Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una factura silenciosa en Elche tras la pandemia

La Policía Local lleva semanas advirtiendo cambios en los patrones de comportamiento de los jóvenes: están más nerviosos

Un agente de la Policía Local, junto a un negocio de ocio. | MATÍAS SEGARRA

Las estadísticas de los fines de semana no le dicen nada nuevo a la Policía Local de Elche aunque sus responsables admiten que ellos también lo han notado: un cambio en los patrones de comportamiento de los más jóvenes. Están más ruidosos y alborotados. Salen a las calles y tienen reacciones que hasta ahora se daban de forma más esporádica. Dicen los algunos adultos que se está transformando en violencia y que la Policía no hace nada, los informes que se elaboran viernes, sábado y domingos no llegan a tales extremos y aseguran que el número de indicativos (patrullas) es suficiente.

El final de exámenes del primer cuatrimestre en las universidades y la relajación de las medidas covid, como la obligación de llevar mascarilla al aire libre, han coincidido en el tiempo generando un caldo de cultivo que ha acrecentado esta sensación. «Sí, hay muchos más jóvenes y adolescentes, también lo hemos notado. En el casco antiguo centro, en los alrededores del centro de congresos. Todo está hasta arriba», asegura un mando que invita a la calma.

El fenómeno se está controlando a través de información, como casi siempre, y se actúa en función de lo que dice esta. Fiestas, mensajes de chats y de móviles, concentraciones alternativas, botellón... los servicios se están organizando en función de todo ello. En zonas de discoteca, especialmente, pero siendo especialmente prudentes. Especialmente, a la hora de acceder a establecimientos donde se concentran, porque los aforos lo permiten, más de un millar de personas.

«Es cierto que está cambiando el patrón de comportamiento. Lo que notamos que está ocurriendo es que están más nerviosos, que han salido (tras las medidas restrictivas) con más ganas. Hacen más cosas que no deberían, como subirse a sitios que no se tienen que subir, fumar o beber lo que no tienen que fumar o beber», asegura la misma fuente. La Policía Local de Elche tiene que resolver un problema que requiere más mano blanda que dura. «Son situaciones en las que poco se puede hacer más que la presencia, que siempre es intimidatoria, de los agentes. Con los robos y hurtos se localiza a los autores. Con los problemas de ruidos se identifican a los responsables y si beben, se levantan actas de consumo de alcohol», añade. La llegada de marzo, la mejora de las condiciones climatológicas ya adelantan a la Policía Local que esté fenómeno seguirá en aumento y espera que zonas, como el huerto de San Plácido, vuelva a convertirse en un lugar de botellones. «Se harán acta. Todos los fines de semana se hacen un montón. Insisto, hemos notado que hay más gente joven y que hace más ruido, que molesta, pero no vemos por ahora que sea una actividad peligrosa o preocupante. Eso no lo creo».

La principal concentración policial se está efectuando en estos momentos en la zona de ocio de Altabix donde la Policía Local está intentado, y que se entienda la expresión, pasar desapercibida. Es decir, actuar cuando se precisa pero no se está accediendo a los locales para nada más que para realizar las comprobaciones sobre establecimientos cuando se realiza algún tipo de operativo conjunto con la Policía Autonómica, que es la que tiene competencias en materia de espectáculos.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats