Cuatro jóvenes de Elche en mitad del terremoto de Marruecos

Absortos en plena medina de Marrakech, en la azotea de una riad, jugaban a las cartas con unos amigos que habían hecho días antes en el desierto y de repente «todo empezó a temblar», cuenta Pablo Segarra, uno de los cuatro ilicitanos que vivieron en primera persona el terremoto que se ha saldado con más de 2.000 muertos en Marruecos. Tres de ellos continúan allí, fuera de peligro. Otro ya está en Elche.

Los jóvenes viajaron al país vecino para realizar una aventura que llevaban meses preparando y se vieron envueltos en mitad de una tragedia, de la que por fortuna, salieron ilesos. «Nos levantamos rápidamente pensando que serían solo unos segundos, pero iba a más. «Cuando el suelo se detuvo pudimos bajar a la planta baja y allí nos encontramos con humo y polvo de los escombros que estaban cayendo», relata.

Tras lograr salir de los callejones invadidos de ladrillos y en mitad de la noche, pensaron que lo peor había pasado, pero se dieron cuenta de que faltaba uno. «Él se había quedado durmiendo en su habitación cuando nosotros estábamos en la azotea. Lo buscamos asustados y al final lo pudimos encontrar en la plaza central», recuerda el joven ilicitano.

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Noche en la calle

Allí pasaron la noche, entre nervios, adrenalina y miedo a que pudiera darse otra réplica, rodeados de gente que se había quedado en la calle y tendidos en el suelo. A casi todos les dio tiempo a coger algo de dinero y su pasaporte, menos a uno. A la mañana siguiente regresaron a su alojamiento y pudieron subir a recoger sus pertenencias antes de dejar el epicentro de una de las ciudades más sacudidas por el terremoto que el pasado viernes atizó el país.

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Se habían llevado el susto de su vida y uno de ellos decidió poner fin a su viaje y regresar a Elche. Los otros tres, todavía con algo de miedo, confiesa Pablo, quisieron continuar con aquella aventura y partieron en autobús hasta la costa de Marruecos.

Interés del alcalde

La odisea que Miquel Abril, Marco Alberdi, Enrique Martínez y Pablo Segarra vivieron el pasado fin de semana difícilmente va a ser borrada de sus retinas, ni del recuerdo de sus familiares quienes se vieron invadidos por la preocupación nada más enterarse de que la tierra había templado donde se encontraban los cuatro jóvenes. El alcalde de Elche Pablo Ruz también se interesó por el estado de los chavales con los que pudo hablar y les puso a disposición el Ayuntamiento para cualquier gestión que les fuera necesaria con el Consulado y la Embajada.