El busto ibérico de la Dama de Elche es, quizá, una de las piezas arqueológicas más conocidas y fácilmente identificables por el gran público. Por eso, resulta paradógico que más de un siglo después del hallazgo de la pieza, el yacimiento arqueológico de La Alcudia de Elche, el lugar en el que fue hallada, siga siendo el recurso patrimonial más desconocido de la provincia de Alicante. Se trata de un extraordinario yacimiento arqueológico situado a 2 km escasos del centro urbano de la moderna ciudad de Elche, que atesora más de 6.000 años de historia material. Pocos yacimientos, insisto, son tan conocidos en el ámbito científico por la riqueza y singularidad de sus vestigios y, sin embargo, resultan tan desconocidos y han sido tan poco aprovechados como recurso turístico y valorización social del patrimonio.

El yacimiento fue un importante centro territorial de época ibérica, que remonta sus orígenes a la prehistoria, y el solar de la Colonia Iulia Ilici, con una primera fundación hacia el año 43-42 a. C.

En 1996, la Universidad de Alicante asumió la gran responsabilidad histórica y científica de adquirir el citado yacimiento para constituir la Fundación Arqueológica de La Alcudia y, al contrario de lo que ocurría en la novela de Tolkien, El Señor de los Anillos, el Tesoro no cayó en manos inimaginables, sino en una institución pública de enseñanza superior cuyos principales objetivos son la docencia, la investigación y la transferencia de conocimiento. Desde ese momento, el yacimiento se convirtió en un foco de investigación y docencia que han convertido a la Universidad de Alicante en una rara avis en el panorama internacional, ya que no es habitual que una universidad cuente con un yacimiento arqueológico propio. Quid pro quo. Esa singularidad revirtió también en que el yacimiento pasó a tener a toda una universidad a su servicio, con profesionales en todas las áreas implicadas en la arqueología y en la Historia, y con un potencial de estudiantes dispuestos a ser los transmisores de un legado a las generaciones posteriores.

Desde entonces, el lugar en el que nació el preciado busto no ha cesado de regalarnos vestigios de gran valor arqueológico a través de los cuales se continúa leyendo la Historia, contextualizando la pieza y descubriendo tesoros con los que incrementar su valor patrimonial.

Pero bien es cierto que pese a estos más de 25 años de pertenencia a la Fundación Universitaria, La Alcudia no es de nadie, no lo es de la Universidad de Alicante, como tampoco lo fue de los diferentes propietarios anteriores, La Alcudia es de todos y así debe ser. Nosotros solo somos sus custodios y sus garantes.

Por eso, en la Universidad de Alicante nos hemos ocupado y preocupado por los aspectos científicos, financiando campañas de excavaciones anuales a través del vicerrectorado de Investigación. Se ha diseñado un Plan Director, un marco de gestión esencial para valorizar el yacimiento, cuya ejecución culmina este año su segunda fase. Se ha propiciado la creación de uno de los centros de interpretación mejor dotados y originales de España, que lleva el nombre de Rafael Ramos Fernández, y un museo monográfico de especial relevancia por la calidad de su colección.

Asimismo se ha impulsado una ímproba agenda de actividades y acciones culturales programadas anualmente, entre la que destacan el curso de Los Lunes con La Alcudia y el Festival de Teatro Clásico de La Alcudia, las visitas de colegios e institutos con itinerarios didácticos e inclusivos y la publicación de innumerables monografías tanto divulgativas como científicas a través de nuestro Servicio de Publicaciones. Con esta vocación nació también el Instituto de investigación Arqueológica y Patrimonio Histórico (INAPH), cuyo objetivo prioritario ha sido potenciar una investigación multidisciplinar y de calidad alrededor de la Alcudia.

Amparo Navarro. Rectora de la Universidad de Alicante y presidenta del Patronato de la Fundación Universitaria La Alcudia de Investigación Arqueológica

Pero urge dar un paso más y para ello necesitamos sumar conciencias, esfuerzos económicos y voluntades políticas. Es necesario colocar a La Alcudia en el imaginario colectivo de la ciudadanía y de los poderes públicos. Aspiramos a que La Alcudia sea un conjunto arqueológico modélico, bien comunicado y accesible, integrado en la oferta turística y cultural de Elche y de la Comunitat Valenciana, un factor de dinamización económica y un espacio de investigación vivo que permita descubrir nuevos tesoros de conocimiento y dar a conocer los ya existentes.

Queremos compartir este fantástico legado que, insisto, es de todos. Por tanto, es importante que, entre todos, consigamos sentirnos orgullosos de la Historia que nos muestra la investigación arqueológica, porque gracias a ella sabemos que Ilici tuvo una gran época dorada y que, hubo una vez, un busto de piedra que se conservó intacto oculto en una muralla pero, ¿Y por qué lo ocultaron? ¿Cuál era su valor o su simbolismo? ¿Cuál es el secreto que esconde la famosa Dama de Elche? Sólo La Alcudia lo sabe, una Alcudia que es de todos y para la que debemos tener un Plan.