En el verano de la vuelta a la «normalidad», el de la recuperación del aeropuerto y de los hoteles de la ciudad, las playas de Elche y de Santa Pola han sido el escenario donde la afluencia de usuarios y de bañistas también ha batido récords. Y eso ha tenido sus efectos y sus daños colaterales. La presión «humana», pero, especialmente, la de los vehículos que durante julio y agosto se han desplazado al litoral, ha pasado factura a los aparcamientos.
Agujeros en el suelo, baches, vallas rotas, coches encima de la vegetación... son algunos de los problemas que presentan estacionamientos como el de la playa del Carabassí o el del Faro de Santa Pola, ambos, por su proximidad al mar, son aparcamientos de tierra donde el constante paso de cientos de vehículos diarios acaba castigando estas zonas.
Sus deficiencias, unidas a la dificultad para encontrar un hueco donde dejar el coche, principalmente los fines de semana, ha vuelto a desatar las quejas entre algunos usuarios y reivindicaciones para que se puedan mejorar las zonas de parking.
Pese a que aparcar cerca de las playas ilicitanas a veces ha resultado ser una misión muy complicada, por no decir imposible, excepto para los más madrugadores, desde la Policía Local descartaron haber tenido incidencias este verano relacionadas con coches mal aparcados como sí que ha ocurrido tiempo atrás.
La estampa de vehículos detenidos en los arcenes del Camino del Faro ha desaparecido esta temporada estival y, según fuentes de la Jefatura, ha habido un buen comportamiento de los conductores en este sentido. Lejos quedan las infracciones que se registraron, sobre todo, en 2016 y 2017, en esta zona, que se tradujeron en controles policiales y las consiguientes sanciones.
La señalización y acondicionamiento de parkings como el del Carabassí, La Marina y El Pinet ayudaron a acabar con ese caos de tráfico mal aparcado que además suponía un obstáculo para los vehículos de emergencia. Llegó 2020 y la pandemia hizo que las playas vivieran un verano a medio gas y por consiguiente bajaran las quejas por los estacionamientos. El año pasado seguía habiendo restricciones de aforo y hubo ocasiones en las que la Policía Local tuvo que estar presente para limitar el acceso a los vehículos en estas zonas. Un «hito» en 2021 fue el asfaltado que realizó el Ayuntamiento de Elche, tras al menos 25 años, de los dos kilómetros del camino del Carabassí (o camino del Faro) que comunican con el faro de Santa Pola. Un lugar donde los baches y los socavones se habían convertido en una pesadilla para los veraneantes cada vez que acudían a la playa, donde tradicionalmente aparcaban numerosos vehículos en los arcenes y casi encima de los pinos, pese a la prohibición policial.
Este verano, ya sin impedimentos, los estacionamientos próximos al mar han estado al 100% de ocupación y eso ha obligado también a los bañistas a tener que buscarse la vida en solares vacíos que no están habilitados para el aparcamiento tanto en Arenales como en El Altet.
