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El desfile de la «Gran Cabalgata» llenó ayer las calles de Pinoso de colorido, humor y alegría, en el acto que marca el ecuador de las celebraciones patronales en el honor a la Virgen del Remedio. Los distintos grupos echaron mano de imaginación para deleitar al público con disfraces y coreografías en uno de los actos más desinhibidos dentro de los festejos.

En la madrugada del sábado, la música y las verbenas congregaron a cientos de vecinos en las zonas polideportivas de la ciudad por lo que, una vez recuperadas las fuerzas tras una noche de baile, los actos del domingo comenzaron a las siete de la tarde con la tradicional suelta de vaquillas en el recinto de Santa Catalina.