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Las obras vuelven a la carretera de Santa Pola este mes para desdoblar uno de su tramos más conflictivos

La Generalitat considera de «peligrosidad media» el tramo de 2 kilómetros donde va a actuar, desde la rotonda de Valverde en dirección Elche, por ser un entorno altamente urbanizado

El tramo de la carretera a Santa Pola, donde en los próximos días está previsto que comiencen las obras de desdoblamiento. | ANTONIO AMORÓS

Las obras regresarán a la carretera de Santa Pola en los próximos días para seguir creando cuatro carriles de circulación en un tramo de dos kilómetros, que registra, según la Generalitat, peligrosidad media debido a la alta densidad de viviendas que concentra. La actuación, acometida por la Conselleria de Obras Públicas, contempla cuatro paradas de autobús con cruces peatonales en la proximidad de las rotondas.

Para que la actuación esté completamente finalizada en todo el vial hasta la ciudad quedan tres fases más por ejecutar, además de la que va a comenzar inminentemente.

Para la Administración autonómica, oficialmente, se ha retomado este lunes el desdoblamiento en la CV-865 con el levantamiento de las expropiaciones, que no han afectado al tráfico. Si bien, se espera que en los próximos días se despliegue la maquinaria que ejecutará unos trabajos, valorados en 2,9 millones de euros, durante los próximos 14 meses, tal y como está estimado.

La actuación se reanuda desde la rotonda que da acceso a la pedanía de Valverde en dirección a Elche (punto kilométrico 5+500 al 7+100), ya que la parte opuesta en sentido a Santa Pola ya está finalizada.

La Generalitat reconoce que es uno de los tramos más conflictivos del vial, entre otros factores, por «las numerosas interferencias entre el tráfico de la vía, compuesto por vehículos ligeros principalmente, y los tráficos vulnerables (motociclistas, peatones y ciclistas), procedentes de un entorno altamente urbanizado; así como a los giros, adelantamientos y otras maniobras permitidas».

A estas dificultades se suma que la carretera autonómica, según la Conselleria de Obras Públicas, tiene en este tramo una intensidad media de 14.823 vehículos al día, «intensidad que además se ve aumentada considerablemente en época estival debido a que dicha carretera da acceso a la costa», apuntaron.

A este escenario regresarán después de un año prácticamente sin obras, al haberse producido retrasos con la tramitación del contrato, las máquinas para acometer lo mismo que han realizado en el resto del vial para aumentar su seguridad: dos carriles en cada sentido, una mediana central, un carril ciclopeatonal, una acera y refuerzo del alumbrado.

En concreto, la actuación pretende aumentar la capacidad de la vía, y además permitir el adelantamiento en el trayecto Elche – Santa Pola en condiciones de seguridad.

Asimismo, el ancho de los carriles se reducirá a tres metros, para conseguir una reducción de velocidad de circulación, En el margen izquierdo se ejecutará un carril bici de 3,5 metros y en margen derecho una acera de 2,5 metros, con la finalidad de crear itinerarios seguros para los ciclistas y peatones.

Vertebración

«Esta actuación es un paso más en la mejora de la vertebración del territorio, especialmente entre las dos poblaciones, puesto que se trata de una mejora que garantiza una mayor conexión y beneficia no solo a los vecinos y vecinas de los municipios, sino a toda la ciudadanía», aseguró la consellera de Obrs Públicas, Rebeca Torró.

La responsable autonómica añadió que esta actuación supone, además, «una apuesta por la movilidad sostenible pues esta obra crea itinerarios para el transporte ciclista y peatonal que facilitan el acceso y la circulación de los peatones, consiguiendo así el menor impacto ambiental posible».

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