese artículo.

1. Para ese uso que se pretende, primero tendría que autorizarse. ¿Por quién? Que yo sepa, aún no existen los órganos de gestión previstos en la ley, pero sí ya hay dinero y proyecto. Qué fue antes, ¿el huevo o la gallina?.

2. Dice el artículo 8 que los huertos excepcionalmente podrán albergar un museo para la divulgación de los valores de la ley. Es decir, si un uso excepcional, según la ley, sería tener un lugar donde hablar de la palmeral fuera lo importante, ¿alguien entiende que pueda ser sin más el Casal Festero de Elche?

Con lo bien que habrían estado los entes festeros en las Clarisas...

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