Celebramos este año una festividad del 1º de Mayo marcada por dos circunstancias que repercuten directamente en los trabajadores. Por un lado, tenemos que mostrar satisfacción por la reciente reforma laboral que ha llevado a cabo el Gobierno y cuya aplicación ya está dejando sus frutos positivos como se puede ver en los datos estadísticos de los últimos meses. Pero, por otra parte, nos encontramos en medio de una crisis internacional motivada por la guerra en Ucrania, que está provocando un fuerte incremento del precio de la energía y que ha generado una importante pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores, cuestión que se convertirá en uno de los puntos principales de negociación en los convenios colectivos. Nos encontramos, por tanto, ante una jornada que se nos presenta con el doble carácter de celebración y reivindicación.
Este 1º de Mayo, además, es el primero en el que el Salario Mínimo Interprofesional alcanza la barrera de los 1.000 euros mensuales, una aspiración por la que han luchado durante bastante tiempo sindicatos y trabajadores y que ha hecho realidad desde este año el Gobierno presidido por Pedro Sánchez.
Pero la gran novedad que ha traído 2022 para los trabajadores es la reforma de la legislación laboral, que ha supuesto uno de los mayores avances de los últimos años.
La reforma ha permitido una racionalización y clarificación de los tipos de contratos primando sobre todo el contrato indefinido. Y las cifras difundidas por la Conselleria de Trabajo ratifican que, durante el presente año, se ha triplicado el número de contrataciones fijas que se han realizado en nuestro municipio, con respecto al año anterior. Este no es solo un dato estadístico, sino que significa que en la práctica un buen número de trabajadores y trabajadoras de Elche disponen ahora de un empleo estable, que les permite tener más tranquilidad económica y mejores expectativas de futuro.
Ha permitido recuperar derechos sociales de trabajadoras y trabajadores, al tiempo que ofrece más seguridad jurídica a las empresas
Asimismo, la reforma ha posibilitado la recuperación de la negociación colectiva y ha equilibrado las mesas del diálogo social. Y ha permitido recuperar derechos sociales de trabajadoras y trabajadores, al tiempo que ofrece más seguridad jurídica a las empresas, lo que es imprescindible para que puedan consolidar y crear más empleo.
Entre los datos positivos en materia de empleo hay que consignar el constante incremento de la tasa de afiliación femenina a la Seguridad Social en Elche, que ha pasado en los últimos diez años de representar el 43,23 al 45,21 por ciento, según datos del Portal de Información Estadística de la Generalitat Valenciana.
Pero frente a estas buenas noticias, a las que hay que sumar el hecho de que se han recuperado las cifras de empleo previas a la pandemia, nos encontramos con una nueva crisis surgida de la invasión rusa de Ucrania.
La guerra ha causado, en primer lugar, un drama humano con el mayor desplazamiento de refugiados desde la II Guerra Mundial. Y ha despertado también una reacción de solidaridad, a la que no es ajena Elche, desde donde se ha enviado ayuda humanitaria gracias a las contribuciones de un gran número de ilicitanas e ilicitanos y donde se ha acogido a personas que han tenido que huir de Ucrania.
El conflicto, por otra parte, ha motivado una nueva crisis económica a consecuencia del alza de los productos energéticos. El fuerte incremento de los precios del gas, la electricidad y los carburantes para vehículos ha generado una espiral de subidas que ha supuesto una fuerte pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras. Así, la inflación interanual llegó a situarse en el 9,8 por ciento en marzo, si bien en abril descendió al 8,4 gracias a las primeras medidas adoptadas por el Gobierno para frenar los precios de la energía. No obstante, la recuperación de esta pérdida de poder adquisitivo tendrá que estar presente en las negociaciones colectivas, tal y como han planteando los sindicatos para este 1º de Mayo como principal reivindicación.
La recuperación de esta pérdida de poder adquisitivo tendrá que estar presente en las negociaciones colectivas
La pérdida de poder adquisitivo se ha convertido en un arma de doble filo. Por una parte, resta capacidad de compra a trabajadoras y trabajadores, pero, al mismo tiempo, hace que las empresas vendan menos productos y servicios. Este viernes, 29 de abril, el Instituto Nacional de Estadística divulgaba que el Producto Interior Bruto español apenas creció un 0,3 por ciento durante el primer trimestre de 2022 a consecuencia de la reducción del consumo. Este dato expone la necesidad de adoptar medidas de reactivación para evitar caer en un círculo vicioso en el que la inflación frene el consumo perjudicando a las empresas y, por tanto, a su capacidad de mantener y generar empleo.
Desde el Ayuntamiento de Elche estamos contribuyendo a ayudar, en la medida de nuestras posibilidades, a las personas y empresas más afectadas por esta crisis. El pasado día 28 de abril, hemos acordado y firmado un paquete de medidas por valor de 7 millones de euros, que se ha negociado con los agentes sociales, para apoyar a los autónomos, a las pequeñas empresas y a las familias más vulnerables a hacer frente a la crisis energética, además de contribuir a la transición energética y promover la movilidad sostenible.
En este 1º de Mayo tenemos que ser conscientes de la actual necesidad de hacer un buen uso de la capacidad de negociación social que hemos recuperado gracias a la reforma laboral. Y así conseguir, entre todos los agentes sociales, llegar a acuerdos que garanticen la viabilidad de las empresas y que posibiliten generar un empleo estable y con un salario que permita mantener el poder adquisitivo de las trabajadoras y los trabajadores.
